El sangriento crimen de un jornalero que tras diez años continúa impune
Norberto Morán recibió 17 puñaladas el 18 de febrero de 2010
Fue uno de los crímenes más sangrientos registrados en la última década en la jurisdicción de la Jefatura Departamental Necochea, sin embargo el hecho ha quedado en el olvido y continúa impune.
Norberto Morán fue asesinado de 17 puñaladas y si bien existieron fuertes sospechas sobre los posibles autores del salvaje ataque, nunca hubo detenidos y la causa fue archivada hace ya unos años.
Violencia extrema
El crimen de Morán provocó conmoción entre los vecinos de San Cayetano. La tranquilidad de la pequeña localidad se rompió aquella noche del 18 de febrero de 2010.
Una vecina escuchó algunos gritos y llamó a la Policía. Al llegar, minutos después, los policías encontraron a un hombre caído en un terreno baldío ubicado en la avenida Hernán Apezteguía al 500.
Antes de que pudiera ser asistido, el hombre falleció y la Policía se encontró frente a uno de los casos más violentos registrados en la localidad.
Poco después se pudo establecer que el hombre había recibido 13 puñaladas en la espalda y cuatro en el pecho.
Morán, que vivía desde hacía unos años en San Cayetano y trabajaba como jornalero, murió instantes antes de que llegara la ambulancia para trasladarlo al hospital.
Sin pruebas
A pesar de que el sangriento homicidio ocurrió en la vía pública, nadie vio quién lo mató y siete años después el caso parece haber caído en el olvido.
En noviembre de 2010, el Juzgado de Garantías no hizo lugar al pedido de detención de la única sospechosa, por considerar que no existían elementos de prueba suficientes para imputarle el hecho.
La persona que llamó a la Policía, una vecina del lugar donde fue encontrado Morán, sólo había escuchado voces y lo que parecían gritos de pedido de ayuda, por eso llamó a la Policía. Dijo que no había visto nada.
Una de las principales hipótesis fue que Morán fue atacado dentro de su propia vivienda y que huyó en busca de ayuda, de allí que la mayoría de las puñaladas las recibió por la espalda.
Las sospechas recayeron entre el círculo íntimo de la víctima, pero nunca se pudo probar quién lo atacó y tampoco el motivo.
Una de las últimas diligencias que se realizó dentro de la instrucción de la causa, fue un pedido de pericia sobre sangre que había dentro de la vivienda.
Lamentablemente, la Policía no contaba con los reactivos necesarios para realizar el análisis y cuando se contó con los elementos, la prueba se había estropeado.
Por tal motivo, a nueve años del homicidio, la causa quedó archivada y existen pocas posibilidades de que algún día se sepa quien mató a Morán.///