El Garden Club recorrió el parque “Miguel Lillo”, en una charla a cargo de Rosa Sarries
La ingeniera forestal explicó los fundamentos para su creación y porqué es tan importante en el desarrollo de la ciudad
ALEJANDRO BELTRÁN
Para Ecos Diarios
En una soleada tarde ideal para pasear por unos de los lugares más bellos e icónicos que tiene la ciudad como es el Parque Miguel Lillo, el Garden Club organize ayer una charla a cargo de la ingeniera forestal, Rosa Sarries, oportunidad en la que explicó, durante una recorrida realizada por el lugar, la historia del mismo, la importancia que tuvo en aquel momento y porqué es tan fundamental para el presente y las nuevas generaciones.
Quien dio las palabras de bienvenidas a los presentes fue Susana de Marchán, actual presidenta de la institución, diciendo que “la semana anterior tuvimos que suspenderla por el tema de la lluvia, pero en esta tarde (por ayer), tenemos mucho sol y estamos muy contentas de recibir a Rosita Sarries, quien realmente es una compañera, una ingeniera excelente y que nos ayuda en todo, como fue en el concurso de jardines y ahora, nada menos que en recorrer el Parque, reconocerlo y evaluarlo para aprender a quererlo. Eso es muy importante”.
La titular de la entidad local estuvo acompañada por María Nelly Arrate y Ester de Irazoqui, compañeras de la institución, así como también por otras personas interesadas en la temática de la conservación y preservación del parque Miguel Lillo.
Acerca del porqué se gestó esta charla, que tuvo como punto de encuentro “el guardaganado” de 89 y 8, Marchán explicó que “nosotros como Garden nos pareció que era muy interesante y además que la gente, el público en general, conociera un poco más y lo valorara, porque muchas veces no lo sabemos valorar.

Fundamentos de su creación
Por su parte Rosa Sarries fue la encargada de contar la significancia que tiene el Parque, pero además cuáles fueron los fundamentos para su creación. “La idea era evocar aquellos días de 1948. Fue un recorrido que tuvo diversos elementos, pero con una mirada arqueológica y por eso hicimos el inicio en “el guardaganado”, ubicado en calle 8 y 89.”
La profesional a su vez que el lugar anteriormente descripto dijo que “era la barrera entre el campo y esa Estación Eperimental que se empezaba a desarrollar, que el Vivero Dunícola y la Estación Forestal”.
Al centrarse en el por qué de aquella denominación, Sarriés explicó que “el objetivo era fijar la duna, por eso más allá de que estéticamente es hermoso el Parque, es mucho más que eso: es una cuestión funcional, porque el desarrollo de la villa balnearia, de la avenida 10 hasta el centro y calle 89 hacia Los Molinos, necesita del Miguel Lillo como condición de posibilidad, sino no hubiera sido posible”.
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