El necochense que festejó con Messi el bicampeonato de América
Lucas Ortíz cumplió el sueño de muchos porque además del “10” también estuvo con varios integrantes de “La Scaloneta”
Luego de la finalización del partido y la posterior consagración del seleccionado argentino de fútbol como bicampeón de América, a pocos le quedaban fuerza y aire en los pulmones como para intentar hacer un esfuerzo. El gol de Lautaro Martínez en el alargue fue un desahogo para muchos, que solo le permitió tener las energías necesarias para esperar el pitazo final del árbitro brasileño Raphael Claus. Pero nada de esto le pasó a Lucas Ortíz, el necochense que estaba vacacionando con su familia en Miami y planificó su descanso para de paso ir a ver la Copa América, aunque sea solo un partido.
“Vinimos todos a pasar unos días acá y coordinamos para sacar las entradas para ir al partido con Perú. Luego, con unas familias amigas con las cuales vinimos, fuimos el día del partido de la final, a las inmediaciones del estadio para conseguir entradas de reventa pero no pudimos”, algo a lo que hicieron muchos argentinos presentes en ese domingo de muchísimo calor en tierras estadounidenses.
Al no tener éxito, varios de los integrantes de esta banda de familiares y amigos decidieron retirarse del caos que comenzó a originarse, en si casi todos, salvo Lucas quien fiel a su espíritu de “9”, cuando pateaba en las inferiores de Rivadavia y Estación, se quedó merodeando en busca de “su” chance, hasta que apareció.
“En un momento uno de los guardias me dice, en un rato se abren las puertas. Así que ni bien abrieron me mandé”, relató. Como se trataba del mismo estadio que había ido frente al seleccionado peruano, este necochense corrió a una buena ubicación, donde allí se encontró con un amigo que conoció allí: “Me encontré con el hermano de Otamendi, que ya nos habíamos visto en el anterior encuentro”, y ese saludo sería clave para lo posterior.
La humildad de los grandes
Luego del sufrimiento y el posterior grito de gol de Lautaro Martínez llegaron los festejos y en ese momento empezó todo este sueño que aún le cuesta entender. “Lo veo al hermano de Otamendi ahí dentro, lo saludo, le hago señas y él indica a la gente de seguridad para que me dejen pasar. De ahí en más fue una locura, ir caminando y chocarte a Messi de frente, pedirle una foto y él con una humildad toda que te diga ´no hay problemas´, lo mismo con el “Dibu”, Julián (Álvarez) que conocimos a toda su familia, espectacular, sencillos. Son como nosotros, tienen una simpleza que te impresiona. Lo mismo me sucedió con Antonela (Roccuzzo) que estaba sentada junto a sus hijos y le pedí sin molestar sí podía sacarme una foto y me dijo que no había problemas”.
Lucas aún sigue soñando despierto, a pesar de haber gritado dale campeón y dar la vuelta olímpica, por “tener la foto de Leo es lo que me faltaba”.
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