Iniciativa solidaria
Aunque desde los noventa Necochea cuenta con dos centros que atienden la problemática, todo intento por ayudar a quienes padecen una adicción parece escaso.
Consecuencia del a veces impiadoso presente que vivimos, donde las oportunidades al otro y la empatía parecen cada vez más devaluadas, las adicciones suelen ser la válvula de escape a la que se remite una persona en estado de desesperación.
Dentro de este panorama y como una buena noticia, a través de un grupo de ciudadanos, en su mayoría jóvenes, se ha conformado la asociación “El Samaritano”. Con el fin de asistir a aquellos que transitan por la compleja realidad de una adicción; así como también prevenir para los consumos nocivos no se acrecienten y terminen con la vida de quienes lo sufren.
Se trata de un grupo que si bien mantiene diálogo con la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), no funciona bajo la órbita del Estado. Y los voluntariosos y solidarios integrantes de “El Samaritano” se apoyan en un equipo de profesionales, entre ellos psicólogos y técnicos en drogadependencia. Todos dispuestos a acompañar y recuperar a quien lo necesita.
Está claro que no se enfrentan a una tarea sencilla y que requiere de un inquebrantable entusiasmo y responsabilidad. Pero es de esperar que esta intentona se vaya fortaleciendo y que, fundamentalmente se mantenga en el tiempo.
Recientemente las páginas de Ecos Diarios dieron cuenta de la labor de la delegación local del Centro Provincial de Atención (CPA), que bajo el ala del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, ha venido atendiendo desde 1993 la problemática de las adicciones.
Escuchar, contener y orientar al adicto y su entorno familiar es la función de este organismo dividido en dos sedes, que trabaja sobre los consumos de drogas o alcohol y también violencia familiar. Esta última una cuestión que se ha multiplicado en los últimos tiempos, producto de los cambios generados en la sociedad como por otros causales, entre ellos la clara ausencia del respeto hacia el otro y la falta de educación.
Dentro del esquema preventivo a nivel ciudad, se debe mencionar el trabajo que en tiempos previos a la pandemia desarrolló un grupo de profesionales de la medicina, al que se sumaron numerosos vecinos, en pos de combatir los malos efectos de las llamadas previas. Y si bien la iniciativa ha quedado en silencio, es de esperar se reactive porque va dirigida a una edad clave en el desarrollo y crecimiento de la persona.
Considerando las opciones expuestas queda claro que mientras existan este tipo de contenciones o de personas que ocupan su tiempo y sapiencia en pos de ayudar al prójimo en situación desfavorable, siempre habrá una esperanza de una mejor vida en comunidad.///