Estar entre los mejores gamers
Jugadores de videojuegos están en torneos nacionales y armaron una asociación que nuclea principalmente a necochenses
Cada 29 de agosto se celebra el Día Mundial del Videojuego o Día del Gamer, una celebración que surgió en 2008 por parte de las principales revistas especializadas en videojuegos del mercado. En este marco, Ecos Diarios entrevistó a tres jugadores que son miembros de la asociación NecoGamme, que tiene como finalidad fomentar la cultura gamer, haciendo torneos locales con premios a los ganadores, promoviendo también los hábitos más sanos de jugabilidad y el asesoramiento que se necesita para unirse a la actividad e incluso competir.
Sus integrantes aseguran que “en estos últimos dos años, con la pandemia, creció mucho más la comunidad gamer local porque, al estar todos los chicos y la gente grande en sus casas, hizo que se enganchen más”.
El grupo NecoGamme surgió hace unos cinco años, con solo cuatro integrantes, que se habían conocido jugando por Internet, y un grupo de WhatsApp donde cualquier persona podía hacer consultas sobre, por ejemplo, qué computadoras se necesitan para poder jugar determinados juegos.
Así fue que Emanuel Corzon, que hoy tiene 39 años, pensó que en Necochea había muchos jugadores pero que no se conocían entre ellos y que algo había que hacer para cambiar eso.
Con esa idea, aquel reducido grupo se puso de acuerdo para hacer un evento en una tienda de cómics del centro, donde cada uno llevó su computadora para jugar físicamente en un mismo lugar, y no cada uno desde su casa, como estaban acostumbrados. Además, para esa oportunidad acordaron instalar juegos que anduviesen en todas las máquinas. En ese primer torneo, ya pusieron premios vinculados a los videojuegos, como un teclado o un mouse.
Solo necochenses
“Uno cuando se conecta a jugar por Internet, no sabe con quién está jugando del otro lado y es entendible que los padres suelan tener miedo. Por eso hicimos el Facebook y el Instagram de NecoGamme y estamos en una aplicación que se llama Discord, donde se pueden comunicar los jugadores y crear servidores donde no puede entrar a las “salas” nadie que no esté previamente habilitado. En ese servidor hay “salas” con los distintos juegos en los que participan el 90% de jugadores de Necochea. El porcentaje restante son jugadores de otros lugares pero que tienen alguna vinculación con un jugador o torneo local. Actualmente hay unos 95 participantes en total y los jugadores activos son unos 70, sobre todo los fines de semana.
“En principio lo hicimos todo local también porque dábamos premios físicos exclusivamente, hoy ya sorteamos cosas digitales, como códigos para descargar juegos”, contaron.
También, en esta misión de educación en el mundo gamer, le inculcan a los más chicos que “no es la vida un juego” y que “todos nos vamos a enojar si perdemos” pero que lo más importante “es disfrutarlo” y entender que “hay otras cosas por fuera de los juegos”.
“Muchos padres tienen miedo de que los chicos no quieran hacer actividad física porque se la pasan con el celular o la computadora, entonces desde nuestro lado tratamos de fomentar que jueguen pero también le presten atención a esas cosas y al colegio”, contó Emanuel Corzon, que además es profesor de educación física.
Por otra parte, asesoran a quienes quieren comprarse una computadora y no saben cuál o a los que quieren anotarse en los eSports de los Juegos Bonaerenses y no saben cómo hacerlo. “Uno quiere competir en fútbol y habla con el profesor de educación física para asesorarse, pero para los eSports no hay referentes locales, entonces nosotros los asesoramos a los chicos de las escuelas para que se puedan sumar”, contaron.
Torneos locales
Julián Zabaleta tiene 24 años y arrancó jugando PUGB (Player Battleground), un videojuego donde se tiran cien personas de un avión, en una isla gigante, y todos pelean contra todos, como ocurre en juegos populares como FreeFire o un Fortnite, pero con una calidad gráfica avanzada.
Con la primera computadora que tuvo y que armó con ayuda de su hermano, Julián poco a poco empezó a jugar casi todos los días, ha participado en todos los torneos que han organizado desde NecoGamme y sueña con llegar también a clasificar para torneos nacionales.
Los dos juegos más populares son el League of Legends y el Counter Strike. De hecho, el último torneo organizado por NecoGamme tuvo 32 equipos, con dos integrantes cada uno. “Hay que entender que en la final mundial de League of Legends igualó en cantidad de gente viendo a la final de la Champions”, manifestaron.
Además, los torneos locales son transmitidos por Twitch, la plataforma de streaming de Amazon, y se retransmite por Facebook y YouTube con relatos de lo que pasa, para darle más nivel e incentivar más aun a los chicos.
En el nivel más alto
Franco Zappia tiene 18 años y arrancó a jugar a los 15. “Era muy loco decirle a mi mamá que me iba a jugar con cuatro desconocidos una noche a la computadora”, contó entre risas.
Junto con Emanuel Corzon han participado en dúo y quedado entre los ocho mejores equipos del país en la GameShow, que se hace en Costa Salguero y es el evento gamer más grande de la Argentina. “Hemos llegado a la ronda final dos veces y esas son las competencias que se transmiten, con los equipos más conocidos y con premios en dólares o con clasificaciones para torneos internacionales”, contó Franco.
“Cuando fuimos a la GameShow, ya estaba pensando cómo le iba a decir a mi viejo que me tenía que ir a jugar a Alemania si llegábamos a ganar. Al principio era una cosa de locos para ellos, pero después lo van normalizando”, dijo Franco.
Por su parte, Emanuel Corzon tuvo su primera computadora a los 9 años para estudiar y con ella ya empezó a jugar sus primeros juegos. Luego, cuando se pudo conectar a Internet, se inició en los juegos online, pero sin dejar de hacer actividad física. “Me conectaba a la noche, cuando terminaba con el colegio y con los deportes que hacía durante el día”, explicó.
Cuando tuvo su PlayStation 3, empezó a competir en el juego de fútbol FIFA, clasificando para un torneo en Buenos Aires. “Tenía 26 años, me acompañó mi mamá porque nunca había ido solo a Buenos Aires y tuve que pedir que la dejen entrar de manera excepcional, porque habíamos hecho muchos kilómetros, no tenía donde quedarse y no sabía cuánto iba a durar. Ese día éramos 32. Quedé fascinado porque varios tenían sponsors en las remeras y cobraban por jugar. Eran tipos profesionales”, recordó.
Ese primer año perdió en cuartos de final y al año siguiente en las semifinales. En noviembre, Franco y Emanuel participarán nuevamente como clasificados de la GameShow.