El sueño de tener una flota pesquera cautiva
Pese a que su astillero tiene buena demanda de armadores del sur del país, Hugo Obregozo no renuncia al deseo de tener clientes que operen en Puerto Quequén
Hugo Obregozo es ingeniero naval, empresario pesquero y socio propietario del Astillero Alon Car, una continuidad del tradicional Astillero Vanoli, que ha tenido una fuerte transformación a partir de haberse hecho cargo del mismo teniendo como socios a un hijo de su fundador y a un marplatense.
Conocedor del sector de la pesca, siendo armador en el sur del país, este ingeniero naval necochense ha logrado que el astillero ubicado a orillas del Río Quequén sea elegido por empresarios australes, tanto para construir nuevos barcos como para hacerles modificaciones o realizar trabajos de mantenimiento.
A pesar de que la actualidad no es floreciente para el sector, Alon Car tiene una importante demanda, a punto tal que está garantizado el trabajo para lo que resta del año, asegurándole continuidad laboral a unas 100 personas, incluyendo empleados fijos y contratistas.
No obstante, Obregozo no renuncia a su anhelo de que, en algún momento, Puerto Quequén sea la base de operaciones de barcos pesqueros, de modo que haya una flota cautiva que, en definitiva, estaría conformada por clientes que demanden los servicios que presta actualmente (y que pretender ampliar) el astillero local.
Para ello, junto a sus socios, presentó una iniciativa que fue bien recibida por el directorio del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén. Proyecto que aún no prefiere revelar, pero anticipa que, de materializarse, generaría “un antes y un después” para la industria pesquera.
Así lo dejó expresado en una entrevista para el programa “El Ciudadano”, que puede verse en Youtube, habiendo sido difundida también por televisión por cable este jueves en Lobería y San Cayetano.

- ¿Cómo es la actualidad de la industria naval?
- Es un tanto compleja, dado que nuestros clientes son los empresarios de la pesca, que no están pasando un buen momento.
La pesca se encuentra muy retraída, los costos internos son muy altos y los precios de venta en el extranjero son bajos. Hoy el mundo tiene hambre, pero no puede pagar lo que nosotros pretendemos por nuestros productos. Y trabajar para clientes que están un poquito retraídos es un difícil. Por suerte tenemos clientela y la cadena de pagos no está cortada.
- Poco tiempo atrás hubo una recuperación del sector pesquero y, consecuentemente, de la industria naval…
- Sucede que la flota argentina es muy antigua, no digo obsoleta, pero tiene que renovarse. Se comenzó con esa renovación en un momento en que la industria estaba pasando un buen momento, con buena captura de los commodities (langostino, calamar y merluza). Eso hizo que muchas empresas empezaran a renovar sus embarcaciones. Pero eso se frenó.
Teniendo en cuenta que nuestros clientes no están pasando un buen momento, habiendo mucha competencia, hemos tenido que bajar tarifas. En determinado momento se trabajó bien. Ahora estamos tratando de pasar esta crisis. Y lo hacemos mejorando la productividad. El que logre trabajar con eficiencia va a superar esta crisis.
En el caso de Alon Car, tenemos garantizado trabajo para todo el año. No sé cómo terminaremos en cuanto a cifras. Pero sí podemos sostener el plantel sin dificultades. Y a diferencia de otros lugares, sin que se haya cortado la cadena de pagos. En Mar del Plata hay más de 40 barcos parados, están ante una difícil situación.
- ¿La mayor parte de armadores que contratan los servicios de este astillero son del sur del país?
- Si. Actualmente estamos construyendo dos barcos para Rawson, que botaremos este año. También estamos modificando otras embarcaciones y a otras les hacemos reparaciones de rutina. Casi todos son del sur
- Tienen garantizada cierta continuidad…
- Así es. De todos modos estamos preocupados, aunque también vemos que los cambios que se están produciendo (en la economía nacional) pueden ser una oportunidad. Hay empresas que se están reconvirtiendo, hay un cambio generacional…Nosotros estamos comprando equipamiento para hacer inspecciones subacuáticas, buscando alternativas. Hemos incorporado dos ingenieros más al plantel. También ahora se ha abierto la posibilidad de importar insumos usados
- ¿El sector se ha quejado por el hecho de que se pueda importar barcos usados?
