El gigante de 93 años que aún regula la presión del agua en Necochea
Inaugurado en 1932, el tanque de Obras Sanitarias cumple un rol clave. La estructura tiene 35 metros de altura y una capacidad de 1 millón de litros
RAÚL JÁUREGUI
Redacción
Al observar el horizonte desde la calle 68 hacia la ruta 228 surge como única construcción de altura, el imponente tanque de las Aguas Corrientes, que desde hace 93 años ha acompañado el crecimiento de Necochea en cuanto al servicio de agua.
Fue en 1932 cuando el monumental tanque fue inaugurado, bajo la órbita de Obras Sanitarias de la Provincia (DOSBA), para abastecer de agua potable a toda la ciudad. Desde ese momento, Necochea comenzó a contar con un sistema formal y centralizado de distribución de agua potable, por ese entonces en un radio de… manzanas céntricas.
Con una altura total de 35 metros, fue una obra licitada y ejecutada en la segunda mitad de la década del 20 por una empresa privada, en un predio elevado que permitía el uso de la presión gravitación.
El tanque es del estilo Intze, cuyo nombre refiere al ingeniero alemán Otto Intze, quien hiciera el respectivo diseño.
La estructura, junto a las instalaciones de Obras Sanitarias era el punto principal en las cuatro manzanas que la repartición provincial tenía entre la avenida 59 y calle 61 y de 82 a 86, donde con el correr de los años se emplazarían en estadio de fútbol del Club Rivadavia y la Escuela primaria Nº 10.
En el inmueble contiguo al tanque, con ingreso por avenida 59 funcionó en los primeros tiempos una pequeña usina que generaba energía para alimentar cuatro electrobombas y, en sus inicios, incluso brindaba electricidad a los vecinos cercanos.

Un millón de litros
Con una capacidad de un millón de litros (1.000 metros cúbicos), el tanque pronto se transformó en una estructura emblemática. La distribución se realizaba por presión natural: el agua, impulsada hacia arriba desde pozos subterráneos, alcanzaba su nivel máximo durante la noche y desde allí abastecía a la ciudad. Originalmente llegaba directamente a los hogares, sin estaciones intermedias.
La red fue creciendo con los años, y en la década de 1940 el servicio se amplió a la villa balnearia, acompañando el desarrollo turístico y urbano de la zona costera.
“La ubicación del tanque no es casual: se encuentra en una de las cotas más altas de la ciudad (unos 20 metros sobre el nivel del mar), lo que permite que, sumada la altura de la torre, el agua baje con presión hasta zonas bajas como la avenida 2 y 83, que está a sólo 3 metros sobre el nivel del mar”, explicó el ingeniero Guillermo Botella, por varios años a cargo de Obras Sanitarias del municipio.

En manos del municipio
En 1982, la administración del tanque fue transferida a la Municipalidad de Necochea. Desde entonces, ha seguido cumpliendo funciones fundamentales, aunque ya no como único proveedor, sino como compensador de presión para evitar el colapso de la red de agua de la ciudad.
Actualmente, sensores y manómetros permiten detener automáticamente pozos estratégicos cuando se alcanza un nivel crítico, para evitar daños por sobrepresión.
En cuanto al mantenimiento, el más importante del que se tiene registro fue realizado en la década de 1980, a cargo de una empresa marplatense que realizó un trabajo integral: se reemplazaron peldaños, se reforzaron estructuras metálicas, se trató el hormigón con productos anticorrosivos, se reconstruyeron recubrimientos y se pintó toda la torre, incluidas las cañerías de impulsión y retorno.
Desde entonces, esa intervención sigue vigente. No obstante, la Dirección de Obras Sanitarias, a cargo de Alejandro Berardo, se hará un análisis de las instalaciones para determinar si hay que reparar el tanque.
Limpieza
La limpieza del tanque es realizada con una frecuencia de un año o un poco más y de forma manual. El personal especializado ingresa por una escotilla superior y, con la ayuda de escaleras metálicas o de madera, desciende a limpiar las paredes internas. Se utilizaban cepillos y herramientas simples para remover sedimentos, en un trabajo cuidadoso que garantizaba la potabilidad del agua.
La cuba del tanque, de 5 metros de altura, permite acceder al interior para este tipo de tareas.
Por otro lado, la parte superior del tanque también aloja algunas antenas de comunicación utilizadas por la Municipalidad. El acceso a la cima es por una escalera exterior tipo marinera que lleva a un balcón perimetral y desde allí a una escotilla.
La historia del tanque de la Aguas Corrientes está vinculada a la de Necochea: de su crecimiento y adaptación a nuevas demandas. Y aún hoy, con casi un siglo de existencia, sigue en pie, funcionando, como un verdadero símbolo de infraestructura que resiste el paso del tiempo.
Otros dos tanques
Además del tanque de las Aguas Corrientes, Necochea cuenta con otras estructuras similares: el del Hogar Raimondi, más bajo en altura y que abastece a sus instalaciones; y el antiguo tanque del Ferrocarril, ubicado en inmediaciones de la Escuela Argentino-Danesa, que servía al abastecimiento de las locomotoras a vapor y funcionamiento de la ex estación de trenes y zonas aledañas.
Estas estructuras complementaron históricamente la red general, en tiempos donde el suministro era más descentralizado.
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