“El privado se tiene que involucrar”
El comerciante Emilio Gómez consideró que, a nivel turístico, nos faltan servicios. Se quejó de los trámites “engorrosos” de habilitación y de las prestaciones de salud que obliga a muchos a viajar a Mar del Plata
Julieta Moreno
de la redacción
“A mí, la ciudad me encanta y siento que podemos ser más fuertes de lo que somos”, opinó el comerciante Emilio Gómez, al referirse a la situación de Necochea. Sin embargo, consideró que nos faltan servicios y, pese a que tenemos mucho más que otras ciudades, “no podemos darle en la tecla”.
Emilio Gómez nació en Necochea y siempre vivió aquí a excepción de algunos años que estuvo en Mar del Plata. Al terminar el secundario, cursó una tecnicatura en Turismo en el Instituto de Formación Docente y Técnica N° 31 y se desempeñó un tiempo como informante en la Secretaría de Turismo de la Municipalidad. Trabajó en el ex boliche La Frontera y, después de esa experiencia, se fue a vivir a Mar del Plata e ingresó como empleado a un local de accesorios. En determinado momento, le propuso a la dueña que abra un negocio similar en Necochea, pero ella no quiso porque no creía que la ciudad pudiera generarle ganancias. Así que tomó la decisión de regresar a Necochea y abrió su propio emprendimiento. Desde hace 12 años, está al frente de Bossa Nova –un comercio de accesorios-, que ha crecido no solo en el distrito sino en toda la región. Actualmente, junto con otro socio, tiene cuatro locales en Necochea y otros en Miramar, Mar del Plata, Pinamar, Villa Gesell y está por abrir uno en Tandil. Además, son importadores de productos de China. También, por otro lado, junto a otros socios tiene locales de accesorios de celulares. En forma simultánea, saca fotos y filma las ballenas que aparecen en la costa y, si bien lo hace como hobby, cada vez se dedica en forma más profesional. Algunas de sus fotografías, se pueden ver en la cuenta de Instagram @ballenas_necochea.
En diálogo con Ecos Diarios, dio su punto de vista. Señaló que el privado se debe involucrar más y, a su vez, el municipio debe hacerle las cosas más fáciles y no ponerle trabas. Se quejó de las habitaciones largas y engorrosas y de las dificultades que sufren muchas personas por temas de salud, quienes terminan viajando a Mar del Plata para ser atendidas.
El aporte del privado
“Tenemos una playa zarpada, un parque hermoso, tenemos un río, pero no entregamos ni un servicio”, se lamentó Emilio Gómez.
“Ahora se están haciendo un montón de cosas y, de a poco, se va acomodando pero falta mucho comparado con otros lugares”, analizó. En este sentido, mencionó que en otras ciudades en los accesos, hay control policial, oficinas de turismo y carteles gigantes que anuncian la llegada al destino, como en Villa Gesell.
“Nosotros tenemos muchas más cosas para ofrecer, pero no sé por qué no le podemos dar en la tecla”, manifestó. No obstante, cree que quizás no “es solo por el gobierno sino también por la sociedad”.
Para Gómez, “la gente reniega con el turismo, con el ruido, con que la playa está llena, pero si vivimos en una ciudad turística, es así”. Además, indicó que “también el privado se tiene que involucrar”. A modo de ejemplo, dijo que los comerciantes se pueden poner de acuerdo para arreglar la peatonal o algún sector y reconoció que muchas veces sucede que, a la hora de hacer algo, son tres los que se suman. Asimismo, dijo que “también suele pasar que cuando se quiere hacer algo, es la Municipalidad la que pone las trabas”.
Contó que, durante la gestión municipal anterior, propuso hacer dos casillas de guardavidas, similares a las que vio en Monte Hermoso, con el logo de sus locales, pero cuando presentó la idea en la Municipalidad le dijeron que la tenía que asegurar y hacerse cargo si sucedía algún siniestro o accidente. “Yo quise ayudar y también me parecía que se iban a sumar otros privados a hacer otras casillas de esta forma, pero recibí una negativa y eso te frena”, se lamentó.
Lo que se podría mejorar
“A mí la ciudad me encanta y siento que podemos ser más fuertes de lo que somos”.
Entre las mejoras que haría, hizo referencia al estado de los accesos y a la escasa señalización. “Lo mejoraría para que la gente se ubique e incluso pondría un container en la entrada con una oficina de turismo porque no sé si sirve que esté en la avenida 2”.
Otro tema que le preocupa es la salud. Si bien en su caso, no le ha ocurrido nada, ha escuchado muchos comentarios acerca del funcionamiento del Hospital. “La mayoría se está yendo a Mar del Plata a atenderse y me parece que habría que dar una solución; no sé si la tiene que dar el municipio, la Provincia, pero hay que resolverlo”.
Con respecto al sector comercial, señaló que “las cosas deberían ser más fáciles” y se refirió específicamente a las habilitaciones que, según él, “son muy engorrosas y llevan mucho tiempo”. Sobre su experiencia en la apertura de locales, contó que en otras ciudades es “rapidísimo”, salvo en Mar del Plata que también fue complicado. “En otros lugares, lo resolvimos en dos meses, pero acá se traban los trámites o los papeles pasan de un lado al otro y los pierden y tenés que volver a presentarlos”.
Crecer frente al mar
En otro tramo de la entrevista, se refirió al parque Miguel Lillo y, si bien aclaró que le encanta, opinó que “tiene que haber lugar para todo”. En este sentido, especificó que donde haya huecos sin árboles, podría haber un café. “Siento que no impactaría en lo natural y, sin embargo, podría hacer que se viera más lindo”, opinó, mencionando como ejemplos el bosque de arrayanes o Sierra de la Ventana.
También agregó que “Necochea es una ciudad costera y no crece para el lado del mar; la edificación va del casino al hogar Raimondi, que son un poco más de seis cuadras”.
Para él, se deberían poder “vender terrenos frente al mar, pasando el muelle de los pescadores” y señaló que con ese dinero se podrían hacer otras obras, en el Hospital por ejemplo. En este sentido, advirtió que tendría que “ser algo transparente”.
Con respecto al casino, indicó que quiere se haga algo en ese lugar y dijo que le da lo mismo si es del Estado o de un privado. “Quiero que se haga algo y que sea lindo”. Deslizo que quizás se podría hacer una especie de terminal turística para que lleguen los colectivos al sector de la playa, en el caso de aquellos que vienen con un fin turístico.
Entre las prioridades y otras ideas
Sobre el gobierno de Arturo Rojas, tras aclarar que no pertenece a ningún partido, opinó que “se están haciendo un montón de cosas”. “No sé cómo es estar del lado de adentro”, aclaró y comentó que no sabe cómo se establecen las prioridades. “Si la salud es un problema, por qué no se prioriza en lugar de hacer un caminito, pero no sé cómo es estar adentro”.
De todas maneras, remarcó que “veníamos de gobiernos que no hacían nada y ahora se está viendo un cambio” y agregó que “por ahí, necesita el apoyo de más gente o de su grupo de trabajo”.
También opinó que entre los comerciantes o en su caso que también estudió turismo, surgen otras ideas que se podrían implementar. En este aspecto, se preguntó “¿por qué no aprovechar el avistaje de ballenas con un fin turístico?” y mencionó el caso de Puerto Madryn. Contó que ha crecido mucho la cantidad de ballenas que vienen para esta época, incluso con crías, algo que antes no se veía. “Hay un mercado enorme para que la gente venga durante todo el año”, opinó.
Asimismo, cree que se debería hacer algo con la peatonal, entendiendo que no puede ser que haya locales que no se alquilen en toda la temporada. “Debería ser una obligación, que estén abiertos los locales; o que bajen el precio del alquiler o que el dueño abra un emprendimiento. En otras ciudades, no pasa”.
Para terminar, consideró que si bien falta mucho, ha habido cambios en el último tiempo y confía que se va a seguir así.///