Hace 28 años la sala de juegos del Casino era deficitaria
En septiembre de 1989 se barajó la posibilidad de bajar la persiana, porque daba pérdidas. En años posteriores se evaluó su privatización y en 2006 resurgió la idea de dejarla inactiva, por no ser redituable. Cierres temporarios en 1996 y 2015
Consumado el anuncio de cierre definitivo de la sala de juegos del Casino para fines de la próxima temporada de verano, no pocos reflexionan que era algo que se veía venir o, rememorando al título la famosa novela de Gabriel García Márquez, que era la crónica de una muerte anunciada.
En este análisis seguramente se tendrá en cuenta la casi nula atracción que hoy genera el juego de ruleta y punto y banca, que despobló de apostadores a la sala del complejo ubicado frente al mar. Una realidad que empezó a manifestarse con más fuerza en 2014, cuando se llevaron las máquinas tragamonedas del lugar.
Aquél retiro de las máquinas, que conforman un atractivo para las nuevas generaciones, pasó casi inadvertido. Y no hubo manifestaciones u oposición fuerte ni desde los gremios de empleados del Casino y mucho menos de las autoridades municipales de turno.
Historial pérdidas
Sin embargo, lo que no se registra es que los amenazas de cierre de la sala se empezaron a manifestar a fines de la década del 80, es decir hace 28 años y por una cuestión que casualmente es el núcleo central de decisión que ha tomado el actual gobierno provincial y que el titular de Lotería, Matías Lanusse expusiera en las últimas horas: la falta de dividendos, superados por los gastos.
Aunque no concretadas, en septiembre de 1989 empezaron a cobrar fuerza las primeras evaluaciones de cerrar la sala de juegos local, por entonces en manos de Lotería Nacional, porque daba pérdida.
Se anunciaba por aquél fin de año que se definiría la cuestión luego del verano de 1990, donde se haría un estudio de rentabilidad que finalmente no se consumó, en parte por las activas gestiones de las autoridades de nuestro medio
Primaba por aquella época la política privatizadora del gobierno de Carlos Menem, quien tenía el firme concepto de que el Estado no subsidiaría ningún tipo de actividad vinculada al juego.
Para la propia sala de juegos del Casino necochense se barajó la posibilidad de concesionar su explotación a privados, generando un marcado rechazo de las fuerzas políticas y entidades de la ciudad, que finalmente torció el destino de privatización y que quedó salvaguardado cuando en julio de 1994 se decretó por ley la explotación de los casinos por parte de la Provincia.
Cierre temporario
En abril de 1996 una situación de tirantez producida entre la Nación, que seguía siendo el propietario del complejo y la Provincia, que explotaba el juego, pretendiendo ésta no hacer arreglos y sólo mantener el sector donde estaban las mesas, la sala tuvo un cierre temporario.
Esta vez la comunidad se movilizó, con una caravana y especie de abrazo al edificio, encabezado por el entonces intendente Julio Municoy, que incentivó la reapertura al poco tiempo.
En octubre de ese año desde la Provincia se admitió que se estudiaría firmemente el cierre de la sala en época invernal porque generaba pérdidas.
Por ese tiempo el edificio ya había pasado a manos de la Provincia y se empezaba a hablar de la transferencia a la órbita municipal, lo que finalmente se concretó en mayo de 1998, lo que dijimos en su momento que era “un presente griego.”
Otro amague en 2006
El año 2006 sería “movido” en cuanto al futuro del juego de ruleta y punto y banca. Primero con la idea, que luego no prosperó de sacar la actividad del edificio de la 2 y llevarla a otro lugar, donde se construiría
Un centro integral, de hotelería, juego y gastronomía, para lo que se barajó como posibilidad las instalaciones del hotel “Las Nieves”, ubicado en diagonal San Martín.
Luego, ya a mediados de abril de ese año surgió otra luz de alerta, cuando el entonces director de hipódromo y casinos bonaerenses, Jorge Rodríguez, deslizaba la posibilidad de cerrar el juego en Necochea, por “ser deficitario” y daba cuenta que en 2005 se había perdido “más de $1.300.000”.
El anuncio despertó una nueva reacción de la clase política y de entidades intermedias y el Instituto Provincial de Lotería retrotrajo su idea.
En cuanto a otro cierre temporal, cabe recordar el que se produjo en el sector de apuestas entre fines de diciembre de 2014 hasta inicios de febrero del año siguiente, en este caso por el desplazamiento de una losa, que derivaría en la extracción de las máquinas tragamonedas
En cuanto al deterioro del edificio, que a su modo coadyuvó para que declinara la cantidad de asistentes, ya en 1986 empezaba a manifestarse, a sólo 13 años de su inauguración. Desde entonces y salvo un arreglo que hiciera el gobierno radical de Daniel Molina, el lugar siguió su camino hasta el estado calamitoso actual.
Declive ligado al turismo
Si se hace una composición del periodo de tiempo en el cual el Casino de Necochea empezó a no ser rentable, es decir a fines de los 80, coincide con el declive que en materia de caudal turístico empezó a tener nuestro balneario en la segunda mitad de esa década y por una causa directa: la explosión de nuevos centros más cercanos a Capital Federal, como Pinamar y Villa Gesell, por supuesto también con oferta de juego.
Tal merma no sólo se ha notado en el Casino, sino también en la cantidad de hoteles que han cerrado en los últimos años.
El Casino que fuera una salida social por muchos años – de hecho los hombres debían concurrir con traje- y un imán turístico en la década del 70, se fue transformando de a poco en un lugar sin atractivo.
En 1997 se decidió no cobrar más la entrada, de manera de incentivar una concurrencia que ya venía en baja. Hoy la realidad del desinterés por “el paño”, como en la jerga casinera se denomina al juego de ruleta y carteo parece no ser exclusiva de Necochea. La diferencia es que en los restantes casinos provinciales las máquinas tragamonedas aún los transforman en redituables.
De la cadena Holliday a Eurnekian
En las últimas tres décadas se ha barajado una batería de ideas, algunas disparatadas o inviables, para intentar reactivar un complejo que ya hoy se halla en estado ruinoso.
Entre las curiosidades de estos tiempos, en mayo de 1996 Lotería Nacional valuaba a todo el edificio en $600.000 y el por entonces intendente Julio Municoy y su secretario general, Fernando Ciancaglini daban cuenta a Ecos Diarios de un encuentro en Buenos Aires con directivos de la afamada cadena internacional Holliday Inn, para construir un hotel internacional en terrenos del Complejo Casino.
Dos años después los mismos funcionarios se reunían con el empresario Eduardo Eurnekian, por esa época dueño del Multimedios América, entre otras fuertes empresas, para ofrecerles la concesión del complejo y el Jardín de Rocas por el lapso de 40 años. Dos ideas que naufragarían en el mar del olvido///