El arte de la pesca de cornalitos desde la Escollera de Quequen
¿Cómo es el procedimiento para obtener estos pequeños peces?
Saltando de piedra en piedra, haciendo equilibrio y moviendo un caño de varios metros de largo, así pescan cornalitos con una red desde la Escollera de Quequén.
Una actividad peligrosa a simple vista, pero también un trabajo de admirar, porque se requiere tener conocimiento y destreza, más allá de las herramientas adecuadas.
El objetivo de estos pescadores es llenar la mayor cantidad de cajones que se pueda y, a medida que van saliendo, ir poniéndolos a la venta ahí nomás, en la punta de la Escollera Norte, junto al mirador. Más frescos imposible.
Procedimiento
El grupo de pescadores llega a la Escollera (son al menos cuatro los que se necesitan para realizar la labor), bajan la vara que tiene unos diez metros y está conformada por tres tramos unidos por cámaras de goma, meten la red al agua y empiezan a bajar cajones. También arman una especie de base en la cual pararse y empiezan los saltos de piedra en piedra, con subidas y bajadas a la plataforma de la Escollera constantemente. Una verdadera actividad física.

Para poder tirar la red y que vuelva formando un círculo en el que quedan atrapados los peces (y algunos cangrejos) tienen que amarrar una soga a una piedra y mediante una especie de polea empiezan a hacerla mover por el agua, tirando a mano de la piola mientras otro va recibiendo nuevamente la vara y subiendola para que no se caiga al mar.
El procedimiento no dura más de cuatro minutos desde que la red empieza a desplegarse hasta que vuelve y se levanta, pero con eso casi siempre basta para llenar al menos medio cajón.
Así una y otra vez se repite el procedimiento hasta obtener la cantidad suficiente que permita llevar la comida a la mesa tanto de los pescadores como de los que conocen este punto de venta y se acercan a llevar su cena.
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