El drama que no reflejan los números
A pesar del crecimiento del aparato del estado para atender el preocupante incremento de los casos de violencia de género, la falta de estadísticas actualizadas pone en duda la efectividad de las políticas para frenar esta problemática
Por Juan José Flores
Redacción
La situación actual de la violencia de género en Argentina es preocupante. Necochea no es ajena a esta situación. A diario la página policial de nuestro medio refleja esta triste realidad.
No obstante, en un país donde la ley de información pública no parece aplicar a los organismos de seguridad, las estadísticas sobre este tipo de delitos es tan poco confiable como la de los robos.
Esta semana a partir de un pedido de los Ministerios de Justicia y Derechos Humanos y de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, la Suprema Corte de Justicia bonaerense dispuso la adecuada identificación de los varones detenidos en cárceles bonaerenses por delitos cometidos en contexto de violencia de género.
Esta medida, formalizada a través de la Resolución 1088, se enmarca a su vez en un proyecto de la Subsecretaría de Política Criminal de la cartera de justicia, orientada a lograr una medición estadística más exhaustiva de distintos aspectos de esta forma de criminalidad.
Acceso a la información
A pesar de la creación de distintas dependencias y organismos en los distintos niveles del estado, de la difusión de información y la realización de capacitaciones, el acceso a información actualizada sobre este tipo de delitos es escasa.
El Registro Único de Casos de Violencia contra las Mujeres (RUCVM) del Indec, que recoge información oficial de distintas fuentes (instituciones de salud, justicia, seguridad, etc.), contabilizó 576.360 casos acumulados de violencia de género, pero los datos corresponden al período comprendido entre 2013 y 2018.
Más cercanos son los datos abiertos de la Corte Suprema de la Nación. Según esta fuente, durante 2022 hubo 82 víctimas de femicidio en la provincia de Buenos Aires. En Necochea no se registró ninguno.
De acuerdo a esta misma fuente, la mayor concentración de femicidios directos (60) tuvo lugar en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Para el resto de la provincia se informaron 22: 3 en Olavarría, 2 en Bahía Blanca, 2 en Mar del Plata y 2 en Cañuelas (todos ellos en zonas urbanas).
También se registró un femicidio en balneario Pehuén Co, Carlos Tejedor, Oriente, Benito Juárez, Chacabuco, General O´Brien, General Juan Madariaga, Laprida, Los Toldos, Ranchos, San Andrés de Giles, San Nicolás de los Arroyos y Tres Lomas.
Hay que remontarse al informe de 2019 para encontrar un caso de femicidio registrado en nuestro distrito. Se trata precisamente de uno de los hechos que mayor conmoción causó en la ciudad ese año: el crimen de Natalia Bandiera el domingo 17 de noviembre de 2019.
El femicida no sólo mató a la mujer, luego se atrincheró en la casa, disparó contra los policías y amenazó con suicidarse ante la vista de decenas de personas que llegaron hasta el lugar alarmados por el hecho.
Otros dos casos de violencia de género que terminaron en femicidio y conmocionaron a nuestro distrito ocurrieron el 20 de noviembre de 2016, con la desaparición de Adriana Caballero, y el 22 de enero de 2018, con la muerte de Mónica Graciela Benavidez.
Estos serían los casos extremos, que culminaron de la peor manera. Pero el mismo organismo también cuenta con una estadística de causas de violencia de género iniciadas en el Departamento Judicial de Necochea.
Sin embargo los datos sólo llegan hasta 2021:
2010: 552 causas
2011: 633 causas
2012: 549 causas
2013: 1.077 causas
2014: 1.031 causas
2015: 1.028 causas
2016: 1.113 causas
2017: 1.346 causas
2018: 1.271 causas
2019: 1.206 causas
2020: 1.248 causas
2021: 1.762 causas
La falta de datos de 2022 no permiten establecer si la creación de distintas áreas de contención de la víctima, ministerios, secretarías, direcciones y campañas de concientización han servido para al menos volver a los índices prepandemia.///
Femicidios que quedaron en el olvido
Los fríos números de la estadística judicial y policial no permiten conocer con exactitud cuál es el verdadero alcance del drama de la violencia de género en la ciudad.
Incluso, el cambio de paradigma sobre este tema registrado en los últimos años, deja en evidencia que algunos de los homicidios más resonantes registrados en la ciudad y, aún sin resolver, podrían ser femicidios.
