Hugo Alconada Mon presentó su novela en el Centro Cultural
Un doble crimen ocurrido en 1892 en Quequén, inspiró al periodista en su novela “La cacería de Hierro”
JUAN PABLO BORRELLI
Para Ecos Diarios
El renombrado periodista Hugo Alconada Mon presentó ayer la novela histórica titulada “La cacería de Hierro” en el Centro Cultural Necochea- Biblioteca Popular Andrés Ferreyra. El autor estuvo acompañado de los escritores necochenses Martín Petersen y Alejandro Andersen. La bienvenida estuvo a cargo del director del Centro Cultural, Alberto Franco.
Alconada Mon dialogó con Ecos Diarios sobre la trama del libro recientemente editado por la editorial Planeta. “La Cacería de Hierro” es una novela que aborda un caso que los necochenses y quequenenses conocen muy bien que es el caso Francisca Rojas. Por supuesto, además, sé que se han escrito muchos libros tanto de investigación histórica como de ficción, el último fue el de Federico Andahazi, “Las Huellas del mal””.
Respecto del abordaje que le imprimió a la historia dijo: “Jugué entre la realidad y la ficción, traté de buscar todo el material histórico que pudiera, sabiendo que el material que han desaparecido para siempre, pero aun así recolecté material histórico, en museos y archivos de La Plata, Dolores, Chascomús, Necochea, Lobería para tratar de un armar un rompecabezas”.
“En esencia, lo que abordo es una novela policial que intenta jugar entre el doble crimen que ocurrió en Necochea y resolviendo ese doble crimen permite destrabar otro crimen que ocurrió en La Plata”, explicó el autor. El vínculo de ficción lo realiza el reconocido periodista de La Nación, trabaja a partir de la utilización de la huella digital.
Historia
En el año 1892, aparecen dos menores degollados en Necochea y la madre en la misma condición, pero sobrevive y señala a un presunto sospechoso. El individuo señalado por la madre, decía “yo no fui”. Además, durante cinco días estuvo sujeto a interrogatorio con apremios, sin embargo, el hombre resiste.
El comisario local de apellido Blanco envió un telegrama a La Plata informando el doble crimen y que el sospechoso no reconocía el hecho. Alconada Mon se vio interesado en la historia dado que “ahí creo que es el punto de inflexión porque el jefe de Policía de La Plata, Guillermo Nunes manda al primer detective en la historia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que era el inspector Eduardo Álvarez, luego comisario de pesquisas y que incluso llegó a ser nombrado como jefe máximo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires”.
“Nunes era en ese momento amigo, al punto del tuteo de Juan Vucetich, cosa muy rara en aquellos tiempos. Lo normal era el trato de usted, incluso entre padres e hijos. Quien lleva el nombre de la academia de policía, estaba desarrollando el sistema de las huellas dactilares. Entonces, el inspector Álvarez le pide a Vucetich que le explique el método para luego venir a Necochea y a hace todo el trabajo de campo”, dijo el periodista.
El inspector de la bonaerense va al lugar donde se había producido el doble crimen, interroga testigos y sospechosos, coteja las huellas dactilares y le permiten resolver el crimen. Eso a su vez, está plasmado en dos cartas que se han logrado preservar una que este detective Eduardo Álvarez le manda al jefe de Policía que lo trata de usted y le explica de manera somera y cómo había logrado la solución.
Además, redactó una segunda carta más corta a Juan Vucetich en la cual lo tutea y básicamente lo que le termina diciendo. El escritor lo describe de la siguiente “Mirá Juan lo que estás desarrollando funciona” y le llega a decir que por cómo se había hecho la investigación en esos primeros cinco días, con los apremios y violencia psicológica y más. Que a él siempre le hubiera quedado la duda, si no sabían enchastrado la cosa pero que en base a lo que surgían de las huellas dactilares. Él estaba convencido de haber encontrado a la persona responsable”.
“En definitiva, en base a eso le llega a decir, si se pudiera aplicar la pena de muerte apoyado en lo que lograste determinar con la huella dactilar, yo dormiría tranquilo si la ejercieran para este caso”, concluyó el escritor.
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