Invertir en antigüedades, no todo lo que brilla es oro
El coleccionismo y la compra de objetos de arte, autos clásicos, platería, discos de vinilo, cómics y cualquier otro producto que se valoriza con el paso del tiempo, es un tipo de inversión cada vez más común, pero no está exento de riesgos
La inversión se ha vuelto parte del vocabulario cotidiano; desde aquellos millennials que quieren asegurar su futuro, hasta los trabajadores que están a punto de jubilarse y que piensan en cómo maximizar sus ahorros para disfrutar más de su retiro.
Sin embargo, no todos saben cómo empezar a invertir o en dónde hacerlo. Es normal que la inversión genere dudas y más en un escenario como el actual, donde los factores de riesgo se acumulan: crisis económica, inflación, restricciones a la compra de dólares, cambios de rumbo económico con cada nuevo gobierno… Todo suma para generar incertidumbre a la hora de invertir.
Corralitos, estafas y políticas económicas inciertas han hecho que mucha gente escape a los bancos o que todavía crea que su dinero está más seguro en su casa, ya sea debajo del colchón o hasta en una alcancía.
A su vez, no todos entienden muy bien el concepto de inversión. Algunos todavía lo confunden con ahorrar o creen que de hacerlo automáticamente su dinero se multiplicará y se harán millonarios con la mínima inversión.
En este panorama de enorme incertidumbre, algunos han optado por un tipo de inversión silenciosa, que pasa desapercibida y se confunde fácilmente con algo que no tiene nada que ver con lo económico, pero que sin embargo puede tener una rentabilidad también muy difícil de calcular: la compra de objetos únicos.
El coleccionismo y la inversión en objetos de arte, autos clásicos, estampillas y, en definitiva, cualquier tipo de bien coleccionable, consiste en comprar objetos únicos o existentes en muy pocas unidades con la esperanza de que en el futuro aumenten su valor. Es una inversión que puede llegar a ser muy rentable, pero que no está exenta de riesgos.
Este tipo de inversión es cada vez más común y no para de crecer impulsada por la globalización de las plataformas de ecommerce que permiten comprar y vender objetos en cualquier momento y desde cualquier lugar del mundo.
No todo lo que brilla…
Sin embargo, como dice el refrán, no todo lo que brilla es oro. Para empezar, generalmente la gente compra aquello que desea y no siempre ello va de la mano con la rentabilidad.
“La gente que colecciona lo hace por afición, son muy pocos lo que lo hacen como inversión”, afirmó el coleccionista Silvio Bacci.
Bacci, que hace años convirtió esta afición en un negocio, ya que cuenta con un local en nuestra ciudad dedicado a la venta de antigüedades, precisó que incluso que la diferencia está en que los coleccionistas se especializan en una temática, mientras que quienes coleccionan por inversión compran piezas muy específicas.
En cuanto a los objetos que se adquieren como inversión, indicó que las estampillas, en otros tiempos uno de los tipos de coleccionismos más extendidos, ha perdido popularidad. “Sí se coleccionan monedas, siempre, platería criolla y objetos de bares o almacenes viejos”, indicó Bacci. Precisó que las publicidades antiguas, en particular los carteles, son cada vez más buscados.
Pero explicó que no todo lo viejo es coleccionable ni incrementa su valor a medida que pasa el tiempo. “Hay que tener sentido común”, explicó.
Señaló que existe mucha confusión al respecto y que las cotizaciones que se pueden encontrar en Internet muchas veces no tienen nada que ver con la realidad. “Hay que desmitificar los valores de la web”, dijo Bacci y afirmó que no hay que tomarlos como referencia.
En ese sentido también señaló que hay que emplear el sentido común. Lo más raro y difícil de conseguir tiene mayor valor. Puso como ejemplo el caso de los discos de vinilo. “Los discos de los Redonditos de Ricota, que nunca se reeditaron y hay muy pocos, valen más que los de Charly García que se han reeditado todos”, dijo.
“No todo lo viejo sirve como inversión”, afirmó.
Otras veces, señaló, surgen algunas modas que pueden parecer una inversión, como es el caso de la venta de billetes de 50, 100, 500 o 1.000 pesos que se venden en sitios extranjeros por precios muy superiores a su valor nominal.
“A mi criterio eso es una moda”, opinó. Dijo que si bien este tipo de billetes nuevos se coleccionan y se intentan vender por alguna característica especial, como numeración, errores, sobreimpresión, marcas extrañas, etc., “no hay un registro de errores”. Por ello, indicó, es muy difícil que luego se puedan valorar por estas condiciones.
Tiempo y dinero
Por todo ello, dedicarse al coleccionismo lleva tiempo y dinero. Tiempo para buscar los objetos que interesan y cuidar otros que se tienen, y dinero para adquirir nuevas piezas y mantenerlas en buen estado.
Si bien la filatelia ha perdido terreno en los últimos años, algunas estampillas mantienen una rentabilidad de alrededor del 250 % en 10 años. En tanto, la numismática no se queda atrás, las monedas siempre han sido un coleccionable clásico debido a su volumen, variedad y belleza. Para hacer una comparación empleando los mismos términos, su valor crece de media un 220 % en un período de diez años.
Los cómics también son conocidos por su rentabilidad. Cualquier comic clásico estadounidense que alguna vez un niño compró por 10 centavos, vale hoy miles de dólares y se ha llegado al extremo de pagar millones por ellos.
Aunque parezcan cosas de niños, los juguetes también se han convertido en valiosos objetos de colección. Entre ellos los autitos en miniatura.
Incluso las zapatillas clásicas pueden ser objeto de colección.
La mayor parte de las colecciones crecen y se revalorizan con los años, ya sea por la cantidad de artículos reunidos o por su antigüedad o rareza.
De este modo, cuando se busca rentabilizarlas, siempre habrá una ganancia económica, un monto que puede ser mayor o menor que el invertido, pero que permite obtener liquidez. No obstante, antes de convertir una colección en dinero hay que sopesar todas las opciones para elegir la alternativa que suponga mayor rentabilidad.
Con el desarrollo de Internet el camino se allana: ha revolucionado el mundo de las colecciones particulares con páginas que se dedican a la intermediación, la compraventa y la subasta de todo tipo de objetos.
Ventajas de invertir en objetos de colección
*Puede llegar a ser una inversión muy rentable, más que un fondo de inversión convencional o que la compra de acciones, por ejemplo.
*Hay pocos expertos en la materia, por lo que la competencia es reducida y si eres experto en algún tipo de coleccionable puedes encontrar buenas oportunidades.
*Además, se puede disfrutar del bien en el que se invierte. Si se compra un cuadro, una escultura o unas monedas, además de una inversión serán un objeto de disfrute personal.
Contras
*No es para todo el mundo. El nivel de conocimiento necesario para este tipo de inversión es alto.
*La liquidez es muy reducida. Si invierte en un mural valorado en 30.000 euros y necesita recuperar su dinero con urgencia, no podrá hacerlo hasta que venda el mural.
*Es una inversión arriesgada. Al conservar el bien en el que se invierte, se expone a un posible robo (y quedarse sin nada) o a que se deteriore y pierda valor con el paso de los años.
*Necesita tiempo de dedicación. Para encontrar bienes coleccionables buenos en los que invertir hay que esforzarse y dedicar tiempo.
*La compra/venta no es sencilla. Si está acostumbrado a hacerlo todo desde el móvil, tiene un problema. Normalmente tendrá que desplazarse a alguna subasta o tienda especializada en este tipo de bienes.///
Se revalorizan con los años
Objetos de arte
Los objetos de arte han sido, tradicionalmente, uno de los bienes coleccionables más reconocidos. Cuadros, pinturas, litografías, estatuas, tapicerías, dibujos, grabados, estampas, esculturas, fotografías, murales… Los hay de muchos tipos y todos tienen un denominador común: no suelen perder valor con el paso del tiempo.
Vinos y licores
El precio de los vinos es el resultado de la oferta y la demanda y, como seguro ya sabe, podemos encontrar botellas a precios realmente increíbles. Si la producción es en pequeña cantidad y la demanda alta, una botella prestigiosa puede irse por encima de los 5.000 o 10.000 dólares sin demasiados problemas.
Autos clásicos
Los autos clásicos pueden llegar a ser una inversión muy interesante. En función del estado del vehículo, de su antigüedad y de su propia historia, un vehículo de época puede rentabilizarse fácilmente con el paso del tiempo.
Relojes
Los relojes de lujo, además de un excelente complemento de moda, pueden convertirse en una buena inversión a largo plazo. En el mercado encontramos excelentes y exclusivas piezas, como algunos modelos y ediciones limitadas de Rolex, Omega, Patek Philippe, Piaget o Cartier.
Antigüedades en general
Por definición, una antigüedad es cualquier bien mueble que tiene más de 100 años y que no es ningún objeto de arte o de colección. Por ejemplo, las monedas o los muebles antiguos. Las subastas son un buen sitio para encontrar este tipo de objetos.
Alta joyería
Las joyas, en forma de oro, diamantes, esmeraldas, rubíes… siempre han sido una inversión habitual de los españoles, sobre todo en momentos de incertidumbre o crisis económicas.
Estos son solo algunos de los bienes coleccionables más utilizados para invertir, pero en realidad, cualquier pieza que pueda revalorizarse con el paso del tiempo y tenga compradores seguros, es una inversión. Por ejemplo, un coche de miniatura, un libro de cómic, un objeto tecnológico o una pieza de porcelana.