El Casino de Necochea: Ruina de un símbolo y el dilema de su futuro
Debate ciudadano y político ante el deterioro de un edificio emblemático: entre la demolición y la esperanza de un destino productivo
El Complejo Casino de Necochea emerge en el diálogo de diversos referentes locales como un tema ineludible y urgente que requiere una solución definida. Lejos de ser un mero edificio en desuso, su estado actual es visto por muchos como un reflejo de la propia ciudad, un testimonio de su grandeza pasada y su decadencia presente. Quienes lo conocieron en su esplendor rememoran con nostalgia sus dos pisos, el teatro en pleno funcionamiento, el restaurante con pileta, la boite, la pista de patinaje y hasta la famosa lámpara de cristal, elementos que lo convirtieron en la postal de Necochea y un lugar que atraía a turistas de diversas provincias. Hoy, esa imagen de orgullo se ha transformado en una "cicatriz muy grande en la frente de la ciudad", un "monstruo del que nadie se quiere hacer cargo", un "elefante blanco que ya murió" y que genera tristeza verlo abandonado o "caído a pedazos".
La situación actual es vista como el resultado de años de falta de inversión y mantenimiento. Se señala que, tras su traspaso de la Provincia al Municipio, este último careció de los fondos necesarios para sostener una estructura de tal magnitud. El abandono del Casino se inscribe, para algunos, en un patrón más amplio de incapacidad local para cuidar el patrimonio y la desidia general. La melancolía por lo perdido coexiste con la conciencia del riesgo que implica el deterioro, con desprendimientos y una estructura en estado peligroso que exige una decisión por seguridad.
Frente a este panorama, las opiniones sobre el futuro del Complejo se dividen, aunque existe un consenso general en que "cualquier proyecto es mejor de lo que hay". Una postura radical plantea la necesidad de la demolición lisa y llana, argumentando que el edificio actual "ya no sirve más" y su reparación sería excesivamente costosa. Incluso se sugiere la "implosión", preferible a verlo en su estado actual. Quienes propician esta vía visualizan el espacio resultante como un lugar para "una obra diferente", quizás un "hermoso jardín de piedras y plantas" o una plaza. Se considera que la necesidad de demolerlo hace que el predio sea incluso menos atractivo para invertir que un lote libre.

Sin embargo, otra corriente importante aboga por la recuperación y preservación de parte o la totalidad de la estructura. Esta visión busca salvar el patrimonio histórico y mantener el valor simbólico del edificio, considerándolo un "punto para la ciudad, no tiene que terminar en manos de un privado porque es un símbolo". Se acepta la necesidad de modernizarlo, pero cuidando la estructura y manteniendo elementos como el Auditórium. Se lamenta que se haya dejado caer y se subraya que es fundamental recuperarlo "para la ciudad".
La falta de recursos estatales y municipales lleva a que la mayoría de las voces coincidan en la imperiosa necesidad de atraer inversión privada. Aquí surge otra disyuntiva clave: ¿venta o concesión? Quienes se inclinan por la venta argumentan que otorga al inversor la seguridad de la propiedad, necesaria para acometer proyectos de gran envergadura y millones de dólares, como la construcción de torres o un hotel de alta categoría. Se vería con agrado la venta si lo producido se destinara a obras públicas para beneficio de toda la ciudad. La venta se considera una opción si beneficia a la ciudad y si la Provincia se ocupa de reubicar la sala de juego si fuera necesario.
Por otro lado, la opción de la concesión a largo plazo es defendida para mantener el patrimonio en la órbita pública y asegurar que el municipio tenga control sobre las reglas y condiciones del desarrollo. Se teme que la venta implique que el dinero se diluya o que los intereses privados primen sobre el bien común. Se propone una administración mixta, donde el Estado municipal pueda usufructuar el espacio, pero con participación e inversión empresarial.

Las propuestas de usos para el Complejo son variadas y apuntan a revitalizar el espacio y generar actividad. Predomina la idea de desarrollar un gran complejo hotelero, idealmente de 4 o 5 estrellas, para dotar a Necochea de hotelería de primer nivel. Se menciona la posibilidad de un "megahotel con un casino". Más allá del alojamiento, se proponen usos mixtos que recuperen la vida cultural y social del lugar: museos, galerías de artistas, espacios gastronómicos y comerciales, bolos, espectáculos en un Auditórium recuperado, e incluso la hípica. Se busca un espacio que sirva tanto a turistas como a residentes. Se plantea la necesidad de un plan integral para toda la zona costera, donde el Casino sea un punto clave de un desarrollo a largo plazo.
Definir el futuro del Casino requiere, según las fuentes, un proceso de discusión amplio y consensuado. Se señala que no es una decisión que deba tomar una sola fuerza política o gestión, sino que debe involucrar a la sociedad, el Concejo Deliberante, instituciones, y expertos como el Colegio de Arquitectos. La participación ciudadana es vista como fundamental, quizás a través de una consulta o plebiscito. Se insiste en la necesidad de dejar de lado intereses individuales o mezquindades políticas y trabajar en equipo para encontrar soluciones que beneficien a la comunidad.

El Casino de Necochea se erige así como el símbolo de un pasado glorioso y un presente doloroso, pero también el catalizador de un debate sobre el futuro de la ciudad. La disyuntiva entre la demolición o la preservación, la venta o la concesión, y la visión de un espacio público al servicio de la comunidad o un emprendimiento privado generador de riqueza, definirá no solo el destino de un edificio emblemático, sino también, para muchos, la capacidad de Necochea de superar la inercia y emprender un camino de desarrollo planificado y consensuado. La decisión, que se considera urgente y con peso político y social, permanece como un desafío colectivo que espera definición.
Esta nota fue escrita en base a la interpretación general que se hizo mediante herramientas de inteligencia artificial de Google, sobre las más de 340 opiniones que se dieron en la sección Puntos de Vista, que se publica semanalmente en Ecos Diarios.
Estas opiniones están disponibles públicamente en la Enciclopedia abierta de Puntos de Vista sobre Necochea a la cual se puede acceder mediante este link.
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