Mario Alberto Juliano. Su fallecimiento
Honda consternación causó en distintos círculos, el sorpresivo fallecimiento del juez Mario Alberto Juliano, acontecido en las primeras horas de la mañana de ayer, producto de un paro cardíaco masivo.
Juliano, quien tenía 64 años, tuvo una incesante labor en las últimas cuatro décadas en el acontecer de la ciudad, habiendo incursionado en principio en la política, como presidente del comité de la Unión Cívica Radical, sector por el que ejerció una banca en el Concejo Deliberante en los primeros años de la actual etapa democrática de la Argentina.
Como profesional del Derecho, en primera instancia se dedicó a la rama laboral, para luego empezar a incursionar en el bando del sector penal, siendo designado hace 22 años juez y titular del Tribunal Criminal Oral Nº 1.
De allí en más, Mario Juliano desplegó una carrera “sui generis” a través de sus fallos. El funcionario supo fundamentar sus determinaciones, respetando las opiniones en contrario y aceptando el debate.
Enamorado de la profesión que eligió, también supo instalar su visión de la Justicia a través de su defensa a los derechos humanos y se transformó en un luchador para lograr mejores condiciones en las cárceles, para las personas privadas de la libertad. Y más allá de sus expresiones, consiguió el respeto de sus pares, que lo han considerado como un jurista de relieve.
Bajo esa postura fue el alma mater de la Asociación Civil Pensamiento Penal y posteriormente dio vida a Víctimas por la Paz, cuya misión es la de fomentar el encuentro y perdón entre víctimas y victimarios de distintos delitos.
Sus creaciones lo llevaron a trascender fuertemente fuera del distrito, siendo requerida su opinión en distintos foros dentro el país y Uruguay, donde llegó a mantener amistosos encuentros con el expresidente José Mujica.
Conferencista, autor de ensayos y libros, Mario Juliano escribió su propia página en el campo del Derecho, y con su postura innovadora, fogoneó la realización de los juicios por jurados en la Provincia de Buenos Aires, que lo tuvieron como guía principal.
Asimismo en 2016 cobró notoriedad en los medios masivos por defender el cultivo de la marihuana para consumo personal. Inquieto por naturaleza, Juliano también tuvo una activa vida deportiva, tanto como jugador aficionado de golf, corredor en el automovilismo zonal, ciclista y en las últimas décadas runner. De estas dos últimas pasiones sostenía: “Cuando pedaleo o corro soy realmente yo, me conecta con la libertad”.
De carácter afable, extrovertido pero respetuoso a la vez, y dueño de un humor particular, Juliano también se volcó activamente en los últimos años a la solidaridad, ayudando a personas carenciadas, haciendo travesías deportivas de varios kilómetros, que invitaban a donaciones de dinero, con resultados más que exitosos. De hecho, actualmente venía protagonizando un raid de 280 kilómetros corriendo por las localidades del distrito, para juntar fondos para que una familia pudiera contar con una vivienda digna.
Padre de seis hijos, que junto a sus múltiples amistades hoy lloran su pronta partida, Mario Juliano supo captar a decenas de voluntades, dispuestas a continuar en alto con sus ideas y accionar altruista.