Entre la nutrición, la comunicación y el deporte
Antonella Robledo Irigoyen con nuevos desafíos y proyectos innovadores
“Yo hacía cursos de nutrición y los participantes me empezaron a pedir que no desarme los grupos y así fue creciendo este espacio, donde todos tienen objetivos similares, se generan amistades, comparten recetas, se apoyan y yo los acompaño en grupo y en consulta individual”, contó la nutricionista Antonella Robledo Irigoyen sobre la comunidad virtual “La Tribu”, que gestiona para personas que quieren deconstruir su alimentación.
La necochense Antonella Robledo Yrigoyen se fue a vivir hace tres años a la Ciudad de Buenos Aires, buscando otros desafíos laborales y, sin duda, los encontró. En medio de la pandemia, abrió un perfil de Instagram para hablar de alimentación y compartir recetas y, de golpe, se encontró con cada vez más seguidores y marcas que querían apoyar su proyecto.
Después llegaría la posibilidad de participar en el programa Pasaplatos, llegar a la final y ganarla. Ahora coordina cursos digitales para personas que quieren deconstruir su alimentación y creó una comunidad virtual para acompañarlos. Además, es parte de distintos proyectos donde mezcla su pasión por la nutrición, su capacidad para comunicar y su entusiasmo para ayudar a las personas a lograr sus objetivos.
“No nos daban entidad”
“Buenos Aires te abre puertas”, no para de repetir Antonella Robledo Yrigoyen, quien poco antes de la pandemia se fue de nuestra ciudad para radicarse en CABA y desde el primer día nunca paró de trabajar, aunque en gran parte tiene que ver con su espíritu emprendedor.
Al principio, participó en la organización de eventos deportivos en lo que respecta a la nutrición y producción, pero la pandemia la obligó –igual que a todos- a quedarse encerrada.
“Cerró todo y por una cuestión de diversión y también con la idea de generar un espacio diferente, me abrí un Instagram y empecé a hacer recetas, a compartir historias y videos y fue como un boom”, contó, sorprendida por la repercusión que empezó a tener el perfil @anto.nutri.
“Las nutricionistas estábamos un poco eclipasadas dentro de la salud y creo que tiempo atrás no nos daban la entidad que nos están dando hoy y, en este sentido, Instagram fue una herramienta para mí y todas mis colegas para poder hablar sobre la importancia de alimentarnos”.
El crecimiento de la red social le permitió conectarse con marcas y, después de la pandemia, iniciar otras acciones distintas.
En lugar de atender en consultorio, empezó con la modalidad de los cursos para que las personas que querían deconstruir su alimentación, pudieran tener su espacio.
Si bien el curso en sí tiene un principio y un fin, los participantes después acceden a una plataforma, que les permite ser parte de una comunidad virtual, “La tribu” la llaman, que funciona como un espacio de intercambio de recetas, realizan encuentros semanales y reciben también el acompañamiento de la nutricionista.
Se trata de un proyecto autogestivo que Antonella lleva adelante sola con mucho esfuerzo y trabajo porque hay que tener en cuenta que además de toda la actividad que realiza en forma virtual también participa de propuestas laborales presenciales.
“Le pongo mucha energía, mucho amor, mucha entrega, muchas horas”, expresó Antonella y destacó que en toda esta aventura siempre la acompaña su perro Aquiles.
“Una pantalla que no tenía”
Su actividad en ascenso en las redes le proporcionó nuevas oportunidades. Tal es así que la llamaron de Masterchef para ser parte del programa, aunque cuando comenzaban las grabaciones ella estaba de viaje y no pudo participar. Luego le llegaría la posibilidad de participar del programa Pasaplatos, con la conducción de Carina Zampini, y ganar la competencia.
“Estar en la tele, me generó una pantalla y un alcance que yo no tenía, no sólo por el crecimiento en sí mismo de la cuenta de Instagram sino por lo que genera en las marcas que están vinculadas a la gastronomía, muchas de las cuales todavía no me habían mirado como una oportunidad”.
Hoy en día, sigue muy dedicada a su red de Instagram, a los cursos digitales, a su comunidad virtual, pero además está haciendo wellness empresarial. Al respecto, detalló que es parte del equipo que ganó la Copa Davis en 2016, coordinado por Daniel Orsanic, a través del cual “couchean” a líderes de empresas para consolidarlos como equipo. En su caso, se ocupa de la nutrición tanto de las empresas como de los encuentros.
Además de todo lo que hace, Antonnella es escaladora de rocas y el mes que viene viajará a Finlandia y a ver auroras boreales.///
“Uno siempre vuelve al lugar donde fue feliz”
“Necochea tiene un pedacito de mi corazón”, expresó Antonella sobre su ciudad y recordó que durante el programa Pasaplatos muchos necochenses, le mandaban mensajes para apoyarla. Y si bien seguirá viviendo en Buenos Aires, aseguró que “uno siempre vuelve a donde fue feliz”, aunque por ahora sólo de visita. De todas maneras, es probable que en algún momento venga para dictar un curso de nutrición.
Todos los años viene para las fiestas principalmente y disfruta mucho de su familia, principalmente de su sobrino Bruno.
Antonella cursó sus estudios primarios en la Escuela N° 2 y secundarios, en el Colegio Cavagnaro. Vivió unos años en Mar del Plata mientras hizo la carrera de Nutrición y después volvió a nuestra ciudad. Luego, se fue a vivir a CABA cuando decidió buscar nuevos desafíos y, sin dudas, los encontró y los supo aprovechar.