El trompetista que soñaba con la sinfónica
Leandro Melluso es miembro estable de la Filarmónica de Buenos Aires, una de las orquestas sinfónicas más prestigiosas del país.
—
Por Juan José Flores
Redacción
—
Una de las razones por la que hoy Leandro Melluso es miembro estable de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires es un concierto que la Sinfónica Nacional ofreció en el gimnasio del instituto Alta Mira.
A los 11 años había comenzado a estudiar trompeta con Juan Carlos Gesualdi e incluso había integrado la Pequeña Jazz Band, pero fue escuchar y ver a la Orquesta Sinfónica Nacional lo que definió su camino como músico. Supo en ese momento que quería ser uno de aquellos músicos.
Tal vez uno de los mejores premios al esfuerzo que ha recibido este joven músico es haber tocado como músico contratado durante más de dos años con la Sinfónica Nacional. Leandro no puede definir lo que sintió la primera vez que tocó con esa orquesta: “Es impresionante. Es como ir al cine y de pronto estar dentro de la película”, afirmó.
Un gran talento
“Mis talentos son la constancia y el trabajo”, afirmó Leandro, que en la actualidad es miembro estable de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires.
Esta orquesta, que incluso fue creada dos años antes que la Sinfónica, es una de las más prestigiosas del país y tiene su sede nada menos que en el Teatro Colón.
Melluso logró su ingreso a la OFBA el año pasado, luego de concursar para integrar las principales orquestas sinfónicas del país. Ser parte de la Filarmónica es un premio a la constancia y al esfuerzo de este joven músico necochense.
Para lograrlo dedicó la mayor parte de su vida al estudio. Afirma que aún hoy uno de sus talentos es su capacidad de estudiar.
Todo comenzó cuando con 11 años ingresó al instituto de Juan Carlos Gesualdi. Conocía a un chico que estudiaba allí: Federico Carreras, un saxofonista que hoy reside en Barcelona.
Como es sabido a Gesualdi le gusta que sus estudiantes aprendan tocando, así que no pasó mucho tiempo para que integrara a Leandro a la Pequeña Jazz Band. En aquella banda se encontraba también Federico, Lucas Ferrelli, Nicolás Trucco, Toti Galante, Nelson y Ezequiel Gesualdi y Tomás Halbach (Jeites).
Al terminar el secundario y con la impresión de haber visto a la Orquesta Sinfónica Nacional, Leandro se fue a estudiar a Buenos Aires, al Conservatorio Juan José Castro, con el maestro Hugo Lozano.
Luego estudió en el Conservatorio Nacional (hoy UNA), con el maestro Osvaldo Lacunza, y también el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.
Músico estable
A diferencia de otros músicos de Necochea que residen y trabajan en Buenos Aires y que Leandro conoce y trata, él se dedicó exclusivamente al estudio. Si bien integró un ensamble y también un grupo de reggae, su principal objetivo en los últimos años fue concursar para alcanzar su sueño de integrar una orquesta sinfónica.
Concursó para integrar las principales sinfónicas del país e incluso llegó a tocar con la de la ciudad de Mar del Plata. Aunque trabajar como contratado de la Sinfónica Nacional fue uno de sus más grandes gratificaciones.
“Tuve la oportunidad de tocar el día que se inauguró el Centro Cultural Néstor Kirchner”, recordó. Hoy el CCK es la sede de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Pero haber concursado e ingresado a la Filarmónica de Buenos Aires es sin duda su mayor logro.
Esta orquesta, integrada por 110 músicos y dirigida por el mexicano Enrique Diemecke, es una de las más prestigiosas del país. Suele tener como invitados a los solistas clásicos más destacados del mundo en sus presentaciones en el Teatro Colón.
Leandro es el único músico de Necochea en la Filarmónica y cree que es el primer necochense en integrarla.
A pesar de los años dedicados al estudio y las exigencias de tocar en una orquesta de estas características, Leandro sigue sintiendo la emoción de ser parte de esa impresionante máquina de sonido. “Es muy gratificando, más allá de la presión”, afirmó.
Además, para un estudioso como él, la orquesta es una oportunidad de constante aprendizaje. “Cada ensayo es un aprendizaje”, afirmó.///