Hace 21 años, Alejandro Occhionero corría la última carrera en bases aeronavales
En una definición que realizó Marcelo Bugliotti, también con Ford
En 1989, el Turismo Carretera encontró una opción novedosa para alternar con los semipermanentes y los autódromos: las bases aéreas y aeronavales y fue el necochense Alejandro Occhionero el que corrió por última vez en un trazado “especial”.
A lo largo de 13 años, el TC realizó 11 carreras en 4 de estos trazados. La última tuvo lugar el 6 de octubre de 2002 en la Base Aeronaval Comandante Espora (BACE) de Bahía Blanca.
La ACTC tenía previsto disputar la 13ª fecha en el autódromo de 9 de Julio.
Sin embargo, sorpresivamente anunció el regreso a una base aeronaval. La elegida no fue la de Punta Indio, la más conocida por el TC y donde se había presentado por última vez en 2001. Sino a la de Bahía Blanca, que visitaba por primera vez.
De esta manera, la “máxima” retornaba a la ciudad bonaerense luego de 12 años.
La anterior carrera allí había sido en 1990, en el semipermanente de Grünbein, cuando se impuso Emilio Satriano (Chevrolet).
Hubo polémica
Pero la llegada del TC provocó polémica, ya que ante la imposibilidad de usar la pista principal de la BACE, Aerolíneas Argentinas canceló 18 vuelos.
El circuito bahiense tenía 4.350 metros y una recta de poco más de 1.500 metros. Y el ancho de la pista llegaba a los 60 metros. Se trataba de un dibujo veloz, ya que Marcelo Bugliotti (Ford) promedió 175,631 km/h para la pole position.
Muy cerca de la media que se registró el 23 de junio de ese año 9 de Julio (177,958 km/).
Los particulares boxes en la base Comandante Espora, con el hangar de fondo. (Bahía Blanca Automóvil Club)
El TC llegó a Bahía Blanca con 52 autos y con Ford como gran protagonista de ese tramo del torneo. El Óvalo llevaba 5 pole position seguidas y en la base aeronaval sumó la 6ª. Marcelo Bugliotti (Ford) dominó una clasificación que tuvo a 7 pilotos de la marca en los 8 primeros lugares.
La excepción fue Luis Minervino (Chevrolet), que fue 2º.
Todo Ford
Ford ganó las 3 series, con Papel, Miguel Ángel Etchegaray y el necochense Alejandro Occhionero.
En la final, presenciada por unas 20.000 personas, el necochense perdió la punta en la largada con el mercedino.
Pero en la 3ª vuelta Bugliotti se hizo con el liderazgo, que mantuvo hasta la bandera a cuadros.
Así, el cordobés, que tenía motores de Johnny De Benedictis, logró su primera victoria en su undécima carrera en TC.
Pese a que nunca había corrido en una base aérea. Y a que hasta entonces no mostraba grandes pergaminos en la “máxima” más allá de la serie ganada ese mismo año en Río Cuarto.
El piloto del Pro Racing le dio el quinto triunfo consecutivo a Ford, que por cuarta carrera seguida monopolizaba el podio.
En este caso con Gabriel Ponce de León y Occhionero como protagonistas secundarios.
Además, el Óvalo acaparó los 7 primeros lugares. Patita Minervino (Chevrolet) resultó el mejor no Ford al terminar 8º, un puesto por delante de Ernesto Bessone (Dodge).
El Turismo Carretera cerró así su breve historia con las bases aéreas y aeronavales. El posterior advenimiento de nuevos autódromos clausuró la posibilidad del regreso. De hecho, desde entonces el TC solo hizo tres carreras en autodromos, aunque se le parecen bastante: 2 en La Pedrera y 1 en Potrero de los Funes.
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