El uso del celular en las escuelas, una herramienta durante la pandemia, pero una complicación el día después
La llegada de la epidemia hizo que se alterara el uso y las costumbres de la población, y la tecnología fue un factor fundamental para que la enseñanza pudiera seguir llegando a todas las niñas, niños, y jóvenes del Mundo.
“El mundo crece a pasos agigantados”, dice la columna de Tecno en “Desde Temprano” por Ecos Radio, y esto que solo parece ser una frase de presentación de un espacio en un programa radial, sí uno se pone a pensar, se parece bastante a la realidad ¿Alguien podía llegar a pensar hace unas décadas atrás que se iban a poder tomar clases mediante una computadora o celular viendo al profesor o profesora del otro lado, o bien armar un aula virtual audiovisual online? Casi se podría decir que el común de la gente ni se lo podría imaginar.
La tecnología fue avanzando paralelamente mientras nosotros seguíamos creciendo, pero llegó un momento donde esta fue fundamental para la vida del ser humano y fue con la llegada de la pandemia. La conectividad fue la llave para continuar con nuestros trabajos y que nuestros hijos pudieran seguir educándose a través de una computadora y del celular. Éste aparato que tanto habíamos criticado para con el uso que pudieran hacer niños y adolescentes, lo cierto es que terminó siendo un gran aliado para la educación.
La vuelta a clases, la presencialidad semiplena y plena, la propuesta para que este siga siendo parte del trabajo docente, en la parte pedagógica, trajo algunas complicaciones con el tiempo.
Herramienta de inclusión pedagógica y los riesgos latentes
Nerina Baio es directora de la Escuela Danesa “Alta Mira” y opinó acerca de este tema de la siguiente manera. “Respecto al tema del celular, hay todo un debate sobre esto, fundamentalmente, durante un tiempo se pensó en cómo incluir pedagógicamente el celular en el aula. Los docentes tratamos de sumarlo a través de búsquedas de información a través del uso de distintas aplicaciones”. Esto que contó la integrante de esta reconocida institución educativa en un principió resultó, aunque luego aparecieron algunas complicaciones. “Fuimos buscándole la vuelta, lo que sucedió es que el celular generó, y genera, una altísima dependencia, entonces los chicos se distraen muy fácilmente o lo tienen a mano y en lugar de trabajar con la búsqueda de información se ponen a scrollear redes sociales o a contestar por whatsapp”.
Con el paso del tiempo comenzaron a verse algunos resultados de esto y, en general, no fueron los mejores. “Empezó a verse como estaba influyendo negativamente el tema del celular, que aparte generó en una gran adicción y además la verdad que los últimos números hablan de la distracción que originó éste y del bajo rendimiento académico, no solamente por la falta de concentración, sino también una menor lectura, mayor faltas de ortografía y otros modismos de escritura. Entonces se va perdiendo poco a poco el formato del lenguaje, la puntuación y demás”, declaró quien es una de las máximas responsables de la escuela danesa.
Este problema no solamente es propio de nuestro país, ya que en otros lugares del Mundo ocurre lo mismo, por eso comenzaron a tomar algunas decisiones. Por ejemplo en Europa, Méjico y en algunos lugares de la Argentina se comenzó a evaluar esta idea de sacar el celular del aula. “Puntualmente en la escuela donde yo estoy, se decidió que por las consecuencias que veníamos viendo, no se iba a poder seguir utilizándolo y por ende que se volviera a la lectura los textos, ya que que esta práctica además desarrolla la escritura y ordena la información”, dijo la directiva de la escuela de avenida 43 entre calles 64 y 66. Para ella la salida al uso de la tecnología es que se cree un espacio adecuado y apropiado, una sala de computación, pero respecto al celular está siendo analizado tras la salida de la pandemia.
Por último Nerina, quien observa de cerca lo que sucede en su lugar de trabajo, a su vez que se nutre de lo que pasa en otros establecimientos de la Argentina y el Mundo, reveló un dato para tener en cuenta. “Hay algunas investigaciones, en algunos países, que están hablando de restringir el celular hasta los 18 años”, y esto está vinculado directamente con lo que viene sucediendo en las redes sociales. “Los niños y las niñas no tienen tanto conocimiento sobre los riesgos que puede traer el celular, a través de la interacción con otras personas, por eso se trabaja mucho sobre ciberbullying y el ciberacoso, etcétera”.
