Geiser, una cervecería artesanal pionera en la ciudad de Necochea
La familia Paz comenzó con las pruebas en 2002 y a los dos años ya estaba vendiendo la espumosa bebida
En nuestra ciudad de a poco se fue armando una cultura cervecera o “birrera” como dicen algunos con muchísimo orgullo. Es que la cerveza artesanal tiene ese toque particular, que solamente aquellos amantes de la bebida símbolo de países como Alemania o Irlanda, y que en Necochea de a poco se fue construyendo.
Uno de los primeros en comenzar con la producción fue la familia Paz, donde Matías, una de las caras visibles de esta pyme necochense, señala a un integrante del clan como el motor impulsor de Geiser. “El proyecto nació en el 2002, aproximadamente, de parte de papa (Mario) que es muy emprendedor, de hacer varias cosas como fotografía, música, deportes. De ahí que empezamos a producir nuestras primeras cervezas como hobby, en charlas y encuentros los fines de semana, reuniones con amigos. Dos años más tarde ya estábamos vendiendo nuestros primeros litros”.
Está claro que por aquellos tiempos, donde la Argentina venía de salir de una época tumultuosa, de cinco presidentes en una semana y un gobierno de transición, no era de los mejores momentos para hacerlo, pero algunos dicen que en tiempos de crisis, es donde nacen las oportunidades.
“Cuando nosotros arrancamos era muy raro que alguien hiciera cerveza artesanal, tuvo que pasar un tiempo prolongado para que eso fuese normal. Vos pedías algo por internet, y como mínimo tardaba 15 días, o sea que tenías que esperar”, comentó el joven emprendedor necochense.
“El mundo era tan diferente que para poder contar con un insumo para la producción debías programarte con muchísimo tiempo, unos 15 días antes, porque de lo contrario se te paralizaba todo”, explicó quien disfruta mucho hoy de su buen presente.
Como toda creación, el proceso que se vive se termina de disfrutar cuando se logra aquello que tanto empeño se ha puesto, y como casi siempre sucede se disfruta con los propios. “Las primeras cervezas fueron con papá, después se fue sumando la banda de amigos para degustar lo que producíamos, y ahí analizar qué rumbo seguíamos”, señaló quien se sigue capacitando para que el producto siga encontrando el ideal, pero en aquel momento era otra cosa, y Matías se lo toma como aprendizaje y lo recuerdo con mucho humor. “A lo primero, al no tener mucho conocimiento, salieron muy amargas, entonces medio que al principio costaba tomarlas. Pero bueno, nos fuimos perfeccionando y ahora tenemos un producto muy diferente al de esa época.
El origen del producto
Como suele pasar muchas veces, las marcas no nacen de grandes reuniones, discusiones o análisis de consultoras, sino más bien de la simpleza de las cosas. “El nombre del producto surge por un viaje de mi papá que vio el diccionario y apareció la palabra Geiser, que su significado es los chorros de aguas termales que salen de la tierra. Después haber conversado con él durante un tiempo me convenció, y como estaba relacionado por el lado del agua, y en Necochea estamos rodeados de agua, ya que tenemos mar, río, lagunas, me terminé convenciendo”.
Luego llegó el tiempo de la gráfica y ahí el nombre se convirtió en marca y producto, ya que la letra G va jugando con eso, donde en el logotipo se puede observar que tiene ondas, y tiene como significado los diferentes estadíos que puede tener el mar: tranquilo, intermedio y agresivo. Esto se termina de relacionar con Geiser, ya que se puede encontrar cervezas suaves, medianas e intensas en sabor.
La pandemia, un antes y después
“La pandemia ue muy chocante, porque de un día para el otro no pudimos comercializar más, había trabas que no nos dejaban vender”, recordó Matías Paz, y contó cómo debieron hacer con otros colegas comerciantes y emprendedores para tratar de salir adelante. “Esto nos llevó a juntarnos con gente del rubro, también con gastronómicos, y decidimos, por aquél entonces, presentar una carta para que nos permitan comercializar de modo delivery el producto. De ahí en más pudimos comenzar a reactivarnos, muy de a poquito, porque costaba llegar a la gente, que se enterara que podíamos trabajar de ese modo”, recordó uno de los dueños de la firma, quien en esa época se convirtió en dueño y repartidor, e iba de una punta a la otra, de Necochea a Quequén, para juntar el mango y poder cumplir con sus obligaciones enpPandemia.
La esquina de la cerveza al paso
“Tenemos gente que agarra la bici, sale a pedalear, y antes de la vuelta a casa para tomar una pinta, lo mismo con gente que sale a la tardecita de su laburo, toma unas cervezas y sigue. Se ha transformado en un lugar de encuentros”, dice Paz respecto a su comercio en 61 y 32.
Al principio Geiser solamente era una fábrica dedicada a la producción de manera industrializada y también de distribución. La llegada del Covid hizo cambiar los planes, los proveedores comenzaban a caerse, y fue un momento propicio para acomodar el lugar, refaccionarlo, embellecerlo, para cuando pase este problema mundial, Geiser tuviera su local abierto al público.
Tan artesanal fue este proyecto que nació en el seno familiar, y las primeras cervezas fueron hechas en la planta que tenían en el quincho de papá y mamá, que luego terminó siendo habilitada por un trabajo en conjunto con el municipio.
Esta cervecería que fue pionera en Necochea hoy cuenta con ocho variedades de cervezas, pero que suelen realizar un par más, denominadas productos de estación, y ahí se alcanza a la decena de estilos.
Matías Paz no deja de reconocerle a ese tipo emprendedor que le pudo transmitir esto que está viviendo. “Mi viejo es el mentor de todo, de este proyecto y de la vida misma”.///
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