Es el caso de la muerte de Alejandra Fiorito, una mujer que apareció en el interior de un auto con varios disparos y una herida de arma blanca.
El hallazgo de droga y dinero dentro del auto en que fue hallada, en la avenida 58, desvió la mirada de los investigadores hacia un posible ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico.
Sin embargo, al no existir ninguna pista en ese sentido, no se puede descartar que Fiorito haya sido víctima de un hecho de violencia de género.
En ese sentido, existen otros crímenes emblemáticos que podrían ser considerados femicidios. Uno de ellos es la desaparición de Adriana Celihueta. El cuerpo de la joven veterinaria nunca fue encontrado, por lo que no se ha podido siquiera establecer que haya sido asesinada.
La noche del 15 de enero de 1987 salió de la casa que compartía con sus padres. Dijo que volvía “enseguida” y se llevó el automóvil Dodge Polara de su papá.
Nunca más regresó a su casa y horas después, a las 6 de la mañana siguiente, el rodado fue hallado en un sector de la costa, con las llaves sobre un asiento, una puerta abierta y los documentos de la veterinaria arrojados sobre la arena.
En los años siguientes la investigación siguió distintas hipótesis. El principal sospechoso fue desde un primer momento el veterinario que empleaba a Adriana, pero a pesar de que se realizaron incluso excavaciones en su propiedad, nunca se encontró ningún elemento de prueba.
En 2001 la fiscal Silvia Kluka, del Departamento Judicial Mar del Plata, solicitó que se retomara la investigación y se cambiara la carátula de “desaparición dudosa de persona” a “privación ilegítima de la libertad con homicidio resultante”. Pero debido a la falta de pruebas, el juez interviniente paralizó la iniciativa.
Drama pasional
Otro crimen sin resolver que en su momento causó conmoción y que en algún momento se pensó podría ser consecuencia de un drama pasional, es el de Mónica Neila.
La muerte de Neila se produjo el 21 de septiembre de 2006 y todo indicaría que fue víctima de un femicidio, aunque el escenario del crimen podría haber sido alterado para que apareciera como un homicidio en ocasión de robo.
El cuerpo de la mujer fue encontrado en la habitación del frente de la casa que ocupaba junto a su madre Irma Cacace, en la calle 61 al 1300. Neila se encontraba semidesnuda, con ropa interior que no sería suya y golpes en la cabeza.
Fue precisamente Cacace quien, al regresar de su trabajo, encontró a Neila muerta y dio aviso a la Policía.
En un primer momento se sospechó que los delincuentes habían ingresado a robar luego de que Cacace se fue a trabajar y fueron sorprendidos por Neila.
Por esta razón, según la primera de las hipótesis, habría sido asesinada por los ladrones, que para ingresar violentaron una ventana con un destornillador y luego escaparon por los fondos.
No obstante, aunque el mayor desorden se encontró en la habitación que ocupaba Neila, el dinero fue sustraído del sector de la casa donde residía su madre, pero en esa parte de la vivienda no había nada desordenado.
Según uno de los estudios de criminalística realizados, “el homicidio se produjo en la cama del primer dormitorio, lugar de hallazgo de la víctima, por asfixia mecánica por compresión del cuello, siendo muy probable la participación de más de una persona”.
Mientras que un examen del escenario del crimen permite determinar que “el hecho de robo sería posterior al de homicidio” y se sugiere que habría sido armado para “enmascarar” el móvil delictivo, que sería “del tipo pasional”.
El “amigo”
El crimen de Alicia García ocurrió el 26 de diciembre de 2006 y no existen elementos siquiera para sospechar sobre las causas.
La mujer fue encontrada por su hijo acostada en la cama, toda ensangrentada, con un golpe en la cabeza en el departamento de la calle 30 al 2800.
En un primer momento se sospechó del propio hijo de García, pero luego se pudo determinar que al momento del crimen se encontraba en otro lado. Las sospechas recayeron entonces en un amigo y en otras personas vinculadas a García y a la vivienda donde residía.
Por falta de pruebas se descartó la hipótesis de robo y sin ningún rastro o huella que permita a los investigadores contar con algún indicio del crimen, la causa fue archivada. Aunque la pista del “amigo” podría haber llevado también a un femicidio.///