El frente costero de Necochea: espejo de un potencial dormido
Voces ciudadanas claman por planificación e infraestructura para un destino que mira al mar
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Al analizar las más de 340 entrevistas que conforman la "Enciclopedia Abierta de Puntos de Vista sobre Necochea", impulsada por Ecos Diarios, se evidencia un diagnóstico recurrente y una esperanza compartida entre los ciudadanos: el frente costero se presenta no solo como el principal activo natural de la ciudad, sino también como el epicentro de sus desafíos y el eje fundamental para su futuro desarrollo turístico y urbano. Si bien la situación del Casino, un edificio emblemático que para muchos simboliza el esplendor pasado y la decadencia actual, es un tema que genera opiniones diversas y ha sido materia de amplio debate en otras entregas de este ciclo, el foco de este análisis se sitúa en el vasto territorio costero que rodea a la ciudad y su inmenso potencial.
Las voces consultadas son unánimes al destacar que Necochea posee una riqueza natural excepcional: mar, playa, río, parque y campo, todo en un mismo lugar. Sin embargo, esta ventaja comparativa es percibida como ampliamente desaprovechada. Existe un fuerte convencimiento de que el futuro de la ciudad se ancla en la costa y que la expansión natural de Necochea debe dirigirse hacia allí. La idea de extender el frente costero emerge como una propuesta central, visualizando un desarrollo que podría alcanzar Balneario Los Ángeles e incluso conectar con otras localidades del sur mediante una costanera. Para que esta expansión sea viable, se subraya la necesidad imperiosa de dotar a esas áreas de los servicios básicos y la infraestructura necesaria.
El desarrollo del frente costero, según los entrevistados, implica permitir desarrollos urbanísticos y emprendimientos de calidad. Se mencionan modelos de éxito en otras localidades costeras como Cariló, Pinamar, Mar de las Pampas o Costa del Este, donde se ha logrado un crecimiento armónico. Se propone explorar concesiones en la franja costera y se identifica potencial para proyectos hoteleros o de viviendas. No obstante, un punto crucial que se repite es la necesidad de que cualquier intervención respete el equilibrio ambiental y garantice el acceso público a la costa. Se sugieren soluciones creativas, como caminos de madera suspendidos sobre los médanos, para permitir el acceso sin dañar el ecosistema. Se advierte sobre el riesgo de construcciones que tapen la vista o generen exclusión, contrastando con ejemplos negativos como el barrio Médanos.
Turismo
Directamente vinculado al frente costero, el turismo es visto como uno de los motores principales para Necochea. Sin embargo, se percibe que la ciudad no explota adecuadamente su potencial y que el turismo actual se basa más en la tradición o la costumbre que en una oferta sólida y diversificada. La falta de definición sobre si Necochea es una ciudad "turística" o una "ciudad con turismo" es señalada como un obstáculo para la planificación a largo plazo.
Existe un fuerte anhelo por transformar a Necochea en una ciudad turística activa durante todo el año, superando la estacionalidad de los 40 o 45 días de verano. Para lograrlo, se considera fundamental ofrecer servicios de calidad y propuestas atractivas que vayan más allá de la belleza natural. La inversión, tanto pública como privada, es vista como esencial para este desarrollo. Se menciona la necesidad de atraer capitales privados y facilitar los trámites para los emprendedores. La creación de nuevos circuitos turísticos y la integración con otras ciudades de la región para generar un polo turístico más fuerte también son ideas planteadas. Se critica la percepción de que a algunos necochenses "les molesta" el turismo y se destaca la importancia de la conciencia colectiva sobre los beneficios que aporta esta actividad económica.
Infraestructura
Un factor que aparece transversalmente en el análisis y que afecta directamente el potencial del frente costero y el desarrollo turístico es el déficit de infraestructura. La falta de servicios básicos como agua y cloacas en vastos sectores de la ciudad es una preocupación recurrente. Se señala específicamente la urgente necesidad de contar con una planta de tratamiento de efluentes cloacales.
Más allá de los servicios esenciales, el estado de la infraestructura turística y urbana también genera inquietud. Se lamenta el deterioro de edificios emblemáticos como el ex balneario ACA y la Peatonal 83, que parece anclada en el tiempo. La Terminal de Ómnibus es mencionada como una "carta de presentación" deficiente. La falta de señalización adecuada en accesos y calles turísticas es otra crítica. Si bien se reconocen algunas mejoras recientes en espacios públicos y ciertas avenidas, se considera que hace falta una inversión sostenida en obra pública que acompañe el crecimiento. La expansión de la red de asfalto, por ejemplo, es vista como impulsora de la urbanización y el desarrollo.
En conclusión, las voces ciudadanas reflejan una visión clara: Necochea tiene un potencial extraordinario concentrado en su frente costero y su riqueza natural. Sin embargo, para que ese potencial se traduzca en desarrollo y crecimiento sostenido, es indispensable superar la falta de planificación y la ausencia de decisiones políticas claras y consensuadas. El desarrollo turístico debe ser una prioridad, apuntando a ser un destino anual con servicios de calidad. Y todo esto debe ir de la mano con una inversión decidida en infraestructura básica y urbana, superando el "cortoplacismo" y la falta de visión a largo plazo que ha caracterizado a la ciudad. Los ciudadanos, en su diversidad de opiniones, parecen coincidir en que es hora de que Necochea, aprovechando sus dones naturales, mire decididamente hacia el mar con un proyecto claro y el compromiso de todos.
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