- Al respecto no tengo una postura definida. Sé que no es bueno. Pero también es real que hoy estamos muy complicados para construir. Es una coyuntura en la que debemos estar atentos. Nosotros estamos tratando de hacer una inversión muy grande para cambiar la estructura de negocios en el puerto. Pretendemos dejar de ser sólo una empresa que haga reparaciones, para pasar a brindar también servicios a los barcos. En definitiva, queremos que se logre algo tan anhelado como es que los barcos operen desde Puerto Quequén.
- ¿Cuáles serían esos servicios?
- Los que hacen que un barco no venga a ser reparado acá, sino que tome a Puerto Quequén como base de operaciones…Eso podría plasmarse a través de un proyecto que hemos presentado. Por suerte las autoridades del Consorcio de Gestión la han tratado, comprendiendo que es algo muy interesante. Tenemos esperanzas en que salga, hay expectativas. No quiero hablar demasiado al respecto, por ahora, pero de concretarse, sería un antes y un después para la industria.
Mientras tanto, hemos logrado ingresar en la industria de la marina mercante, con embarcaciones menores, buscando nuevos mercados. La crisis hace que agudicemos el ingenio para buscar nuevos horizontes.
- ¿Pero esta apertura a la importación de materiales no afecta al sector?
- Sí, mucho. Al armador lo beneficia, porque va a poder traer un barco usado a un valor muy inferior. Por lo tanto, como industria, se nos reduce la posibilidad de construir barcos. El gobierno sabrá lo que hace. Uno tiene que adecuarse a lo que plantean nuestros gobernantes Más que quejarnos, lo que estamos haciendo es buscar alternativas, otros horizontes.
Cuando diariamente cruzo el puente y veo los autos del personal estacionados en el astillero, pienso en salir a buscar trabajo, teniendo conciencia de que debo reunir el dinero para pagar los sueldos. No tengo tiempo para quejarme.
- ¿Qué cantidad de personas trabajan en el astillero?
- Unos 60 trabajadores fijos. A eso se suman otros, en forma fluctuante, de acuerdo a la demanda. Están por arribar algunos barcos para ser reparados. Ahí llegamos a las 100 personas, incluyendo a contratistas.
Muchos de estos trabajadores no eran de acá. Los convocamos porque para nuestra actividad se necesita un expertise muy particular. Y se fueron quedando. Una vez que se logra tener gente idónea, que sabe trabajar, no la querés perder. Por eso, mi función es buscar que haya producción para tener continuidad.
Por eso, cuando estos trabajadores se proponen comprar una casa en Necochea para quedarse aquí, uno se siente un poco orgulloso. Y uno se siente comprometido con estas personas que apostaron por instalarse acá. Por eso, queremos lograr que haya una flota cautiva en Puerto Quequén.
Nuestros clientes provienen de Rawson, Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn… En algún momento van a instalar un astillero allí y no van a necesitar venir hasta acá. Por eso es importante que haya barcos que operen desde nuestro puerto En el consorcio portuario lo han entendido. Tenemos buen diálogo con sus directores, que no provienen de la pesca, sino mayoritariamente del sector granario.
- ¿Qué participación tiene Alon Car en el astillero de Comodoro Rivadavia, que fuera licitado?
- Nos invitaron a participar de esa licitación, pero desistimos. Estamos muy abocados a nuestros clientes del sur y a Puerto Quequén. Fuimos contratados por la UTE que ganó la licitación (integrada por Mercado Victoria S.A y Gonzalo Javier Devivo) para hacer todo el know-how necesario para poner en marcha el astillero.
Este astillero es una competencia para nosotros, tengo que admitirlo, pero creo que a la industria la tenemos que hacer entre todos. La industria no va a crecer porque seamos los únicos. Va a crecer si somos buenos. La competencia siempre es sana. Fue un desafío interesante que nos hayan convocado para que explotáramos nosotros el astillero, pero decidimos sólo asistir técnicamente a la UTE que finalmente se presentó y resultó adjudicataria.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión