Dueños de la calle
Tiempo atrás en esta columna hacíamos referencia a la caótica situación que se registraba cada domingo en el tramo de la avenida 10 entre 99 y 117, ante el descontrolado tránsito de un grupo de inadaptados haciendo peligrosas piruetas en motos y atronando con los ruidos de los escapes libres a los involuntarios espectadores.
Tal conducta, que por cierto parece instalada ante la inexplicable anomia que exhibe la Municipalidad en materia de controles, no solo no ha sido corregida sino que registró un nuevo episodio hace una semana, cuando convocados a través de las redes sociales, un grupo de jóvenes llevó adelante una ensordecedora caravana por dicha arteria y otros sectores, en honor al cantante de cumbia Lautaro Coronel, conocido como “El Noba”, quien perdiera la vida a causa de las heridas sufridas en un accidente en el que viajaba en moto a alta velocidad y sin llevar puesto el casco protector.
El llamativo “homenaje” generó el enojo de personas que disfrutaban del paseo dominguero y que vieron alterada su tranquilidad, sin que nuevamente ningún inspector de Tránsito o policía intentara poner orden.
Respecto a esta molesta moda de los llamados “cortes” del motor de las motos, que producen sonoras y repetidas explosiones, vecinos que residen en la Villa Díaz Vélez se quejan de estos episodios en cada madrugada de los fines de semana, también amparados por una falta total de control.
Tampoco se ha resuelto una mala y peligrosa costumbre que se había morigerado en los últimos tiempos, producto de la prohibición de circular a causa de la cuarentena dictaminada por el Gobierno nacional, y que ha renacido con fuerza: las picadas de motos, que se repiten los domingos desde minutos cercanos a la medianoche, con las avenidas Jesuita Cardiel, 2 y 10 como escenarios.
Para realizar esta práctica algunos protagonistas llevan el casco puesto y otros no, y los vecinos han podido observar que algunos circulan en motos que están en muy mal estado, y que no usen luces. Un combo de faltas e irresponsabilidades, que ponen en riesgo vidas y que tampoco son combatidas por las autoridades.
En la semana se ha difundido desde el municipio la realización de controles de tránsito, pero de poco vale que se promocione la realización de tales acciones en los que se secuestra autos y motos, generalmente por falta de documentación, si no se solucionan estos desbordes de motociclistas a los que poco parece interesarles sus propias integridades y, obviamente, la de terceros.
Las estadísticas de siniestralidad en la vía pública de Necochea muestran un lamentable alto índice de conductores de motos fallecidos. Y en el caso de que el desenlace no sea tan grave, los afectados suelen demandar largas internaciones en el Hospital, ocupando camas de la Unidad de Terapia Intensiva que por cierto siempre resultan escasas ante la demanda de la comunidad.
Como ya lo hemos marcado en este espacio, el Ejecutivo Municipal, ya sea a través de su área de Tránsito o el Juzgado de Faltas, cuenta con todas las herramientas legales para terminar con esta costumbre de estos transgresores que se sienten dueños de la calle. Sin embargo lo que claramente se percibe es que no surge una clara voluntad por atacar a la problemática de las motos, ya sea por desinterés o ineficacia.///