El Faro de Quequén cumple su función de guía de la navegación pero seguirá cerrado al público
El centenario faro de la ciudad se limita a cumplir su tarea de ayuda a la navegación pero aún no abrirá sus puertas a la gente
Hace 10 años que el faro permanece cerrado al público y ya no se realizan visitas guiadas, por lo cual no se puede visitar su interior ni subir sus escaleras. En los últimos años, solo se abrió en ocasiones especiales tales como los días previos a su centenario en el año 2021 cuando se llevó a cabo un acto conmemorativo municipal y reforzaron las medidas de seguridad. Por ello, el vecino o turista solo puede acercarse a la torre y contemplar su estructura desde afuera.
En este sentido, la incapacidad de realizar visitas del público responde a que las instalaciones se encuentran preparadas para realizar tareas de mantenimiento para cumplir con su función como ayuda a la navegación, pero realizar visitas implica contar con personal e instalaciones para tal fin.
En consecuencia, el faro local cuenta con una dotación de solamente cinco personas pertenecientes al Servicio de Hidrografía Naval dependiente del Ministerio de Defensa, quienes realizan recurrentes tareas generales de mantenimiento de infraestructura y sistema lumínico como asimismo del predio. A su vez, estos empleados tienen a cargo el balizamiento del puerto conformado por 12 balizas luminosas.
“La estructura del faro Quequén se encuentra en perfecto estado de mantenimiento siendo su último pintado el 2021 previa celebración del centenario” detallaron las autoridades del Servicio de Hidrografía Naval que, además, tiene a cargo 62 faros y 187 balizas en todo el frente marítimo nacional.
Pese a los avances tecnológicos de los modernos buques que navegan los mares por estos días, que cuentan con navegación asistida por satélite y demás innovaciones, los faros siguen siendo necesarios para la seguridad por su redundancia en caso que la tecnología falle.
En este sentido, sirven como puntos de referencia y localización en mapas, ayudando a los barcos a determinar su derrota. “Los faros están diseñados para ser estructuras duraderas y permanentes, aunque la tecnología haya avanzado ofrece herramientas para la navegación por su fiabilidad, visibilidad y referencia visual estable además de su larga tradición”, explicaron las autoridades.
El de Quequén es un faro centenario erigido y librado al servicio el 1 de noviembre de 1921 y actualmente, con 103 años, es el único de la zona. Desde su construcción se ha convertido en un ícono del partido de Necochea.
Función
El personal de Balizamiento mantiene, controla y supervisa el funcionamiento de todo el sistema de balizamiento de la costa atlántica y antártica argentina que está compuesta por 578 señales de las cuales 62, son faros.
El mantenimiento del sistema se hace a través de trece estaciones de balizamiento y una de las trece es la que está ubicada en Quequén, donde se mantiene, controla y supervisa no solo el faro de sino el sistema de balizamiento del puerto. No fue hasta 1922, con el faro funcionando, que se obtuvo el certificado final de obra de los trabajos portuarios.
Su historia
A los efectos de contribuir y complementar con la idea de Ángel Murga de la construcción del puerto de Quequén, y brindar seguridad a los buques que se aproximaran a la costa, el faro fue construido gracias a un proyecto ideado y presentado, por el capitán de navío Obel Renard, jefe de la división de hidrografía, faros y balizas, un 18 de septiembre de 1916.
Esta idea, presentada ante la dirección del material, al comienzo del año 1920, consistía en determinar los estudios AFA (apto, factible y aceptable) para llevar a cabo la construcción de una torre de más de 30 metros de altura en las casi más de dos hectáreas (manzanas 53, 58 y 59 del pueblo de Quequén) cedidas como donación por Pedro Iturralde, presidente de la sociedad anónima y puerto Quequén, conforme al decreto de fecha 31 de enero de 1920. Fue así como el anteproyecto, diseñado por el ingeniero civil Jorge Dobranich fue aprobado el 7 de marzo de 1920.
Posteriormente, se levanta el faro sobre un plano situado a 2 pies debajo de las mayores bajamares, al Sur de la Provincia de Buenos Aires, donde originariamente se plantaron 5.000 eucaliptus y 50.000 tamariscos para fijar y elevar el terreno.
A través de una licitación pública, la empresa alemana Dyckerhoff & Widmann, que también construyó otro faro y el puente ferrovial Patagones-Viedma, firma el contrato de construcción del faro, por la suma de sesenta y dos mil quinientos pesos moneda nacional, el cual debía ser entregado en un plazo de 120 días. Los trabajos se iniciaron el 14 de abril de 1921, bajo la supervisión del torrero de tercera Vicente Cachela, a la sazón el primer encargado del faro.
Luego de finalizado los ajustes correspondientes a su sistema óptico, el 1 de noviembre de 1921, exactamente a las 18.30, se pone en funcionamiento su óptico, y luego de verificar su correcto funcionamiento, desde la cubierta del crucero 9 de julio, se lo libera al servicio activo, en la situación geográfica latitud 38° 34´ 03” sur, longitud 058° 41´ 30” oeste, denominada faro Quequén.
Una torre de 34 metros de altura de forma troncocónica y de mampostería, pintado de blanco, con la plataforma y garita de negro, con una escalera caracol interna de 163 escalones, 8 ventanas de bronce, garita de paredes de hierros fundido y techo de cobre con ventanas y vidrios cónicos de 8 mm, con una altura sobre el nivel del mar de 64 metros, cuyas características lumínicas, suministradas por un equipo a gas acetileno, consistía en tres destellos blancos cada 20 segundo y un alcance lumínico de 19,4 millas náuticas (aproximadamente 39 kilómetros).
Desde entonces fiel a la orden que se le ha impuesto se enciende quince minutos después de ponerse el sol y de apagarse un cuarto de la hora antes de la salida del mismo.
Como dato curioso, el 15 de julio de 1931, fue despojado de su antigua característica diurna y fue pintado como lo vemos en la actualidad, una franja negra desde su base hasta 11 metros de altura, seguida de una franja blanca de la misma dimensión y finalizando con una franja superior.
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