“Lo veo muy muy interesante que pueden usar el celular”
Para Emiliano López, quien es docente de la parte de comunicación y robótica del colegio Ikastola, el uso del celular es muy positivo y se debería fomentar mucho más desde las altas esferas educativas. “En el caso de la escuela me parece que estaría bueno incentivar a los alumnos, pero esto debe partir desde la cabeza, o sea desde la dirección de educación de la provincia de Buenos Aires deberían promoverlo, pero no veo que esté pasando”. Quizás por convivir mucho más con la tecnología, su mirada no es negativa, al contrario cree que debe seguir avanzando, porque además aparecen ciertas herramientas pedagógicas que aún no son utilizadas y que podría llegar ayudar en el aprendizaje. “Hay ejemplo donde en vez de pedir una monografía de 50 páginas con carátulas ¿Por qué no realizar un video, con los chicos hablando a la cámara, mostrando ejemplos, o bien realizar un podcast, y hacerlo de manera radial. Yo personalmente lo veo muy muy interesante que pueden usar el celular. Antes tenías el manual Kapeluz, el Estrada y no salías de esa información, de esas palabras que eran “santas”. Hoy con la tecnología tenés más información y bocas de opinión. Entonces, ahí podés hacer ejercitar a los alumnos, para que busquen material, de dónde sacarlo y leerlo, y cuál es la opinión”.
Una de las mayores razones por las cuales se complica la aplicación de la tecnología a lo pedagógico, en palabras de López, es que en muchos casos cuesta salir de la zona confort a las y los docentes. “Hay que trabajar mucho en eso y sobre todo en realizar un pacto de convivencia con los alumnos, para el uso del celular dentro del aula”.
“Creo que como mamá, no es una buena herramienta para un niño”
Los padres son los que en la pandemia tuvieron que aprender, en muchos casos, a la par de sus hijos, como usar el dispositivo, con lo cuál son también una voz más que autorizada para hablar del tema. “No estoy muy de acuerdo, como método pedagógico, porque en realidad es darles una herramienta que no es para un niño, porque no tiene todavía la capacidad de poder usarla, con todo lo que implica el uso de celulares”, opinó Daniel Di Lisio quien es mamá de dos nenas, Albert y Aurora, y junto a su pareja Francisco están pendientes del desarrollo de ellas. Pero más allá de esta primera visión, pone un reparo para la utilización del celular, siempre y cuando se haga con un mayor responsable al lado, para buscar algún tipo de información o bien para algún juego didáctico que ayude a que el menor se cultive. En este caso sí sería visto con buenos ojos por estos papás.
Daniela recalca algo que para ella es muy importante, y es que la niña o el niño no se encuentre solo con el celular, porque “tiene un montón de peligros, por así decirlo. No me parece correcto, de hecho para mí el uso de celulares no tendría que estar habilitado, por lo menos hasta que termine la primaria. Nosotros como familia estamos intentando que la tecnología, o el uso de los dispositivos, esté acompañado con la responsabilidad y el crecimiento, con esto de saber el alcance que pueden llegar a tener. Creo que hay un montón de métodos pedagógicos que no necesitan el uso de la tecnología”.
¿Qué dice la Unesco?
El informe de la Unesco recomienda prohibir el uso de celulares en las escuelas. Los expertos sostienen que baja en el rendimiento académico y que en las aulas tiene más efectos negativos que positivos. Cuáles son los países que comenzaron a prohibir los dispositivos móviles en las aulas.
“Durante la pandemia de COVID, las herramientas de aprendizaje a distancia, como internet, radio y televisión, demostraron cuán útiles y necesarias pueden ser en un contexto de este tipo. Sin embargo, también revelaron sus límites”, dijo Audrey Azoulay, directora general de la organización.
De acuerdo al estudio, el uso de smartphones y computadoras interrumpe la actividad de aprendizaje de los niños y jóvenes, pero no solamente en las aulas, sino también en sus hogares. Un reciente meta-análisis que incluyó a alumnos desde el nivel preescolar hasta el nivel superior en un total de 14 países encontró efectos negativos en la relación entre el uso de teléfonos móviles y los resultados educativos, especialmente a nivel universitario. El declive se atribuyó principalmente a la creciente distracción y al tiempo dedicado a actividades no académicas durante las horas de estudio.
Estas investigaciones se suman a los datos obtenidos de evaluaciones internacionales a gran escala, como el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), que también arrojaron resultados preocupantes y demostraron un mal vínculo entre el uso excesivo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y el rendimiento académico.
Para ilustrar este fenómeno, un análisis realizado con datos de PISA en 2018 de 79 países creó un índice de actividad en línea basado en diversas acciones, como enviar correos electrónicos, programar eventos, navegar por la web y chatear. Los resultados indicaron una asociación positiva entre el uso moderado de las TIC y los puntajes obtenidos en lectura, matemáticas y ciencias. Sin embargo, más allá de un umbral de un uso de “varias veces a la semana” -es decir un uso intensivo de las TIC- se observó una disminución en sus aptitudes académicas.///
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