El otro turismo
Nuestra ciudad ofrece lugares naturales que pueden convertirse en aquellos que rompan la estacionalidad. Para ello se necesita políticas turísticas, que no apunten sólo hacia la temporada de verano
Hace muchos años nos encontrábamos en la falsa grieta de si Necochea tenía que ser una ciudad turística o agroindustrial, como si ambas actividades económicas no pudieran convivir en un territorio que por su naturaleza lo tiene todo. Con el paso de los años esa discusión, más filosófica o de café, quedó zanjada, sobre todo porque gran parte del producto bruto interno de la ciudad está relacionado a la actividad agrícola, y un poco ganadera, con lo cual el foco se centraba en cómo hacer para que el turismo no se agote en la temporada de verano, o en el mejor de los casos se estire hasta semana santa, implorando que el buen tiempo acompañe.
Los clichés de las campañas políticas de que “hay que romper con la estacionalidad”, en materia turística, lo venimos escuchando al menos hace dos décadas y poco se avanzó. Esa cuestión del “el Estado o el privado”, casi como “el huevo a la gallina”, es la que termina atrapando en un callejón sin salida sobre quién debe mover primero para un turismo los 365 días del año.
La ribera del río Quequén, del margen de Necochea, bien vale como un ejemplo mixto de que se marcado un rumbo, donde el Estado en un momento dio ese primer paso y luego las instituciones siguieron su camino generar y brindar un nuevo espacio, en principio para el necochense y luego para el turismo.
Trabajar con profesionalismo
El Club Del Valle es una verdadera muestra de cómo ir de menos a más, saltando de ser una alternativa deportiva y de temporada de verano, cuando quizás el clima no acompañe para la playa, a pensar en ponerlo en funcionamiento los 365 días del año.
Silvina Martínez, presidenta de la institución azulgrana necochense, dio cuenta de cómo se prepararon para tener hoy un lugar, como es el complejo “Las Barrancas”, funcionando durante todo el año. “Nosotros tratamos de trabajar con gente idónea y con gente profesional. En nuestro equipo contamos con licenciados en turismo que nos van orientando hacia que lado ir y por donde pasa la demanda”, agregando que “hemos hecho estudios de mercado preguntando qué es lo que busca la gente, tanto en infraestructura como en servicios, que es lo que en definitiva vamos a terminar de ofrecer”.
La seriedad de encarar un proyecto, realizando estudios de comportamiento del turismo, lleva a que en determinados momentos se puedan encarar proyectos que rompan con esa estacionalidad tan nombrada.
“Hoy lo que más busca la gente son los apart y además nosotros se lo complementamos con el resto del club, ofreciéndole un lugar de descanso, de naturaleza y recreación deportiva para todo el grupo familiar, que es donde estamos apuntando nosotros mayormente, en un escenario como es la ribera de nuestro río”, comentó quien siguió aquellos lineamientos de Abel Laghezza, una persona muy importante en la historia de Del Valle y que mucho tuvo que ver, también, con este presente.
Silvina tiene una mirada muy positiva sobre este escenario que cuenta el Partido de Necochea, al decir que “el río ha estado creciendo y va a seguir creciendo, ya que ha mostrado un lineamiento, y hasta en algún punto diferente con algunas otras partes de la ciudad, como es la prolijidad, la estética, que ya son premisas instaladas entre los habitantes y aquellos que disfruten del lugar, acompañado a su vez de unos buenos servicios”.
Las actividades náuticas como impulso
El auge del “paseo de la ribera” es muy reciente, apenas una década, donde este magnífico espacio natural, con algunas intervenciones del hombre, lo convirtió en una opción más para el visitante que viene a nuestra ciudad.
Hace unos imaginarlo de esta manera, muy pocos podrían haberlo hecho, o quizás imaginaban otro tipo de escenario, pero hoy los invita a pensarlo de otra manera.
La Sociedad Española tiene su predio deportivo y de recreación casi en el kilómetro 4 de la ribera del río Quequén. El complejo cuenta actualmente con una piscina con solarium y vestuarios, rodeado de un espacio verde muy grande con canchas de fútbol, voleibol y un playón de basquetbol. A eso hay que agregarle parrillas y un salón de fiestas.
José Luis Ruíz, presidente de la entidad que el año pasado cumplió 140 años, revalorizó la decisión tomada en aquel momento de adquirir dichas tierras. “Fue una gran apuesta por parte de la comisión directiva del momento, y que además terminó siendo un acierto, porque dicha zona ribereña creció”, manifestó en una nota realizada por Ecos Diarios, con motivo del cumpleaños de la entidad. “La verdad que ver lo que hicieron los vecinos del lugar es increíble. Le dieron vida, hoy por la fuerza que ellos le pusieron tenemos todo el camino iluminado, entoscado. Hay que reconocer lo que hicieron, porque a nosotros nos beneficiaron”, señaló José Luis Ruiz.
