Grandes proyectos no concretados
Una central hidroeléctrica en Las Cascadas, la transformación del frente marítimo, una ambiciosa obra en el casino y un complejo de golf en el Parque que no pasaron de ser llamativas promesas
RAÚL JÁUREGUI
Redacción
En el historial de Necochea han surgido llamativos anuncios de obras faraónicas de diverso tipo, que en su momento sorprendieron y entusiasmaron pero que nunca se concretaron.
Algunos de esos proyectos fueron recordados en la columna semanal basada en el archivo de Ecos Diarios, que forma parte del programa radial “Desde temprano”.
El primer antecedente de este tipo se produjo cuando el 2 de diciembre de 1889, el agrimensor Eugenio Moy presentó los planos de la futura ciudad de Quequén, un gran proyecto que preveía el trazado de un ejido urbano que incluía 13 plazas, un parque público, hipódromo y una estación ferroviaria.
El diseño de Moy era sumamente ambicioso por sus dimensiones, muy semejante a la de la ciudad de La Plata».
No fue el único de ciudad planteado en el distrito que no prosperó. Alberto Nazarre, el primer intendente de Necochea, soñó alguna vez con crear su propio pueblo. Y como era médico, quería llamarlo Villa de la Salud.
Según un viejo plano, la villa se iba a construir al este de Lumb, pero sólo quedó en los papeles.

Central hidroeléctrica
Más acá en el tiempo, en la década del 20 se dieron los pasos de otro proyecto fastuoso, cuando los ingenieros Manuel y José López Echániz formaron la Compañía de Fomento Industrial, que tenía por objetivo la construcción de una central hidroeléctrica para aprovechar como fuerza motriz los saltos de agua del Río Quequén, en las Cascadas.
Llegaron a reunir un capital de 284.500 pesos suscriptos en acciones en Necochea y otras localidades de la región.
Se pretendía obtener energía eléctrica a un precio inferior al que se obtenía con los motores alimentados a petróleo.
Pero los esfuerzos del directorio de la empresa tropezaron con inconvenientes económicos que malograron la iniciativa.

El frente marítimo que no fue
En la continuidad del espacio en el aire de Ecos Radio se hizo foco en uno de los desvelos de varios gobiernos: transformar el frente marítimo.
Uno de esos intentos que más se recuerdan es el que impulsara el gobierno de Alberto Percario desde principios de los años 70.
En octubre de 1972 se había gestionado ante la Dirección de Planeamiento Territorial, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, proponiendo edificios de viviendas, galerías comerciales, estacionamientos públicos y privados, confiterías, restaurantes, centros de actividad cultural, recreativa y deportiva, campos de deportes y hotel internacional.
En julio de 1977 la Municipalidad local llamó a concurso de antecedentes para la remodelación del Frente Marítimo. Y el 14 de enero de 1978 se firmó el proyecto entre la Municipalidad y el estudio de arquitectura Llauró, Urgell y Asociados.
Finalmente, el 16 de enero de 1980 se procedió a preseleccionar el consorcio integrado por las firmas Di Tullio, Dara y Yarques, que se proponían llevar adelante las obras en un plazo de 9 años y con un canon anual de 28.800.000 pesos.
Meses más tarde, la renuncia del consorcio ganador del concurso dio el revés al proyecto. Luego se llamaría a una nueva licitación, que también terminó en fracaso, y se intentó convocar a una tercera, pero la iniciativa se convirtió con el tiempo en una utopía.
El proyecto fue analizado en 1984, ya en tiempo de democracia, por el Concejo Deliberante, fue descalificado y archivado.
Proyectos en la Rambla
Tras la demolición del edificio de la Rambla en 1970, surgieron propuestas como la construcción de un edificio modular para ofrecer varios servicios y en 2005 un grupo de privados de empresarios y profesionales presentó a la Municipalidad, durante el gobierno de Daniel Molina, un plan “de recuperación” de la rambla histórica.
Contemplaba una edificación, con ingreso peatonal, espacios verdes y una gigantesca rotonda peatonal al medio, en la cual funcionaría un Museo del Mar. La iniciativa no prosperaría.
Circuito de Fórmula Uno
En cuenta a anuncios rimbombantes nunca concretados, aparece un circuito de Fórmula 1 que en 2002 difundió el diputado Alejandro Urtubey, y que tenía por objetivo traer de nuevo a la Argentina el multimillonario ambiente de la categoría mayor del automovilismo mundial a nuestro distrito.
Visto a la distancia aquella idea era aún más disparatada, teniendo en cuenta que hacía cuatro años que la Ciudad de Buenos Aires, la única con la infraestructura adecuada en el país, había perdido su lugar en el calendario de la categoría.
Golf en el Lillo
En octubre de 2011 se firmó un convenio de concesión de tierras entre el municipio y una empresa privada, para construir un campo de golf de 9 hoyos en el amplio sector del Parque Lillo ubicado a metros del solitario y abandonado molino de viento montado sobre la avenida 2, que formaba parte de un parque eólico que tampoco no prosperó.
El complejo golfístico se haría en el sitio donde existían por entonces cavas, en las que se arrojaba basura, y el plan contemplaba 16 departamentos para alquilar, pileta y otros servicios. Pero todo quedó en la nada.
Otras promesas
En el final de la columna se recordó otros proyectos anunciados que nunca vieron la luz: la Estación Hidrobiológica en Quequén, al lado de la Plaza 3 de Agosto; el polideportivo de la Uatre en la ribera del río, frente a la Terminal de Omnibus; un hotel 5 estrellas en inmediaciones del casino; y en este lugar propiamente dicho el proyecto presentado en el final de campaña en busca de la reelección del exintendente Facundo López, incluyendo edificios de alto, uno de ellos similar al Burj Al Arab, el famoso hotel 7 estrellas de Dubai.
También se recordó otras frustradas ideas como un costoso proyecto edilicio con espacios para la diversión, gastronomía y los deportes frente al Hogar Raimondi; el mega plan financiado por el gobierno nacional con 160 millones de pesos anunciado en su momento por el intendente Horacio Tellechea para transformar el llamado frente costero Norte, en la avenida que lleva a la escollera sur; y no hay que olvidar el llamativo anuncio en julio de 2000 por parte del gobierno que encabezaba interinamente Ramón del Carmen Ortiz, de colocar una enorme “cortina de vidrio corrediza para controlar o morigerar el viento”, en la esquina de 2 y 83.
También se dio cuenta de la anunciada y licitada nueva terminal de ómnibus, en tiempos del Gobierno nacional de Cristina Fernández; el proyecto varias veces enunciando de reconstruir el puente Ezcurra y la aún no concretada nueva planta de tratamiento de efluentes cloacales en la zona de Punta Carballido, Quequén.
La columna completa está disponible en el Spotify de Ecos Radio.
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