Festival, un repunte esperado
Hace un año, en este mismo espacio nos preguntábamos si el Festival Infantil debía continuar, y el interrogante se generaba a partir de que el evento no había logrado modernizarse para acompañar el interés de los chicos de hoy, que ha ido mutando y que necesita de nuevas propuestas que los motiven de mejor manera.
Si bien en general no hubo una “revolución” en ese sentido, sobre todo en la ornamentación del predio, que esta vez fue el Jardín Francés del Parque, sí se conformó una propuesta más cautivante en la edición culminada hace una semana. Tanto en la grilla de espectáculos como en el escenario.
Con un tiempo acorde para que cada jornada motivara un respaldo de peso en cuanto a la presencia de cientos de espectadores, uno de los aciertos fue el regreso de la fiesta al Miguel Lillo, escenario emparentado a la historia del evento, que en sus más de seis décadas tuvo a la Villa Díaz Vélez como epicentro.
Además de los dos escenarios que esta vez se montaran en el lugar, el remozado anfiteatro significa un plus para la convocatoria de la gente, por su comodidad y visual del escenario desde cualquier sitio en el que se ubique el espectador.
Uno de los argumentos de los responsables del área de Cultura de la actual administración municipal para montar las dos ediciones del festival precedentes a esta 62º edición en la plaza Dardo Rocha, fue que a la misma podían arribar niños y familias de barrios carenciados, que no lo pueden hacer en la misma medida al Parque.
La cuestión en esta ocasión fue paliada con la práctica decisión de que hubiese disponibles micros urbanos con pasaje gratuito en sus recorridos habituales para niños menores de 10 años; a lo que sumaron viajes de colectivos a las localidades del distrito para traer a nuestra ciudad a pequeños de esos sitios.
En cuanto a la fecha histórica de realización en el mes de enero y en coincidencia con el Día de Reyes, la pandemia de Covid obligó a un cambio para el mes de febrero en las ediciones de 2021 y 2022, que el Gobierno municipal decidió continuar en este año. Y en esta decisión tuvo explicación en el deseo de hacer un evento fuerte por mes en el Jardín Francés: en enero la Fiesta de las Colectividades y en febrero el Festival Infantil, respectivamente, de manera de ofrecer al turismo y público local dos buenas propuestas. Una medida que a la luz de lo acontecido este verano ha sido acertada.
Sin temor a equivocarse, esta última edición del popular eventual realizado cada verano desde el año 1962, captó un mayor interés de las familias fundamentalmente por la presentación de espectáculos de trascendencia nacional, como el impactante show de luces y acrobacias en el aire que ofreció la compañía Phaway, Cuenticuénticos; y el show de Topa, este último un artista que, si bien ni está en el apogeo de años pasados, es netamente popular. Y en cada de las noches de show el público respondió en forma considerable.
En esta presentación de artistas de comprobada trayectoria y en el regreso al parque Miguel Lillo estuvieron las razones como para señalar que el Festival Infantil tuvo un repunte respecto a ediciones anteriores. Algo que es de esperar se reafirme en venideros años para un acontecimiento que es uno de los sellos históricos de Necochea.///