Aquí es donde le debemos sumar al estado - privado, ese enlace que es la comunidad, que es cuando un grupo de personas que habitan en un mismo lugar se sienten parte del mismo, colaborando todos para la mejora del “bien común”, en este caso no solo la preservación del “paseo de la la ribera”, sino además para agregarle valor de manera directa, o bien gestionando ante el estado municipal o provincial.
Erosión, contaminación y accesibilidad inclusiva
A pesar de todo lo bello que tiene el camino ribereño existen ciertas deudas aún que saldar, sobre todo a lo referido con el medioambiente. Marcos Testani, dueño de Catena, un espacio gastronómico cultural, con vista al río, es uno de los integrantes del grupo del “paseo de la ribera” y de los “fundadores” del lugar. “Catena nació cuando eran todos terrenos baldíos, lo vimos como un lugar geográficamente maravilloso y perfecto. Después empezó a tomar forma, por la iniciativa de un grupo de vecinos y allí se gestaron varias cosas, una de ellas fue la posta policial a la mitad del trayecto, entre el punto 0 y el puente Aramburu”.
Claro que hay cosas por mejorar, desde lo estético, pero sobre en infraestructura, donde el paso del tiempo es clave, ya que cuanto más transcurra este, la problemática seguirá aumentando.
“El tema de la erosión es una cuestión a resolver de manera urgente, porque vemos cómo se está comiendo la costa del lado de Necochea, a razón de medio metro por año medido por nosotros”, comentó Testani. El empresario quien tiene un sentido de pertenencia como varios de los habitantes y residentes del sector, dio un dato que nos interpela en algún punto. “En diez años perdimos cinco metros, y esto llevó a que el mirador que estaba frente a Catena, que había sido construido con un grupo de vecinos, lo tuviéramos que trasladar para el lado del club Del Valle. Imaginate lo que puede suceder en otros diez. El tema de la erosión es algo que lo debe resolver hidráulica de la Provincia de Buenos Aires en conjunto con la Municipalidad de Necochea, o sea el estado en su totalidad, sí es que quieren seguir teniendo un paseo turístico costero ribereño”
Pero no solo la erosión es el único problema medioambiental que sufre el río Quequén, pero sí diferente porque atenta directamente contra las aguas de este. “Existe una contaminación que se origina por los desechos cloacales que bajan por la avenida 74. Ya se han presentado las denuncias correspondientes desde hace muchísimo tiempo. Acá tampoco los vecinos podemos hacer nada, solamente reclamar de buena manera y por las vías que correspondan. Esto perjudica muchísimo en lo que respecta a la idea de que tengamos un cauce apto para poder nadar y practicar otras actividades náuticas. Entonces no podemos dejar que se siga avanzando con la contaminación”, manifestó el reconocido habitante del lugar.
Por última otro de los puntos fundamentales a resolver, pero pensando ya sí en materia de turística y que pueda ser disfrutado por todas las personas, Testani indicó que es la construcción de la bajada inclusiva, que “por la burocracia que existe en este país, donde se necesita un permiso de acá, de allá, sigue trabado y no se avanzó. Eso nos traería turismo todo el año, porque hay un montón de familias que vendrían a poder disfrutar de este lugar único con dicha accesibilidad”.
Proyecto de balnearios de río
Hace unos años se había creado un proyecto para generar nuevas concesiones, esta vez sobre el río, pero en particular desde el puente Dardo Rocha hasta el límite con el club náutico. El autor de dicho trabajo es el actual concejal Mauro Velázquez, en su momento director de concesiones de la gestión de Facundo López, quien detalló de qué se trataba esto. “La idea era generar balnearios de río y además mayores clubes con actividades náuticas, donde más allá de los que estuviesen existiendo, se podrían ir creando otros o ampliando aquellos que ya están creados. Era darle valor agregado e infraestructura a ambas márgenes de la ribera”. Pero amén de esto, y ya situándonos nuevamente en el sector del “paseo de la ribera”, lo pensado era bastante ambicioso según contó Velázquez: “Queríamos generar también otro circuito con un perfil sustentable y ecológico, con la posibilidad de hacer avistaje de aves, actividades deportivas - recreativas, como running o ciclismo”. Esto estaba proyectado para el sector que comprende el puente Aramburu o Taraborelli hacia el lado de “Las Cascadas” como una especie de safari fotográfico, tanto por arriba, por el camino ribereño, como por abajo, es decir en una embarcación río arriba.
“Uno de los fundamentos era poder extender la temporada y que no solamente sea de verano”, redondeó la explicación el exprecandidato a Intendente el año pasado.
Para crear algo, algunas veces, hay que romper con lo que está construido. En Necochea desde siempre, y por suerte ahora un poco menos, la temporada era solamente de verano y nada más. Las nuevas miradas, el pensamiento crítico y las actividades económicas que van mutando, hacen que de a poco la ciudad vaya encontrando otras variantes de turismo, sustentables en el tiempo, y que con sinergia puedan llegar a romper la estacionalidad.///
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