El centenario de Ameghino
Nacido en el ímpetu de jóvenes amantes del fútbol y aún latiendo con esa pasión en el corazón de la ciudad
Desde el corazón del centro de la ciudad, otra significativa institución social y deportiva cruza los 100 años de vida, atravesando la vida de numerosas generaciones de necochenses. El próximo 20 de junio, el Club Atlético Ameghino festejará su centenario, nacido en el ímpetu de jóvenes amantes del fútbol que se juntaban en la plazoleta de la avenida 58.
La pelota ha sido el motor como en otros tantos clubes del país. Aunque no haya llegado a oído de las nuevas generaciones de hinchas, Ameghino forma parte de la historia grande del fútbol de nuestra ciudad y de la misma fundación de la Asociación de Fútbol, en 1930, cuya acta inaugural se firmó en la propia secretaría del club junto a los representantes de las otras instituciones fundacionales de la entidad madre de nuestro balompié: Rivadavia, Huracán e Independiente. Luego se llamaría Liga Necochea desde 1936.
Esos comienzos están estrechamente ligados a Ecos Diarios, ya que entre aquel grupo de fundadores, se encontraban los hermanos Enrique, Saúl y Aníbal Ignacio, hijos del fundador de este diario, Antonio Ignacio y quienes también trabajaron, ocuparon diferentes cargos y fueron piezas fundamentales a lo largo de los 97 años de este matutino, pronto a cumplir los 98.
El primer presidente de la institución fue Sergio Oyamburu y secretario Saúl Ignacio, integrando además la comisión, Aníbal y Enrique Ignacio, Juan Carlos Catalán, Rafael Quaglia, Arturo Scaramuzza, Adolfo Reynoso, Emilio Welsh, Miguel Serrallonga, Pedro Tavano, Arturo Maciel, Emilio Hauri, Héctor Quincoces y Juan Martitegui. En la década del 50 se incorporaron al club los hermanos José y Atilio Falcone y a partir de ahí se impulsó la compra de la propiedad de Garré, la que se demolió y se comenzó la construcción de la sede, con columnas para tres pisos.
Florentino y el Ferro
El nombre surgió en homenaje a Florentino Ameghino, destacado estudioso de la denominada Generación del 80 en nuestro país, quien se impuso en la elección a dos próceres estadounidenses: George Washington y Abraham Lincoln, sorpresivamente entre los candidatos. Las primeras reuniones se realizaban en la esquina de calles 60 y 61, frente a la plaza, y luego en avenida 58 y 65, frente al Centro Vasco. Los colores verde y blanco se adoptaron del Club Ferro Carril Oeste de Buenos Aires, que por entonces era una de las entidades más convocantes y pujantes en el fútbol amateur porteño, que además había ascendido en 1912 a la primera división.
Con un equipo integrado, entre otros, por Emilio Hauri, Emilio Welsh, Tavano, Quincoces, Serralloga y los nombrados Aníbal y Saúl Ignacio, el bautismo de fuego fue en 1920 frente a un equipo del Club 9 de Julio, con victoria 1-0.
Dos estrellas
Los momentos más gloriosos fueron los dos títulos de primera división de la Liga Necochea de Fútbol conquistados en 1937 y 1952. Luego de 18 años de su fundación, se quedaba con el torneo más importante de nuestra ciudad contando con jugadores como Luis Izzo, Pascual Di Mateo, José Mazzilli, Orlando Bicarelli, “Paco” Martínez, Desiderio Derico, “Tony” Izzo, Güida, el arquero Acosta, Micheli, Ferrari, “Cholo” Pagani y Juan José Monge, quien fue el goleador del torneo con 17 tantos. El campeonato de 1937 contó con ocho equipos y fue subcampeón Ministerio de Quequén.
La segunda estrella en su escudo la conseguiría en 1952 con una campaña invicta en la ronda final mostrando recordados pasajes de buen juego para desbancar a Independiente de San Cayetano quien venía de ser bicampeón 50-51. El plantel campeón lo integraban,
entre otros, jugadores como Luis Carreras, Parmenio Larraburu, Humberto Pérez, José de Arregui, Carlos Cejas, Alberto Rodríguez, Ricardo Guerrero, Rodolfo Quaini, Julio Guerrero, Federico Rodríguez, Luis Masur, Martín Grandi, “Lalo” Casado, Godofredo Escandón, Carlos Iborra, Juan Ibarra, Francisco Cepeda, Raúl Ramos, Ariel Cárdenas y Héctor Echegoyen. Marcó 42 goles en 17 partidos, siendo el máximo artillero Ricardo Guerrero con 12 goles, seguido por Arregui con 10. Ameghino dejó de jugar el torneo de primera de la Liga Necochea de Fútbol en 1965 y ya no volvió, por lo que nunca jugó en el Ascenso. Participaría algunos años más el fútbol amateur, hasta que finalmente la actividad se abandonó definitivamente.
Presente amateur
Después de más de 40 años de ausencia, los colores verde y blanco de Club Atlético Ameghino volvieron a correr oficialmente en Primera división en una cancha de fútbol gracias a la Liga Independiente de Fútbol Amateur, disputando con continuidad los torneos desde 2014 y hasta la fecha. Hoy, el equipo entrenado por Ezequiel Gorosito juega en la División Ascenso, buscando volver a los primeros planos en el Clausura de este año.
Pero no todo ha sido fútbol para la entidad, que ha canalizado muchas de sus actividades en la coqueta sede de avenida 58 al 3130. A lo largo de sus cien años siempre ha estado ligado al ciclismo, con la organización de cinco campeonatos argentinos; bowling, atletismo, triatlon, duatlon, taekwondo, además de una diversa actividad social y cultural.
Actualmente el club cuenta con prácticas de karate, a cargo de Walter y Nicolás Bravo; arquería, con el grupo Kem-Kem; Gimnasia con la profesora Cecilia y ofrece clases de yoga, baile folcrórico, danza clásica y salsa.
El actual presidente y secretario deportivo es Julio César “Mulo” Díaz, quien ha sido el gran motor del club los últimos años. La comisión directiva la completan Federico Iborra como vicepresidente; Cristian Menna como secretario; el tesorero Néstor Rasso; los vocales Rodolfo Rodríguez, Sergio Pueyo, Julio Rasso, Guillermo Escoda y Carlos Domínguez, y los revisores de cuentas Jorge Amestoy, Celia Rasso y Humberto Movilla.
El gran festejo del centenario será anticipado con una cena show el 8 de junio en el salón de la entidad, coincidiendo además con la Cena de Campeones por los 20 años de la Asociación de Pilotos del Sudeste.
Son 100 años llenos de pequeñas grandes historias en aquellos que el club cobijó. Llenos de emociones que disfrutan los que hoy permiten que el club siga latiendo y no dejan que se apague la llama de los pioneros. La misma llama que buscan encender en los más jóvenes para que el club siga en movimiento por muchos años más.