Importante distinción recibieron tres estudiantes por investigación
El Instituto Balseiro, la Universidad de Cuyo y la Comisión Nacional de Energía Atómica organizaron el certamen
Tres estudiantes de diferentes centros educativos de Necochea, fueron distinguidos por su participación en un concurso de monografías organizado y coordinado por investigadores, docentes y estudiantes del Centro Atómico Bariloche (CAB) y del IB, Institución dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (Uncuyo). La iniciativa surge de la Secretaría de Extensión y Cultura Científica del Balseiro y cuenta con apoyo económico de esas cuatro instituciones.
Este año, el tema elegido para el certamen que se realiza hace más de 20 años fue “Vaivenes de la inversión en ciencia en la Argentina” y, como en sus ediciones anteriores, el premio para el primer puesto fue una pasantía en el Instituto Balseiro.
La investigación de Julieta Rodríguez, estudiante del colegio Capuchinos, recibió el primer puesto y los segundos, fueron otorgados a María Clara Giqueaux y a Facundo Galván del Instituto Nuestra Señora del Rosario de 6º y 5º año, quienes compitieron con 14 jóvenes de todo el país.
Los estudiantes, fueron acompañados y orientados por el profesor Pablo Martínez, quien es el encargado de promover la participación de los estudiantes en el certamen desde 2017, y en el que ya ha destacado a más de 20 alumnos de la ciudad. “El concurso es de una exigencia alta, totalmente diferente a lo que viven diariamente los estudiantes de nivel secundario por eso, más allá del resultado que puedan obtener, es interesante que puedan participar porque les otorga una gimnasia de trabajo que los prepara para el futuro”, señaló.
Agujeros negros y ciencia
La monografía que este año fue distinguida con el primer puesto en el certamen, fue la de Julieta Rodríguez que analizó los” vaivenes de la inversión en ciencia de la Argentina” desde tres puntos de vista y con el complemento de la lectura de los libros de Stephen Hawking “Agujeros negros y pequeños universos” y “La teoría del todo”. A través de su análisis, la estudiante planteó la simbolización del “agujero negro” como la representación del sistema científico nacional argentino.
“Somos un país con mucho potencial de desarrollo tecnológico y no se está aprovechando lo suficiente. Por eso es fundamental que existan oportunidades como éstas que alienten a la investigación y acerquen a los estudiantes a la ciencia”, reflexionó Rodríguez, quien acaba de recibir una beca en la Universidad Torcuato Di Tella en Buenos Aires para estudiar la licenciatura en Ciencias del Comportamiento.
La batalla del futuro
La monografía de María Clara Giqueaux, titulada “La verdadera riqueza de las Naciones” tuvo un enfoque diferente al de Julieta y se basó en la elección de tres potencias mundiales fuertes como el caso de Estados Unidos, China e India para luego compararlas con el modelo argentino, basándose en el libro de Mateo y Augusto Salvatto “La batalla del Futuro”.
“Me gustó mucho el lema del libro que los autores usan que es básicamente que lo urgente no nos aleje de lo importante y los traté de utilizar para transmitir mi pensamiento en cuanto a la situación de nuestro país. Que no sólo hay que ocuparse de lo económico sino también no dejar de pensar en el futuro, en la ciencia y en la tecnología que nos va a brindar otros recursos para poder crecer”, enfatizó Giqueaux.
Ciencia y rock
En el caso del trabajo de Facundo Galván, se comparó al disco de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota” ¡Bang! ¡Bang! Estás liquidado con el “hostigamiento que ejerce el Estado frente a la ciencia” en relación a los desfinanciamientos que ha recibido en el último tiempo.
En este caso, Galván eligió referirse a Bernardo Houssay por percibirlo como un “standard de la ciencia argentina” y eligió trazar un paralelismo entre los problemas que tuvo en aquel momento el premio Nobel para crear la insulina con los pocos recursos que tenía y la situación actual de la ciencia argentina, donde la problemática persiste y los recursos económicos son cada vez más escasos.
“Creo que la noche de los bastones largos marcó un quiebre en la historia de la ciencia argentina porque provocó una fuga de cerebros a lo largo y ancho de todo el país con resultados devastadores que todavía están presentes hasta el día de hoy”, finalizó el alumno del colegio Nuestra Señora del Rosario (INSR).
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