“En el complejo casino casi hay que generar un centro comercial”
Dijo Sabrina Rouillé, especialista en gastronomía, conocida por su participación en programas televisivos, donde se mostraba como representante de Necochea. “Amo la ciudad”, asegura
Mario Maruca
Redacción
“Duele mucho ver al complejo casino de esta manera y hay que hacer algo urgente,”, sostuvo Sabrina Rouillé, quien hace casi dos años se afincó en Necochea para dedicarse a su trabajo: elaborar pastas.
Sobre uno de los asuntos calientes de la ciudad, la profesional en gastronomía que nació en el barrio porteño de Villa Urquiza, aseveró que “sería una pena no recuperarlo y dejarlo caer, fue el símbolo y la postal de Necochea”.
Y valoró un objeto que fue durante años muy famoso. “Estaba esa araña de techo de decoración, la más grande de Latinoamérica que brindaba una iluminación particular y en donde muchos matrimonios se fotografiaron, entonces, cómo no decir que esa estructura merece que recobre su historia”.
Rouillé recordó que “días atrás observé un video que se ha hecho viral con el deterioro del edificio, por sus ruinas y es una verdadera lástima”.
El programa televisivo “Dueños de la Cocina” la colocó en primera plana y permitió que la conozcan a nivel nacional, aunque ella tenía algún rechazo de continuar en la Argentina, ya que tras vivir durante casi 20 años en otros países, debió regresar para estar con su madre en el último tiempo de vida.
-¿Por qué en su momento, te alejaste de la Argentina?
“Me fui del país en el año 2000, antes de la crisis del 2001, porque observé en ese momento una decadencia generalizada en la Argentina, donde hasta me llamó la atención cómo muchas chicas habían quedado embarazadas y luego aparecieron los famosos planes sociales del gobierno”, expresó Sabrina Rouillé.
La especialista en gastronomía dio sus “puntos de vistas” en relación a temas de Necochea, un lugar que “la atrapó” y donde decidió junto a su pareja continuar su vida personal y profesional.
A Necochea la conocía desde sus años de la infancia y la juventud, cuando su familia también optaba por disfrutar de las bondades naturales que nos rodean. “Ya llevo más de un año y medio, me ha ido bárbaro en Necochea, esta temporada fue buena y el pasado invierno lo mismo”, reconoció.
“Amo a la ciudad”
-¿Por qué señalas que sos necochense por elección?
-Amo esta ciudad, tenemos todo lo que cualquier lugar turístico quisiera tener. Hay dunas, mar, río, parque, aguas termales, grutas, un sector de cascadas, puerto, ballenas, por favor, hay de todo en esta tierra y pensar que existen personas que no aprecian todo eso.
Algunos nos catalogan como una ciudad ventosa y, en realidad, estamos en el sexto lugar y en el primer puesto, se encuentra Mar del Plata, así que el viento lo tienen los marplatenses.
-Si te digo, objetivamente, ¿cómo ves a Necochea, cuál es tu mirada?
-Se nota el avance de la ciudad con la actual gestión de gobierno, aunque hay temas pendientes porque también hay que decir que fueron muchos los años de decadencia.
Hay que considerar que después de 1980, los años siguientes estuvo abandonada y remontarla es difícil, además, desde la mentalidad del ciudadano de Necochea. Los tiempos cambian y hay que entenderlo y debemos hacer una ciudad turística para que les vaya bien a todos.
El turismo
-¿Crees que Necochea está a la altura de las exigencias de quienes vienen a hacer turismo?
-Depende de nosotros todo eso, porque en muchas ocasiones, lo que ofrecemos no está a la altura de lo que cobramos y lo que ofrecemos no está tampoco a la altura de lo que deseamos. Si deseamos un turismo de mayor poder adquisitivo, hay que invertir más entonces, modernizarnos un poco más en nuestros servicios.
