Dólar Tarjeta, Turista y Coldplay: ¿cuánto queda en el camino?
Los diversos tipos de cambios no solo esconde la escasez de dólares en el BCRA, sino que muestra una devaluación encubierta del Gobierno
La escasez de dólares activa una serie de medidas que el Gobierno toma no sólo cada vez más rápido, sino que las está aplicando en gran escala para cada sector productivo que demanda divisas. La paradoja actual es la siguiente: en la economía argentina no hay dólares a $152 (y si los hay es para un número reducido de importadores), pero lo que sí hay es más de 40 tipos de cambio para distintos sectores. El valor del tipo de cambio oficial hoy ya representa un número que a esta altura ya no sirve más como ancla inflacionaria porque los precios de la economía miran cada vez un número más cercano al paralelo.
El caso del “dólar soja” es emblemático: se le permitió al productor liquidar su producto al valor de $200, generando así que en el mes de septiembre tenga un intercambio comercial en aumento de un 7% en relación con igual mes del año anterior, siendo esto otra convalidación del mercado agropecuario que a un valor de tipo de cambio no liquidaría la producción.
Mientras la falta de dólares en las reservas del BCRA será creciente, tener una distorsión cambiaria como la actual sería la herramienta de política económica seleccionada por el gobierno para mantener “cierta estabilidad inflacionaria a cortísimo plazo”.
Si hacemos el ejercicio de ajustar el tipo de cambio de hoy – de $152.71 a en octubre de 2023, es decir a un 1 año)- a valores reales veremos que se encontrará en $328 (la actual política cambiaria continúa con las devaluaciones administradas diarias para ajustar la brecha cambiaria “crawling peg”); el dólar Coldplay (oficial + 30% de impuesto país) pasaría de $211 a $427; el dólar tarjeta (oficial + 30% de impuesto país + 45% de impuesto a las Ganancias) de $284 a $574 y el dólar turista (oficial + 30% de impuesto país + 45% de impuesto a las Ganancias + 25% de impuesto a los bienes personales) de $324 a 655 pesos.
Falta de sinceramiento
Hay una correlación directa entre la cantidad de tipos de cambio y las distorsiones en el mercado de cambios, que se están produciendo ante la falta de sinceramiento del valor real del tipo de cambio oficial.
Si tomamos el caso típico de una persona desea realizar compras fuera del país (pasajes aéreos o bienes en el exterior) o dentro del país servicios que están dolarizados, como Spotify o Netflix, esa persona con $100.000 comprarían USD 358 dólares. Como este tipo de dólar está compuesto por el tipo de cambio oficial más la carga impositiva correspondiente, AFIP estableció que esta persona podría tramitar a partir de enero 2023 la devolución de parte de los impuestos cobrados para adquirir este tipo de dólar, siempre y cuando sea un empleado en relación de dependencia que no paguen impuestos a las Ganancias o Bienes Personales. Los monotributistas podrán pedir la devolución de un porcentaje impositivo.
Para el caso de una compra de dólares efectuada por un valor de $40.000 en octubre 2022, la devolución del 45% del impuesto a las Ganancias serían por el valor de $18.000, pero este número si bien es cierto nominalmente corresponde a valores de octubre 2022, al pagarse en junio 2023 debería ser en términos reales de 30.496 pesos. Lo anterior es una muestra simple de cómo, si bien es cierto se devolvieron los impuestos cargados en el momento de la compra, este valor se terminó licuando por el efecto inflacionario.
Ahora tenemos el caso del dólar turista, con recarga adicional del 30% de impuesto país, 45% de impuesto a las Ganancias y el nuevo 25% de Bienes Personales.
Para el caso de un monotributista que compra pasajes al exterior con destino a Sidney (Australia) en enero 2023 a un valor de $1.759.458, recién un año después podrá hacer el pedido del reintegro en AFIP. Se lo reintegrarán recién en octubre de 2024. Esta devolución será de $615.810 en términos nominales a valores de enero 2023, pero que a valores de octubre 2024, ajustado por inflación, debería ser de $1.525.054. Es decir, queda exhibido a las claras que con un Banco Central sin dólares, en lugar de permitir que los particulares vayan a buscar los dólares al mercado paralelo en el Mercado Electrónico de Pagos, conocido como dólar MEP para operaciones al exterior, decidió que se siga efectuando a través del MULC (Mercado Único y Libre de Cambios) a costa de agregarle un mayor costo impositivo con afán recaudatorio para colaborar con el financiamiento del déficit fiscal.
Finalmente tenemos el caso del dólar Coldplay, en donde la carga impositiva la absorbe en su totalidad el gobierno (impuesto país).
La distorsión efectiva del mercado cambiario ajustado por inflación hace que una entrada al concierto de Coldplay que de este año costó $44.850 llegue a $102.258 en la proyección anual, más del 100%.
A su vez, a todos los espectáculos de artistas internacionales se les sumará, en el caso que proyectemos el precio de la misma entrada en pesos ajustado por inflación más el impuesto País del 30%, un valor casi inviable para el bolsillo en pesos local.
La diversidad de tipos de cambios de la economía no solo esconde la escasez de dólares en el BCRA, sino que muestra una devaluación encubierta del Gobierno ante la falta de sinceridad y responsabilidad cambiaria. Atrasar el tipo de cambio oficial para generar un mínimo de expectativas de mejora inflacionaria, pero con un crawling peg galopante, vuelve a la estrategia una pérdida de eficacia en el camino.
Si la devaluación mensual ronda el 6%, el piso mínimo de inflación se equipará a este valor, por lo cual recuperar valores por debajo de ese número es casi una utopía cuando además se están corrigiendo otros precios regulados de la economía como las tarifas de servicios.
Más cepo cambiario y desdoblamientos terminarán con resultados conocidos y cada vez más acentuados en el tiempo como crecimiento de la formación de activos externos, más trabas y distorsiones para operar con la divisas con ejemplos concretos como hemos mostrado en esta nota, adelantamiento de compras por expectativas de devaluación futura y menor flujo de divisas salientes y entrantes.///
Por Damián Di Pace- Analista de temas económicos