“Hay que unir voluntades y llamar a la gente joven”
Mecha Lubrano analizó nuestra ciudad desde el aspecto turístico. Para ella, Necochea tiene todo y sólo habría que corregir unos tres o cuatro puntos negros. Sus propuestas para el puerto, el Parque, el casino y el ACA
Julieta Moreno
Redacción
“En realidad, si uno mira a Necochea, no hay tantos puntos negros. Si pudiéramos cambiarle el color a esos puntos sería totalmente otra cosa”, advirtió Mecha Lubrano, al pensar la ciudad desde el punto de vista turístico. Mencionó el casino, el ACA, el Puerto y la peatonal como espacios a renovar para armar nuevos desarrollos.
Si bien sus padres vivían en Tres Arroyos, Mercedes Alonso nació en Avellaneda por casualidad durante un viaje que hizo la familia. Al mes volvieron a su ciudad, hasta que a sus 13 años vinieron a vivir a Necochea. A los 15 años se casó y tuvo dos hijos, Marcelo y Andrea, pero a sus 17 años su marido falleció en un accidente y tuvo que hacerse cargo de todo con la ayuda de sus padres. Para ella, en ese momento, nació “la Mecha luchadora que todos conocen”. Trabajó en un restorán en la banquina del Puerto y se desempeñó como vendedora en una casa de electrodomésticos, entre sus primeros trabajos. Con ansias de progresar, empezó el secundario en la escuela de Adultos y allí conoció a Vicente Lubrano. Llegaron dos hijos más, los más chicos, Elisa y Enzo, pero nunca dejó de trabajar en distintos emprendimientos. Durante muchos años, tuvieron estaciones de servicios y, con mucha dedicación, aprendió todo sobre el rubro y se puso al frente de la empresa, hasta que llegó el proyecto en el río que cambiaría su vida.
La familia decidió hacer su casa frente al río Quequén y el lugar era tan pintoresco y hermoso que recibían continuamente familiares y amigos que llegaban para pasar unos días. Así nació la idea de fundar primero el camping y, con los años, las Cabañas Río Quequén, que la tiene a ella –Mecha Lubrano como todos la conocen- como la cara visible de un emprendimiento que ya tiene una trayectoria de casi 40 años. Además, desde hace varios años, integra la Cámara de Mujeres Empresarias y, en el último tiempo, empezó a hacer teatro como una actividad de expresión artística y de sanación personal.
En diálogo con Ecos Diarios, dio su punto de vista sobre la ciudad, se refirió sobre todo al turismo que es su ámbito de trabajo y propuso varias ideas para desarrollar en los distintos sectores. Consideró también que hay que unirse y darle espacio a los jóvenes.

- ¿Cómo ves la ciudad?
- En esta etapa gubernamental, la ciudad tuvo un cambio. Está más limpia y se han hecho un montón de cosas como las veredas peatonales. Muchas cosas que se ven. Faltan un montón, pero yo amo Necochea. Y en realidad, si uno la mira, no hay tantos puntos negros. Si pudiéramos cambiarle el color a esos puntos sería totalmente otra cosa.
- ¿Cuáles son esos puntos negros?
- Por ejemplo, el casino, el balneario ACA y el Puerto.
- ¿Y qué harías en el Puerto?
- Me refiero a la esquina del Puerto de Necochea, en 10 y 59. Lo primero que haría es una reunión con todos los vecinos y con las autoridades. Yo si fuera el propietario de la esquina y me toca la puerta el intendente y me pregunta: “¿cuánto tiempo más vamos a estar con esto así? y me dice “entre vos y yo planifiquemos la esquina”, me gustaría. No es que la gente no quiere cambiar, pero a veces no se les da las herramientas. Y a veces al vecino, nadie le tocó la puerta.
Yo digo que se piense una idea para hacer y elaborarla. Uno pone la pintura y el otro, pone otra cosa. Se quiere pintar todo como en La Boca y se pinta. Y cuando nos queremos acordar la esquina es otra.
Cada diez personas que entran a mi lugar, diez y medio me preguntan dónde está el puerto turístico. Nos falta eso porque tenemos todo para tener algo lindo ahí. Se puede unir con el comercio de las caracolas. Sería como un paseo desde la pescadería de Roque Bruno hasta la esquina y pegar un poco la vuelta.

