Ideal para el desarrollo de grandes industrias
En la década de 1930 el Centro Comercial e Industrial de Necochea realizó una gran campaña para atraer turistas a “la mejor playa de sudamerica”
Archivo
Redacción
"Al margen del Atlántico, con un puerto marítimo, un río caudaloso, clima benigno, tierras fértiles, buenas vías de comunicación y amplia red caminera en construcción, Necochea es el lugar ideal para el desarrollo de grandes industrias".
El texto antes citado apareció en el año 1931 en un libro publicado por Antonio Ignacio con motivo del cincuentenario de Necochea.
El libro recopilaba información sobre la ciudad, sus instituciones, sus personajes más destacados, comercios, estancias e industrias.
En sus páginas se destacan la labor de entidades como el Centro Comercial e Industrial de Necochea, que "en 1927 hizo imprimir gran cantidad de afiches y estampillas recomendando a los turistas argentinos la playa necochense, la mejor de sudamérica".
Necochea era una ciudad joven, recién en 1911, a partir de un proyecto del ex diputado bonaerense y ex intendente local Alfredo Butty, hacía alcanzado el estatus de ciudad.
"Ha sido necesario el recorrer de varios años de empeñosas gestiones y de paciente espera, para lograr la atención de los poderosos poderes públicos de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires", explicaba la publicación.
El libro mencionaba diversas obras, algunas ejecutadas y otras en construcción, que demostraban el interés de las autoridades provinciales y nacionales por el progreso de nuestra ciudad.
"Entre las primeras merecen citarse la obra vial realizada por el gobierno de la Nación en la zona de Puerto Quequén, de la que forman parte el puente carretero construido para servir a las necesidades del tráfico de cargas entre las secciones cabotaje y ultramar, caminos lisos, de cemento armado, sobre las escolleras y la avenida costanera que ha venido a unir, con una hermosa arteria directa que serpentea entre los médanos, al puerto con el balneario", agregaba el artículo.
En aquellos años también había construido el gobierno nacional nuevos muelles y galpones en Puerto Quequén, además de "los magníficos pabellones de la Colonia de Niños Débiles sobre la playa".
En 1931 también se encontraban en construcción los edificios del Colegio Nacional y las oficinas de Correos y Telégrafos de la Nación.
"El panorama urbano ha variado visiblemente en los últimos años. Necochea se ha modernizado. Pero esta obra de perfeccionamiento y de progreso ha sido realizada sin menoscabo para sus primitivas características naturales", añadía el libro.
"El movimiento cotidiano de Necochea, cuya población está calculada en unos veinte mil habitantes, es el característico de las ciudades laboriosas y tranquilas. En la época estival, el tráfico público, la animación y el movimiento urbano en general se acentúan notablemente, debido a la influencia del veraneo", explicaba el redactor.
Comercios de antaño
Entre los comercios de mayor prestigio de los años 30 en nuestra ciudad se encontraba la firma de Emilio Castaños y Compañía, que poseía un establecimiento dedicado a los ramos de almacén en general cuya existencia databa de 1894.
"Dirige todas las operaciones que realiza la casa el señor Emilio Castaños, que de empleado habilitado pasó a ser socio de la firma, siendo un hombre que se ha destacado por sus propios méritos. El almacén, ferretería, bazar, corralón de maderas y anexos está instalado en un moderno y espacioso edificio propio, sito en las calles A.I.Murga y Gonzales Chaves, que fue inaugurado en el año 1922, con todas las comodidades necesarias", explicaba el anuario.
La firma era representante de la General Motors Argentina y se dedicaba a la venta de automóviles y camiones, para lo cual contaba con una agencia en las calles Díaz Vélez y Belgrano y un salón de exposiciones en Alsina y Balcarce. Además, la empresa era agente de Shell Mex Argentina y de J.I. Case Company, esta última dedicada a la venta de maquinaria agrícola en general.
Además, Castaños y Cía. era corresponsal del Banco Español del Río de la Plata.
Otra casa de ramos generales de gran trayectoria fue Euskalduna, fundada en 1889 por don Tomás Bilbao. Funcionó durante años en la esquina de Belgrano y Díaz Vélez (hoy 62 y 63), abarcando los ramos de almacén, corralón de maderas, acopio de frutos y con representaciones importantes, entre ellas de la International Hawerster Compañía Argentina, Deering, Internacional y Texaco.
Otro almacén de ramos generales que quedó en el recuerdo de los necochenses fue La Nueva Perla, de Martín Luengas, antiguo socio de la firma fundadora: Jaureguizar Hermanos y Cía.
Este afamado comercio se hallaba instalado en la esquina de las calles 25 de Mayo y Primera Junta. Según el libro del cincuentenario, La Nueva Perla era considerada "entre los mejores comercios de la zona" y era el único que abarcaba simultáneamente los ramos de almacén y tienda en forma completa.
En otro rubro, en 1900 la firma Terrani y compañía había fundado la Gran Zapatería Roma, ubicada en avenida Alsina 359 (hoy avenida 59).
Luego la firma pasó a ser Terraniy Noseda y, a partir de 1921, quedó a nombre de Eduardo Noseda.
"Abarca la Gran Zapatería Roma, además del ramo de calzados de las mejores marcas, los artículos de fútbol, tenis, de goma, para playa y sort, tratamiento de los pies según el método del especialista Dr. Wm. M. Scholl, valijería y taller de composturas de calzados en general.
Con los años fundó una sucursal (La Ideal) sobre la calle Belgrano (62).
También funcionaba por aquellos años una fábrica de bebidas gaseosas perteneciente a la firma Riganti y Fernández y que con anterioridad había sido propiedad de Antonio Gatto y Cía.
Se elaboraban allí bebidas sin alcohol, soda, naranjada y otros productos, además la firma era concesionaria de la cerveza Quilmes y distribuía por año más de 25.000 docenas de botellas de esa marca en los hoteles, bares, almacenes y casas particulares del distrito.
La ciudad contaba también con una fábrica de hielo, propiedad de Kristian F. Bork. De acuerdo al libro del cincuentenario, su empresa figuraba en la época entre "los más modernos establecimientos de su género existentes en el país".
El establecimiento también contaba con cámaras frigoríficas para el enfriamiento de leche pasteurizada y para la conservación de manteca y otros productos de lechería.
La fábrica realizaba sus actividades en combinación con otra de quesos, manteca, caseina y de pasteurización de leche denominada "Las Grutas" y que pertenecía a Bork y Zabala.///
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión