El molino eólico abandonado, postal de promesas incumplidas
Proyecto fallido. Llega 12 años sin mantenimiento. Iba a ser parte de un parque de generación que aportaría energía sustentable a la red eléctrica
Más de doce años de soledad lleva el molino que prometía ser parte de un parque eólico que aportaría energía sustentable a la red eléctrica y que tuvo su inauguración y corte de cintas con la presencia de hasta un enviado del entonces gobernador Daniel Scioli. Hoy esa estructura no es más que otra postal del abandono, de las promesas incumplidas y de los proyectos que no fueron.
Escoltado a lo lejos por el parque eólico que sí funciona y que se hizo varios años más tarde de la mano de otra firma, el molino de 30 metros de altura situado junto a la avenida 2 luce descuidado, por tener más de una década sin recibir mantenimiento de ningún tipo.
Corroído por el óxido, el gigante guardián de los médanos, la playa y el Parque se va transformando con los años en un peligro cada vez más latente, porque al parecer nadie se está preguntando qué pasa con él ni con el incumplimiento contractual después de tantos años.
Su historia
El molino surgió por un convenio entre el municipio y la empresa Sea Energy, que se firmó en diciembre de 2008, cediéndose las tierras por 25 años, aunque se establecían dos años para la construcción del parque eólico completo.
A fines del año 2009 la comuna entregó las 150 hectáreas de tierras costeras y turísticas para el proyecto inconcluso del parque eólico frente al mar, en la calle Los Cedros y la avenida 2, donde solo se instaló ese molino que hoy se ve.
La empresa había firmado un convenio con la Secretaría de Energía de la Nación por el cual se comprometía a colocar en 18 meses un total de cinco molinos. El incumplimiento se hacía evidente con el tiempo, pero según la empresa, en septiembre de 2014, la administración nacional le había otorgado por 18 meses una prórroga, que lógicamente expiró hace mucho tiempo, en marzo de 2016.
Ese molino solitario que se emplazó en la costa necochense es de origen danés, de la empresa Micon, y los otros que se iban a colocar eran alemanes. Lo curioso del anuncio era que la propia empresa admitía que los molinos eran usados, del descarte alemán que ya los estaban cambiando por otros con tecnología más moderna. Sin embargo, nunca llegaron y en caso de que hubiesen llegado ya tampoco servirían, porque se estimaba que les quedaba una vida útil de no más de 15 años.
Sin visto bueno
Al acto de inauguración del supuesto parque eólico, el 29 de diciembre de 2009, asistió José Molina, que se desempeñaba como director operativo de Desarrollo Sustentable; el titular de la empresa que inició la obra y un representante de la Usina Popular Cooperativa, que había sido invitado porque dicha entidad se había encargado de hacer la conexión del molino a la red eléctrica.
Sin embargo, pese a que la Usina estuvo presente en el sencillo acto, la realidad es que el informe que presentó la institución no era favorable para la obra. La UPC había indicado que no era propicio ni el equipamiento ni la ubicación, ya que consideraban que ese molino era obsoleto para la época y que no abastecería ni siquiera a una docena de hogares, a lo que también se sumaba que el Parque le generaría una disminución en el caudal de viento que recibiría, por su proximidad a él.
Pese a las advertencias de la Usina, el supuesto parque eólico se inició igual con la instalación de ese molino viejo que nunca funcionó, pero nunca llegaron los otros cuatro molinos que, si bien eran usados, se suponía que tendrían un poco más de tecnología. Así, la obra quedó en la nada y todavía no está claro el destino de esas tierras que son de enorme relevancia para crecimiento que la ciudad debe tener hacia ese sector.///