No podemos pretender tener un turismo como el que tienen otras ciudades como Pinamar o Villa Gesell, haciendo las cosas como en los años 1980, más allá que la situación económica no sea favorable, pero hay que renovarse de cualquier manera y con ingenio.
A veces es polémico lo que digo, pero amo a Necochea y por eso la elegí para vivir en este tiempo y quiero que le vaya bien junto a su pueblo. Por eso considero que hay que cuidarla, y los comerciantes en verano tienen que proteger al necochense y lo mismo al turista, que no se les escape cabeza.
Un centro comercial
-Acerca del vapuleado edificio del casino, ¿qué opinión tenes al respecto?
-Para mí, sinceramente, habría que generar un centro comercial. Una especie de shopping que hoy la ciudad no tiene, sería increíble contar en ese edificio, con un centro comercial.
Tendríamos a personas de la región que nos visitarían más seguido para consumir distintas propuestas y, en vez de ir a Mar del Plata, vendrían a Necochea. Hay que captar más gente, esa es la premisa.
Por ejemplo, Tandil, es una ciudad puramente turística, y ha sabido muy bien explotar las sierras, pero Necochea tiene bondades naturales superiores.
Y si contara con un espacio cerrado, con diversas alternativas para los días de mucho frío y lluvia, al comercio de la ciudad le daría un plus diferente, lo mismo que contar con un establecimiento universitario.
-En relación al Parque Lillo, ¿cuál es tu visión?
-Es una belleza, es fabuloso. Accedes a ese pulmón verde y observas cómo van cambiando el paisaje, las especies, con una variedad enorme de árboles. No hay que tocarlo para nada, es un atractivo impresionante.
Entre Necochea y España
Sabrina llegó a Necochea en tiempos de pandemia de Covid-19. “Necesitaba dinero para abonar el alquiler y vivir, un día, acostada en el sofá de la casa donde vivía, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pensé que de esa forma no podía seguir y algo tenía que hacer”, reconoció.
“Mi pareja comenzó a decirme que elabore pastas para venderlas a mis amistades y vecinos del barrio de Villa Urquiza, en la Capital. Pero en un momento, el círculo se cerró y empecé a publicar mis propuestas laborales en una página web, parecía mentira, tuve una gran cantidad de pedidos”, manifestó Sabrina Rouillé.
Y agregó que “o me venía a Necochea o retornaba a España, y tenía un sueño de vivir en esta hermosa ciudad, donde además armé mi fábrica de pastas La Rulie, aunque antes tuve que brindar una capacitación por tres meses al personal de un restaurante de Corrientes y 9 de Julio, de Capital, para reunir algo de dinero e instalarme en Necochea, ya que en Buenos Aires no quería estar más, todo era muy complicado allá”. ////
Perfil
Sabrina Rouillé tiene 46 años y nació en la Capital Federal, en el barrio de Belgrano. “Estoy feliz con mi edad, la llevo bastante bien”, señaló entre risas, al momento de brindar información acerca de “su perfil”.
Los estudios primarios y secundarios, los realizó en Capital y también trató de estudiar Psicología, aunque su cabeza estaba orientada a la gastronomía y estudio en España, donde vivió 15 años.
“Anteriormente, estuve un año en Brasil y tres en los Estados Unidos, y regresé a la Argentina hace 8 años, tras una cuestión familiar que tuve. Mi madre estaba enferma y al poco tiempo, falleció y me quedé en el país por mi abuela, a quien debía cuidarla”, reconoció Sabrina.
Gastón Rouillé tiene 47 años y es el hermano de Sabrina. Desde hace años, reside en los Estados Unidos con su familia directa, mientras que Sabrina reside en Necochea junto a su pareja, que trabaja de manera remota para una empresa tecnológica.
Y las pastas, las prepara con “una máquina manual que pertenecía a mi padre cuando hacía fideos los domingos y con ella, también elaboro mis productos a los clientes”, enfatizó. ////
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión