Insólito: crearon la equitación vegana para competir sin maltratar a los caballos
En Finlandia ya hay competencias de destrezas de este nuevo deporte «humanizado». Incluso hasta funcionan academias donde entrenan a los más jóvenes en esta vuelta de rosca para los «centauros»
El que crea que ya lo vio todo se equivoca de cabo a rabo. El auge de los veganos va en aumento, o por lo menos ya llegó a sitios inimaginables hasta hace poco tiempo. Como un nuevo deporte: «la equitación vegana».
¿De qué se trata?
Los movimientos que se oponen a cualquier sufrimiento animal se van expandiendo en muchas áreas. No solo en el ámbito de la alimentación. Con el lema de evitar que un animal se ponga en tensión, sea castigado o sufra de cualquier forma que pueda ser responsable el hombre, ha surgido un grupo que no quiere que el caballo sea utilizado para que el hombre lo monte. Ni para trabajar en el campo, ni para pasear y mucho menos para realizar competiciones deportivas.
Todas estas tareas implican diferentes tipos de «adiestramiento» que llevan castigos para los animales, algo que los veganos detestan y se oponen.
Y parece que encontraron un «paraíso» para esta costumbre que podría llamarse » Horse free sport» (Deporte libre de caballos).
Finlandia, la meca de la equitación vegana
El país nórdico europeo ya tiene competencias en muchas disciplinas ¿equinas?
Los caballos siguen estando, pero con una notable transformación. Es como volver a la época de la niñez – o según a que generación se pertenezca – porque el caballo sigue, ¡pero de madera o de peluche!
Ya no está el animal para trotar por una pista, pasear, dar complejos paso o saltitos como de baile y menos todavía, correr, toar impulso y saltar unas vallas.
Las pistas son las de siempre, pero los concursantes son personas que llevan, como en la niñez, un palo con una cabeza de caballo ( de madera o de peluche). Son seres humanos los que enfundados en calzas o ropa de bailarines dan por las pistas curiosos pasos o «saltitos», caminan de costado y hasta saltan las vallas como en salto en alto.
Solo que en todo momento, sujetan con las dos manos a esos caballos de juguete.
Una competencia exigente para el jinete y sus piernas
Entonces, como no hay caballos, todo depende de la «habilidad» del jinete para manejar su cuerpo y sobre todo sus piernas. Para peor, son dos y no cuatro las que tiene para impulsarse hacia arriba o correr .
Encima, lo que no se ha modificado es un tribunal de jueces severos para juzgar la destreza de los «caballos humanizados».