“El docente aprende de los alumnos”
María Rita Gil. Presentó su libro dedicado a quienes fueron sus estudiantes de la Escuela Primaria Nº 40, en 1980, con un relato lleno de vivencias, alegrías y tristezas
Mario Maruca
De la redacción
“La presentación del libro fue algo mágico para mí y nos volvimos a reunir en familia con el grupo, nos abrimos a los recuerdos y nunca pensé como escritora que iba a realizar un relato testimonial”, expresó con emoción en su rostro.
María Rita Gil dialogó con Ecos Diarios en el bar cultural Che Borges, donde expuso su obra y se reencontró una vez más con esos hombres y mujeres que fueron sus alumnos décadas atrás.
“Este grupo me dio una satisfacción especial, a pesar de haber tenido muchos grupos de estudiantes a lo largo de mi extensa trayectoria como docente. Por eso que esta obra está dedicada a estas personas”, enfatizó.
“Fui la maestra de séptimo grado en aquel momento, allá por 1980, y solamente ese año que trabajé en la Escuela Primaria Nº 40, del barrio Estación Quequén. Pero luego de 37 años me buscaron para recordar ese egreso inolvidable que vivimos”, añadió.
“Los alumnos aparecieron con sus hijos y nietos en algunos casos. Pensé que se trataría de un reencuentro más, como ha sucedido, pero no, el grupo se conformó y materializó como tal y nos seguimos reuniendo desde el 2017 hasta este momento”, resaltó la docente jubilada.
“El grupo es sostén y contención entre sus integrantes, con la participación de sus familiares y nos mantenemos en contacto permanente. Hay un buen día, cómo estás y las personas están presentes fuertemente, son excelentes seres humanos, ayudan a la escuela y lo mismo a alguna familia que lo necesite”, precisó María Rita Gil.
En homenaje
“El libro que escribí está dirigido a ellos, mis alumnos de la Escuela 40, en homenaje a las buenas personas que son, con la vocación de hacer el bien. En esta posmodernidad que se vive, esta gente, ha buscado recuperar los valores que sembramos hace muchos años en la escuela”, señaló con alegría.
“Estoy orgullosa, emocionada por todo lo hacen, acciones por la comunidad, es un grupo solidario, hacia adentro y afuera, nos contemos los integrantes. Abren puertas al corazón, lo pasamos bien y cuando tenemos que ponernos serios, lo hacemos”, reconoció.
El libro está dividido en dos etapas, donde se habla de una época muy particular para Quequén, cuando fue anexado a Necochea por la Dictadura Militar de ese momento, y donde se abrieron fuentes de trabajo para docentes de nuestro medio.
El contexto de esos años, 1979 y 1980, le da lugar al texto y la autora de “Los chicos de la Escuela 40”, una historia digna de ser contada, brinda su opinión acerca de lo que era la Educación en el país en ese momento y lo que es en la actualidad.
“No es un relato nostálgico, ni religioso, ni tiene connotaciones políticas, son mis pensamientos y volcada mi subjetividad de lo que creo. Las posiciones mías las somete a debate con mis colegas y, la segunda parte de mi obra, está dedicada a los familiares de quienes fueron mis alumnos”, sostuvo María Rita Gil.
“La educación es distinta”
En el grupo de ex estudiantes, hay uno de ellos que se encuentra afincado en Francia; otro trabaja en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz; hay también un apicultor; un herrero y hasta una ayudante terapéutica, entre otros rubros que la vida los atravesó.
“Nos mantenemos abiertos a las necesidades de la escuela y la propia directora actual nos confirmó que están abocadas las docentes, a la recreación de la biblioteca y el grupo se puso en alerta para llevar libros y colaborar”, explicó.
“La educación de 2023, a comparación de aquellos años en que me tocó trabajar, para mí es distinta, los docentes siguen capacitándose y tienen mucho trabajo. Con la pandemia, se adaptaron a actuar como se pudo”, afirmó.
Y consideró que “el paradigma cambió, allá por 1980, el maestro era el centro del aula y determinaba quién podía hablar y quién no. Ahora y siempre, el docente aprende permanentemente con sus alumnos, pero el debate se abrió y el docente se corrió a un costado para lograr que los chicos, con sus argumentos, puedan aprender mejor. El aprendizaje es social porque es un proceso que se produce entre personas y hay una paradoja, está la subjetividad del maestro y de los chicos”.
Retrato
María Rita Gil es docente (desde hace años, jubilada) y escritora, autora de los libros de poemas “De soles y espumas” y “Horizontes de mar”, y del libro “Los chicos de la Escuela 40, una historia digna de ser contada”.
Ha participado en los poemas colectivos “Abrazados” y “Enlazados”, y en la Antología defaros y amares”.
Fue premiada en la Fiesta Nacional de las Letras por su obra “El Mito en la Literatura Infantil”. Su poema “Mujeres de la Tierra, integra la antología poética digital “Grito de Mujer”, del Movimiento Internacional de Mujeres Poetas.
Está casada hace 51 años con Antonio Pereyra, un hombre de la literatura también, quien fue director de Cultura de la Municipalidad de Necochea y presidente de la Fundación Educacional de la Usina Popular Cooperativa “Sebastián de María”.
Precisamente, Antonio Pereyra es el prologuista del libro de María Rita, quien es madre de tres hijos, Walter, Andrea y Marisol, y además se agregan cuatro nietos que son la luz de sus ojos.
María Rita se recibió como docente a los 18 años y comenzó a trabajar a los 19, pero antes lo hizo en la ex empresa Cincotta, como secretaria. Su vocación era la educación y pudo más, por lo que cuando la llamaron para una suplencia de 15 días en la ex Escuela Nº 45, de Ramón Santamarina, decidió ser maestra.
Luego cumplió funciones en la Estación San José, entre La Dulce y Lobería, donde trabajó durante dos años. Su padre la llevaba hasta la escuela el lunes y la iba a buscar los viernes para regresar a Necochea, en ese momento, se escribía cartas con Antonio Pereyra siendo novios y Alejandro Magno, hacía de cartero.
Durante 37 años desarrolló tareas como docente en escuelas del distrito. Fue directora del Jardín de Infantes de Claraz y varios años trabajó en la Escuela Nº 19, del barrio 9 de Julio, entre otros establecimientos.
Y su madre también fue maestra de escuela en Gonzales Chaves. /////