El hospital Taraborelli en el camino de la conversión
La liberación del área de psiquiatría permitió brindar otros servicios a la comunidad. ¿Cómo se realizó la externación?
“Cuando se habla de cierre de manicomios, no es el cierre de la institución hospitalaria”, afirmó Carlos Gallego, director del Hospital Subzonal Especializado Neuropsiquiátrico “Dr. Domingo Taraborelli”.
En el programa “Punto de Vista”, de Ecos Radio, invitado por el columnista de derechos humanos, Guillermo Gatti, el médico habló de la transformación que se está realizando en los últimos años a partir de la implementación de la ley de salud mental sancionada hace 14 años.
Gallego fue entrevistado en el Día Mundial de la Salud Mental y dijo que esa ley ha provocado un cambio de paradigma.
Señaló que es parte de un equipo de gestión también integrado por Leticia Bilbao y Gustavo Ottaviano.
“Se está trabajando desde el inicio de la gestión en sintonía con la Subsecretaría de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias en el Ámbito de la Salud”, explicó Gallego.
Señaló que el organismo “propone tomar en serio la ley de salud mental y transformar los hospitales monovalentes, manicomiales, a través de un proceso de adecuación a la ley”.
Dijo que con esa transformación se busca transformar al hospital “en otro efector de salud, que no se desliga de la salud mental, sino que transforma el modelo de atención, desde uno manicomial, de encierro, a uno en comunidad, de trabajo en el territorio”.

Cambio de paradigma
“Cuando se habla de cierre de manicomios, no es cierre de la institución hospitalaria”, explicó Gallego. “El lema del ministerio para esta propuesta es Buenos Aires Libre de Manicomios, es decir, libre del modelo de encierro, cercenando derechos de salud, sociales, de identidad y derechos humanos”.
“El hospital permanece vinculado a la salud mental, pero incorpora otros servicios, otras disciplinas y fortalece el trabajo en la comunidad”, indicó.
El director señaló que los otros tres hospitales neuropsiquiátricos bonaerenses son más grandes, “de todas maneras, en escala, nuestro nosocomio es lo mismo”.
“Cuando empezamos la gestión teníamos 35 o 38 usuarios internados en el ala manicomial”, precisó. “Si bien el nuestro es un hospital abierto, sin muros ni rejas, estas personas estaban viviendo desde hacía muchos años en una institución donde no tenían garantizado sus derechos”.
“Habían perdido el contacto social con familiares, teníamos personas que hacía 25 años estaban internadas”, dijo Gallego. “Entonces empezamos progresivamente la externación”.
Explicó que quienes permanecen mucho tiempo internados, pierden la relación con la comunidad. “¿Qué patología hace que tengas a una persona internada 30 años para rehabilitación?”, se preguntó el director.
Para lograr la externación dijo que “el hospital fue incorporando mayor número de recursos humanos”.
Precisó que se empezó a trabajar con áreas “que promueven la externación” y van preparando al usuario para una “vida en el afuera”.
“Aumentamos mucho, hasta triplicar el personal, que trabaja fuera del hospital”, señaló. “Tenemos 100 usuarios asistidos afuera. Son personas que en alguna etapa de su vida estuvieron internados”.
Y dijo que a esas personas se las asiste en territorio. Porque explicó que las externaciones deben ser sustentables en el tiempo. Y para ello, indicó, “se espera que otras instituciones aporten a esta sustentabilidad, como el Consorcio, que apoyó con la construcción de viviendas”.
En ese sentido, también trabajó para readecuar la granja La Chapita, en la que en la actualidad trabajan 80 personas. Allí existen viviendas en las que viven 16 personas que fueron externadas. Mucho de lo que se produce allí se comercializa en el Espacio Domingo.
Todo ello permitió que el hospital brindara nuevos servicios a la comunidad como consultorios de odontología, cardiología, traumatología, nefrología y pediatría, entre otros.///
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