Hace 110 años Necochea era declarada ciudad
El 26 de julio de 1911 se promulgó la Ley 3352 que modificó el status de la localidad cabecera del partido de Necochea.
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Ecos Diarios
El 26 de julio de 1911 se promulgó la Ley Nº 3.352, que declaró ciudad a la localidad de Necochea. Desde su fundación, en 1881, el crecimiento de la población fue lento.
Si bien el tren, que llegó a Necochea 1894 había acelerado las comunicaciones, la población parecía vivir a otro ritmo. Según el periódico El Baluarte, publicado a fines del siglo XIX, “en 1889 aún no había edificios públicos” en la ciudad.
Aquella publicación también da testimonio de que los necochenses “piden incansablemente al gobierno nacional la escrituración del ejido, el Puerto y un banco”.
Hasta fines de la década del 20, cuando se construyó el Puente Colgante, el tren fue el principal medio de transporte.
De acuerdo al texto preliminar del Plan Estratégico-Participativo de Desarrollo Urbano Ambiental del Partido de Necochea, «las características sobresalientes de esta época son por un lado, la construcción del Puerto de Quequén, realizado por una compañía francesa y por el otro la introducción del automóvil como medio de locomoción. Estas trajeron aparejado un sin número de cambios en la ciudad entre los que encontramos la pavimentación de las calles céntricas y principales avenidas (San Martín, 59, 58) y el importante desarrollo que tiene el sector del puerto, ya que ahora comienza a trabajar como puerto de ultramar».
Según el Gran Libro del Milenio de Ecos Diarios, cuando en 1911 Necochea fue declarada, la Sociedad de Fomento de Necochea impulsó la puesta en marcha de un servicio de transporte urbano: el tranvía.
La institución, encabezada por el vecino Domingo Olivera, promovió, implementó y administró el primer servicio tranviario de la ciudad, inaugurado el 3 de enero de 1913. Pero pese a la llegada del tranvía, el ritmo de la ciudad y sus habitantes, seguía siendo lento.
Hoteles
Si bien desde sus inicios la población creció con el aporte del sector agropecuario y, en menor medida, de la actividad portuaria, los necochenses siempre aspiraron a convertir a su pueblo en una gran ciudad turística.
Lentamente, el sector hotelero creció impulsado por la llegada de los turistas, atraídos por la playa.
Sin embargo, los primeros hoteles de la ciudad funcionaron en el radio céntrico. Poco después de la fundación, en cercanías de la plaza, comenzó a funcionar el hotel El Progreso.
De acuerdo a datos de catastro, en 1896 había cuatro hoteles ubicados en lo que hoy es el centro de la ciudad: 62 y 63; 62 y 65; 59 y 62 y 59 y 64.
Entre esos establecimiento se encontraba el Gran Hotel de la Amistad, de José Ramón Galparsoro, antiguamente conocido como la fonda de Chaparro.
En tanto sobre la calle 62, por la que pasaba la gente que iba de la Estación de Trenes al centro, había varias pensiones familiares.
Para 1914, ya funcionaban dos hoteles hoy legendarios, el Vasconia, en avenida 59 y 66, y Gran Hotel España, en 64 y 63. Ambos hoy desaparecidos bajo la piqueta.
En tanto, Julián Azúa, pionero de la hotelería local en la zona balnearia, había comenzado con la Perla del Océano y luego inaugurado la Perla del San Sebastián Argentino.
Otro ritmo
Luego de la Primera Guerra Mundial se realizaron grandes obras públicas en todo el país y se difundió el uso de nuevos materiales y técnicas. Necochea no fue ajena a aquel fenómeno.
A aquel período, denominado ecléctico, pertenecen edificios como la vieja Usina de calle 51 entre 56 y 58, hoy convertido en edificio universitario; los edificios de Obras Sanitarias, el Puente Colgante, el Molino Harinero de avenida 59 entre 14 y 16, que en la actualidad se encuentra derrumbado, y el Elevador Terminal del Puerto, que se comenzó a construir en 1944.
En tanto, el 1º de enero de 1949 se inauguró el servicio cloacal y su extensión era de 45 cuadras, pero no en “el centro”, sino en la Villa Díaz Vélez, en un sector comprendido entre las calles 8 y avenida 2 y 79 y 89.
El desagüe de los afluentes se realizaba a través de una cañería existente en la Escollera Sur del canal de acceso a nuestro puerto.
A lo largo de los años, diferentes estilos arquitectónicos fueron dejando su huella en las construcciones de la ciudad, que comenzó a crecer más allá de las 16 manzanas originales. Se pueden encontrar así en distintos puntos viviendas criollas, “petit chateaux” y construcciones pintoresquistas.
A pesar de que han transcurrido casi 140 años de la fundación de la ciudad, Necochea sigue manteniendo un ritmo diferente al de otras localidades, aunque debido a la cantidad de habitantes, los necochenses ya comienzan a sentirse el vértigo de las grandes urbes.///