La industria que fue
La fábrica Sur-Lac que embotella leche en sachet y producia otros derivdos lacteros en Quequén, se mantuvo cerca de dos décadas. Pretendía revolucionar la comercialización en la región
Necochea y Quequén tenían industrias y fábricas, entre las cuales había algunas que producían productos de consumo cotidiano. La mayoría de los comestibles provenía de nuestro distrito o de localidades de la zona. Por aquellos años no se podía transportar los productos a grandes distancias sin que peligrara su calidad, en virtud de que no había los equipos de refrigeración actuales.
Hasta los años 70 y casi 80 se fabricaban en nuestro distrito este tipo de productos, los que llegaban a la mesa de necochenses y quequenenses a diario.
La leche, que a principios del siglo XX repartía el lechero y que generalmente salía de la vaca al tarro y de allí al consumidor, sin ningún proceso intermedio, comenzó a ser producida masivamente en nuestra ciudad, a partir de la instalación de industrias locales.
Una de las fábricas fue instalada por la firma Sur-Lac en Quequén. La planta comenzó a funcionar en diciembre de 1964, en un predio ubicado en la ruta 227.
Hasta ese momento era común la compra de leche suelta, pero con la instalación de la Sur-Lac, lentamente los hábitos de los necochenses comenzaron a cambiar.
El sachet de leche producido en Quequén era el resultado del proceso de pasteurización, estandarización y homogenización de la leche y aseguraba, además de higiene, un producto que conservaba su poder nutritivo.
Las autoridades
El directorio inicial de la firma Sur-Lac estaba integrado por Luis Bork y Lucas Cendoya.
La empresa se disponía llevar a la práctica una idea de Lucas y Alberto Cendoya, dos antiguos ganadores de Quequén, que pretendían modernizar la venta de leche, industrializar el producto y mejorar su calidad e higiene.
El 1 de octubre de 1961 la firma Sur-Lac adquirió en un remate una quinta de 63.237 metros cuadrados de superficie, incluyendo 3.500 metros cubiertos, en el kilómetro 10 de la ruta 227.
Luego de pagar 2.500.000 de pesos por la quinta, la firma realizó una importante inversión en máquinas nacionales e importadas. Se adquirió una máquina Zupack, envasadora electrónica que producía 3.600 sachet por hora.
También adquirieron máquinas a la firma danesa Christensen y Thomsen. Estos equipos y tuberías eran de acero inoxidable y el montaje estuvo a cargo del ingeniero Tang, con quien colaboró el técnico Otto Hansen.
El diseño de la planta fue del ingeniero Erhard Pedersen, que vivía en Suecia y la obra edilicia corrió por cuenta del constructor Pascual Cambareri.
Por su parte, la instalación eléctrica, transformadores y tableros los efectuó la firma Giacomozzi, Soldavini y Cía. de San Cayetano.
La caldera, instalada por Juan Deiz, era copia fiel de una sueca que trabajaba con un solo tubo, y aseguraba un rendimiento mayor al de cualquier otra.
Equipos de frío y conservación, lavadoras de tarros, máquina pasteurizadota, homogeneizadora, todas eran parte de un delicado proceso hasta llegar al envasado y tenían la particularidad de ser automáticos o semiautomáticos, por lo que el hombre sólo intervenía manejando los controles.
La industria
Detrás de la marca Sur-Lac se encontraba la firma Unión Productores e Industrializadotes de Leche SAIyC. El directorio de la empresa estaba conformado por Lucas Cendoya, presidente; Carlos Galo Llorente, Alberto Juan Bautista Caraffo y Lucas Bork, sus directores titulares. Mientras que José Nemesio Cendoya, Francisco Fernández Candia actuaban como directores suplentes. Oscar García Vuela, síndico titular y Diego Joaquín Ibarbia, suplente.
La producción de Sur-Lac permitía abastecer a Necochea, Quequén y otras localidades vecinas. Por tal motivo se convirtió rápidamente en una industria de alcance regional. En aquellos años, el litro de leche costaba $ 16,50.
Proceso de expansión
Quince años después de su creación, a fines de 1979, la empresa inició un proceso de expansión con el objetivo de producir leche descremada, ricota en potes, flan, manteca, queso barra, que se sumaban a sus tradicionales productos como leche, crema, dulce de leche, yogures naturales y frutados, queso de postre, pategrás, de rallas y ricota industrial.
En esa nueva etapa, Bernardo Uhart fue el presidente del directorio y se habían sumado Agustín D’Elía, Mario Premrou e Hildebrando Escandón, todas conocidas personas de Necochea y la zona. De los socios fundadores de la firma, sólo había quedado José Cendoya.
Las aspiraciones empresarias eran abarcar una mayor área de comercialización, como San Cayetano, Gonzales Chaves, Tres Arroyos, Bahía Blanca y Benito Juárez, entre otras.
Eso era posible en aquel momento, porque Sur-Lac ya producía 20.000 litros de leche por día y si la demanda aumentaba, era capaz de alcanzar los 25.000 litros.
Pero al igual que otras industrias locales, Sur-Lac también fue víctima de los vaivenes de la economía nacional. En la actualidad aquella innovadora empresa local, sólo permanece en el recuerdo de quienes crecieron consumiendo productos Sur-Lac.///