- ¿Y el casino?
- Y ahí es decisión política. Si yo pienso en el casino, pienso en barrerlo. Hacer un predio verde divino, con lámparas y banquitos y después hay que esperarlo porque ahí hay un terreno potable. Porque si viene alguien con una valija de dólares y le presento las ruinas del casino, se va, no se queda.
O también se podría hacer una maqueta de lo que nos gustaría ver enfrente del mar. Tendría que hacerse un concurso de ideas; hay un montón de arquitectos y diseñadores de ciudades, gente muy inteligente que podría hacer algo.
Yo lo sacaría a concesión 100 años y que no me pague por 50 porque también tenemos que dar para recibir. Porque si cuando alguien viene a invertir, le ponemos sobretasas, nadie va a venir.
- Y con el ACA, ¿qué harías?
-Lo volaría también. Yo no haría otro balneario. Quizás haría una playa joven con todo lo que sea deporte de playa, pero todo abierto. Sí pondría puestos con juegos y comida saludable y armaría espacios para que los jóvenes tengan divertimentos frente al mar.

- Y con respecto al parque, ¿qué postura tenés?
- El parque hay que intervenirlo, pero no regalarlo. Es importante que se intervenga porque la ciudad va a crecer hacia el mar. Yo haría pequeñas islas intervenidas con cosas lindas, que sean concesionadas por cierta cantidad de años, pero con concesiones controladas. En general, hay un desapego por las concesiones, porque antiguamente no se controlaban.
Por ejemplo, donde hicieron la senda peatonal sobre la avenida 10, hay lugares para hacer casitas de té y hasta viviendas privadas o cabañas. Siempre concesionado, pero no vendido. El parque tiene que seguir siendo del pueblo.
- En el aspecto turístico, ¿cómo analizás el trabajo del sector privado? ¿Hay compromiso? ¿Se los convoca para trabajar por la ciudad?
-Se nos convoca a veces, aunque no tanto como quisiéramos y quizás en esa convocatoria, no tenemos un líder. Creo que en todos los ámbitos debería haber un líder que te meta pasión para que uno se prenda. Adoro a los chicos que están ahora y trabajamos juntos, pero sé que es cansador. Las asociaciones están cansadas y cuesta trabajo mantenerlas. Muchas veces hablamos desde la queja y termina la reunión por agotamiento y ahí se te van las ganas. En esas reuniones, debería haber un líder que nos diga vamos a trabajar. Todos hacemos cartarsis y nos vamos con un sabor amargo. En las reuniones que hacemos, también tienen que estar todas las patas en la mesa. No solamente Turismo, también Obras Públicas, Gestión Ambiental, porque salen un montón de temas y, si no están todos, no tenemos la respuesta.
Igualmente vivimos en una ciudad soñada que naturalmente tiene todo. Son pequeñas cosas las que hay que cambiar. La plaza, por ejemplo, hizo un giro de un 100% con decisión política y un grupo de personas que tenía definido lo que quería hacer: iluminación, juegos y plantas cuidadas. Eso hay que replicarlo en diferentes lugares de la ciudad y convocar a los vecinos y al doliente, a aquel que sabemos que no tiene prolijo su espacio.
Muchos me preguntan porque voy a las reuniones de la 83 y lo hago porque los turistas que recibo van a la 83 y entonces me preocupa y me ocupa que esté linda. En este tema, hubo planificaciones, que se quedaron en las mesas. Después me encantan los emprendedores, pero no me gusta que tapen la entrada del Museo sobre la avenida 10. Para mí, los tendrían que instalar adentro del parque para armar una especie de islas con los emprendedores, lámparas, baños públicos, alrededor del anfiteatro para darle vida a todo ese sector. Y el Museo tiene que tener su entrada limpia e iluminada porque no se ve cuando uno pasa.
También nos falta un pequeño shopping. Un paseo comercial con juegos para chicos para los días en que llueve.
- ¿Qué te parece la gestión del intendente Arturo Rojas?
-Su gestión es buena, pero no se tiene que quedar. A veces cuando pasamos a la segunda gestión, es como que nos quedamos. Sé que hay mucho problema político, pero sí tiene gente buena alrededor. Para mí, hace más falta el sinceramiento con el ciudadano. Pedir ayuda al ciudadano.
- ¿Como ves al futuro de la ciudad?
- Yo creo que la ciudad va para adelante porque tiene todo. Hay que unir voluntades y llamar a la gente joven para que se pongan las pilas con Necochea porque, en definitiva, lo que estamos haciendo es para ellos. Los jóvenes tienen una mirada distinta. Son más prácticos y tendrían ya que estar sentados para ver como damos vuelta la historia.
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