Este año se anticiparon los cuadros gripales en la ciudad
Dos médicos se refirieron a una alta circulación de estas patologías
ROCÍO MAGALÍ SÁNCHEZ
Para Ecos Diarios
Con la llegada del invierno, los cuadros respiratorios aumentan notablemente tanto en adultos como en niños. Las bajas temperaturas, la mayor permanencia en espacios cerrados crean un entorno propicio para la circulación de virus y bacterias que afectan al sistema respiratorio.
Para conocer en profundidad cuál es la situación de la ciudad en relación a estas enfermedades, el médico clínico Ariel González y el pediatra Nicolás Molina Fávero, compartieron sus experiencias con Ecos Diarios y brindaron consejos para evitar complicaciones.
González, médico clínico, explicó que la mayoría de las enfermedades respiratorias que circulan en invierno tienen origen viral, lo que explica su rápida transmisión. “Las causas son siempre las mismas: los lugares cerrados, los colegios, donde la transmisión de persona a persona es mucho más fácil”, señala.
Entre los virus más frecuentes mencionó los rinovirus, el virus de la gripe, el virus sincicial respiratorio y los coronavirus. “Ninguno de ellos, salvo excepciones generadas por las defensas de cada organismo, es mortal. Son cuadros de curso relativamente rápido, aunque depende del tipo de virus: algunos años aparecen variantes que generan mayor repercusión general sobre el organismo, con más dolor, más fiebre, más tos”.

El médico advirtió que, aunque en su mayoría los cuadros son leves, pueden darse complicaciones. “A veces las enfermedades respiratorias virales se tornan bacterianas, y ahí sí requieren la intervención de antibióticos. Hay que estar atentos a las pautas de alarma: fiebre persistente que no baja con antitérmicos, dificultad respiratoria, decaimiento. En esos casos es fundamental acudir rápidamente al médico para evaluar la gravedad”.
En cuanto al tratamiento, el profesional subrayó que lo principal es el reposo, el uso de barbijo para evitar contagios dentro del hogar y el cuidado especial de las personas con factores de riesgo. “Diabéticos, pacientes con enfermedades respiratorias crónicas o con problemas inmunológicos son quienes pueden presentar complicaciones más serias que incluso los lleven a la internación”.

Cuadros que se anticiparon
El pediatra Nicolás Molina Fávero explicó que las enfermedades respiratorias en niños comenzaron a verse ya desde mediados de marzo, con los típicos resfríos causados por rinovirus y metapneumovirus. Sin embargo, algo llamó la atención en esta temporada: “Los cuadros gripales, que normalmente tienen su pico en junio, este año se adelantaron y tuvimos el mayor número de casos en mayo”, detalló.
Molina, señaló que estos cuadros gripales abarcan un conjunto de síntomas como fiebre alta, decaimiento, falta de apetito, dolor de cabeza, dolores corporales y, a veces, dificultad respiratoria. “No siempre se sabe con exactitud qué virus lo causa porque no se realizan hisopados de manera sistemática, pero de los pocos que se han hecho, muchos resultaron ser influenza (gripe común) o COVID, en proporciones similares”.
A diferencia de otros años, destacó que por ahora en Necochea se han visto pocas complicaciones respiratorias graves en pediatría. “Por suerte hemos tenido pocas neumonías y poca patología respiratoria baja, como broncoespasmo. Eso sí, los cuadros son largos, de cuatro a seis días de fiebre alta e impacto general, lo que repercute mucho a nivel escolar y laboral”.
El especialista también resaltó un aspecto positivo: “Esperamos que haya una menor repercusión en los más chiquititos por dos razones: la menor cantidad de nacimientos en los últimos tiempos y la vacunación contra el virus sincicial respiratorio, que se administra a embarazadas entre las 32 y 36 semanas para proteger a los bebés recién nacidos”.
Sobre la vacunación antigripal, el pediatra destacó: ”Este año hemos visto muy poca vacunación, pero porque han llegado pocas dosis. El Ministerio de Salud desmanteló parte del área de vacunación, y eso impacta. Normalmente a esta altura del año sobraban vacunas; hoy están faltando”.
Finalmente, insistió en las medidas de prevención básicas: “Vacunación con esquema completo, especialmente para niños entre 6 meses y 2 años, mayores de 65 años y personas con factores de riesgo como asma, cardiopatías o inmunosupresión. El lavado de manos es la regla número uno, está probado que reduce mucho la incidencia de gripe. Y el barbijo cuando uno está enfermo no es solo protección personal, es una acción solidaria para cuidar a los demás. También es clave la ventilación de los ambientes, porque la gripe es uno de los pocos virus que puede mantenerse suspendido en el aire”.
Ambos especialistas coincidieron: si bien es imposible evitar todos los contagios, las medidas de prevención son efectivas para reducir el impacto de las enfermedades respiratorias. El invierno exige más que nunca responsabilidad individual y colectiva: vacunarse, higienizarse, ventilar y cuidarse no solo es protegerse uno mismo, sino también al entorno.
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