Gestiones para ampliar la capacidad de un hogar de niños
Están avanzados los trámites para ceder en comodato una vivienda
Desde el municipio se llevan adelante las gestiones previas para lograr la ampliación del servicio del único hogar de tránsito con que cuenta la ciudad, y el proyecto comprende ceder en comodato una vivienda, perteneciente a la Municipalidad, y ampliar el cupo de la institución.
Aún resta culminar algunos trámites administrativos para luego ponerlo a consideración del Concejo Deliberante y así darle solución a un problema de vieja data.
En la actualidad hay alrededor de 20 niños con medidas de abrigo fuera de la ciudad, dado que en nuestro medio no hay capacidad para albergar a los chicos que atraviesan una situación de ese tipo.
Oportunamente, se había indicado que al ampliarse el servicio del Hogar Preciosa Semilla se podría recibir también a adolescentes y jóvenes y tener un seguimiento integral de cada uno.
Se pudo establecer que desde la Secretaría de Desarrollo Humano y Políticas Sociales se está trabajando en el proyecto y está en tratativas para incorporar otro espacio para dar contención a estos chicos, donde el municipio ayudaría con personal y se sostendría con becas de la Provincia, en el contexto de niñez y adolescencia.
En nuestro distrito, hay chicos que, por diversas situaciones de vulnerabilidad, son separados de su hogar en forma transitoria y el único hogar que existe, no dispone de espacio suficiente. Si bien restarían algunos trámites administrativos, existe conformidad de los responsables de Preciosa Semilla y del municipio para ceder en comodato por el término de 10 o 20 años, la vivienda ubicada en 32 entre 85 y 87, denominada “El molino”.
Brecha
Las medidas de abrigo se toman en casos excepcionales, y se separa al joven de la familia de origen por causas de maltrato, abuso, violencia. Actualmente la brecha de adolescentes no está cubierta y se trabaja con “familias solidarias” que estén dispuestas a recibir un niño o adolescente, separado de su hogar.
El Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos del Niño, que depende de la Municipalidad, inscribe en un registro a las personas o grupos familiares.
La falta de un espacio para dar contención a los niños y jóvenes es una deuda pendiente, hace unos 30 años se inauguró un hogar de tránsito, que era el cuarto en su tipo que daba alojamiento a menores en esas circunstancias, y existía por entonces el Hogar de Niños Pieres y el Stella Maris de Quequén, ambos se sostenían gracias al aporte de la comunidad.
Por diferentes motivos estos espacios se fueron cerrando y ahora queda uno que, es de esperar, pueda ampliar su capacidad para albergar a niños más grandes.
Luchar contra la corriente
Al no encontrar la ayuda necesaria por parte de la comunidad, en mayo de 2006, el Hogar de Niños Pieres decidió cerrar sus puertas luego de intentar, de todas las formas posibles, seguir funcionando.
La institución había sido creada en la localidad de Pieres el 21 de agosto de 1972, en principio como una fundación. Posteriormente se amplió a hogar de niños, albergando a ocho pequeños de entre 5 y 18 años.
En 1982, un día del niño, se trasladaron a Necochea para que los chicos estuvieran más en contacto con la comunidad y por entonces la presidenta era Lía Ruth Manochi de Arrayago.
A lo largo de los años recibió ayuda de diversos sectores, en febrero de 1982 se realizó un partido a beneficio entre un grupo de actores y bomberos; mientras que en 2002, con el respaldo del Club de Leones, construyeron una nueva habitación.
El problema de la entidad surgió cuando la Subsecretaría de Minoridad de la Provincia decidió retirarle las 10 becas mensuales que recibía; a la vez que le reclamaba reformas edilicias que no podía llevar adelante.
La sede estaba ubicada en 61 casi 70 y la comisión directiva buscó ayuda de la comunidad, empresas y de otras entidades pero no encontró solución y puso a la venta la propiedad para, con lo recaudado, pagar las deudas y las cesantías de los empleados.
Tampoco recibió apoyo del municipio, su vicepresidenta, Hebe Casella de Laserna, afirmó por entonces que “nosotros hubiésemos seguido por los chicos, pero realmente cansa lugar contra la corriente”, en referencia a los requisitos que le impuso el organismo provincial, la demora en el cobro de las becas, entre otras cosas.
De este modo se perdía un lugar que durante tres décadas trabajó en favor de la niñez, a veces con pocos recursos pero con amor y contención.///
Hermanas de la Caridad
Las niñas internas del Pequeño Cottolengo de Avellaneda pasaban sus vacaciones a Quequén, en una casilla que estaba cerca de la playa, perteneciente a la Congregación Pequeñas Hermanas de la Caridad que con el paso del tiempo se convirtió en el Hogar de Niñas Stella Maris de Quequén.
La primera edificación de la orden se inauguró a fines de febrero de 1958, y dos años más tarde se abrió oficialmente la casa de las hermanas, que aún no llevaba el nombre de Stella Maris.
Mediante donaciones, en 1960, se pudo inaugurar el edificio en 502 Nº 1139, que en julio de ese año comenzó a llamarse Hogar de Niñas Don Orione y albergaba a huérfanas o que sus padres estuvieran imposibilitados de atenderlas. Con el apoyo de los vecinos y de la colonia veraniega de Quequén, coordinadas por la comisión de damas, se encaró la ampliación del edificio.
No obstante, a mediados de la década de los 90, el hogar fue cerrado para hacerle una serie de refacciones y reabrió como hogar de día.