Juan Gamba, un creativo por naturaleza
Se inició actuando, siguió con la danza en los teatros Colón y San Martín de Buenos Aires y confecciona espectaculares vestidos Lleva 10 años como director de Cultura, en dos etapas
Juan Gamba no se considera artista, sino un creativo. Distintas ramas del arte le han permitido manifestarse, desde siempre. Aun hoy, siendo funcionario público, sigue desarrollando esa creatividad innata, volcándola desde la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Necochea, que lo tiene como responsable en la gestión del intendente Arturo Rojas. Pero ya lo había hecho dos décadas atrás, durante el gobierno de Julio Municoy.
Está completando su décimo año como director de Cultura y se siente feliz ejerciendo el cargo. “A mí me gusta este trabajo”, afirmó sin dudar.
Entrevistado en el programa “El Ciudadano”, que puede verse en Youtube, el funcionario hizo un repaso de su relación con el arte, desde sus inicios hasta hoy.
- ¿Cómo se inició tu relación con el arte?
- Siendo chico, di mis primeros pasos en la cooperativa teatral de Necochea. Funcionaba al lado del Cine París. Ensayábamos en un sótano. Era la época del teatro under, de protesta podríamos decir. Paralelamente, estaba el Teatro Municipal, donde se hacía lo clásico. Nosotros éramos los revolucionarios de la época.
Tiempo después llegó a Necochea un ballet. Lo fui a ver y se me encendió una chispita. Yo quiero hacer esto, me dije. Ingresé a la Escuela Municipal de Danzas, aunque era grande. Y era una época difícil para que un varón estudiara danza. Pero nunca tuve problemas. Siempre tuve el apoyo de mi familia, que fue muy importante y nunca fui discriminado.

- Y continuaste con la danza…
- Sí. Después concursé para el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Ingresé y tuve la posibilidad de bailar allí. Siempre de relleno, nunca fue un bailarín brillante. Pero ¿qué pasaba? En esa época un varón era muy requerido en el mundo de la danza.
Pasaron los años, no había concursos y veía que llegaba una camada de chicos jóvenes que eran muy buenos. Y decidí que ahí terminaba mi carrera. Me fue del Teatro Colón y fui a trabajar de verdulero. Un cambio drástico. Siempre tuve esas cosas…
- Pero volviste al ambiente de la danza…
- Salió un concurso para asistente de dirección en el Teatro General San Martín, siempre en Buenos Aires. Me presenté y había una cola impresionante de aspirantes. Pensé que no iba a quedar. Pero ingresé, porque dentro de toda esa gente que había, el único que sabía de danzas era yo. Y quedé como asistente de dirección del grupo de danzas del Teatro General San Martín. Tengo el orgullo de haber trabajado en los dos teatros más importantes de la Argentina.
- ¿Durante cuánto tiempo lo hiciste?
- Fueron muchos años. Hasta que, por razones personales, me tuve que radicar nuevamente en Necochea, donde puse un almacén. En ese interín conocí a Enrique (Parisey).
El venía con toda la historia del arte, la pintura, la escultura… Y nos pusimos a trabajar juntos. Presenté una muestra en la Usina Popular Cooperativa. Tiempo después junto a Susana Montolfo hicimos una carroza (para el Festival Infantil de Necochea). Y ahí empezamos a ingresar en el ámbito del municipio.
Gamba fue designado director de Cultura por el intendente de entonces, Julio Municoy, sucediendo a Armando “Mandy” Muñoz. Y Enrique Parisey siempre estuvo como colaborador.
Exactamente 23 años más tarde volvió a ser nombrado al frente del área de Cultura, esta vez por el intendente Arturo Rojas.
- ¿Cómo se conjugan la faceta artística y la labor de funcionario público?
- Una cosa es la parte administrativa, los expedientes, los presupuestos. Y otra toda lo que tiene que ver con lo creativo. Dentro de la Dirección de Cultura yo cree el área de eventos. Eso es mi respiro. Me escapo hacia esa área, que es donde podemos desarrollar lo creativo. Es lo que te mantiene ese espíritu vivo y latente.
- Vos y Enririque Parisey le ponen su sello distintivo a cada fiesta popular del municipio y a las fechas patrias, en mayor o menor medida…
- Eso lo noto mucho a través de lo que nos dice la gente. Nos dicen: ¡qué linda está la plaza!, por ejemplo. Uno hace las cosas naturalmente, sin darse cuenta. Pero compruebo que eso ha impactado y eso es súper gratificante.
- Comenzaste artísticamente con la actuación, seguiste con la danza, alternaste con la actividad comercial y, en algún momento, te pusiste a diseñar ropa…
- Siempre he transitado por muchos rubros. Por eso no me considero un artista, sino un creativo. Siempre me he podido manifestar en distintas ramas, Siempre fue creativo dentro de las disciplinas que elegí.
Manifesté mi creatividad al bailar, al pintar, haciendo teatro… Y también lo hago en la vida privada. La creatividad es lo que nos mantiene vivos. Cuando la perdemos nos achanchamos, nos dejamos llevar por la tranquilidad.
- ¿Cuándo abordaste la pintura artística?
- Lo hice en diversos momentos, pero nunca fui un expositor. Siempre lo hice como ayudante de Enrique, siendo como su mano derecha también en cuanto a esculturas. Desde muy chico tuve la necesidad de manifestarme, de crear..
- Para confeccionar esos vestidos espectaculares que diseñas ¿te basaste en alguien, tuviste algún modelo a seguir?
- Todo nació sin pensarlo. Todos los trabajos han surgido espontáneamente. Por eso he pasado por tantos trabajos y rubros tan distintos. Incluso este cargo político en la Dirección de Cultura surgió sin buscarlo.
En cuanto a los bordados y esas cosas, resulta que un día acompañé a una amiga a hacerse un vestido con Carlos Di Doménico. Era carísimo. Entonces le dije que no gastara. Yo le hice los bordados y le propuse: “Vamos a decirle que soy tu padrino y que es mi deseo”, le dije. Le llevamos la muestra a Di Doménico y él aceptó con la condición de que después que terminara su vestido me quedara a trabajar con él. De la nada, surgió un trabajo. Y una nueva forma de manifestarme, de expresarme y de proyectarme.
- Y eso lo seguiste haciendo, porque vemos estos vestidos llamativos en el Festival Infantil así como en diversos espectáculos, incluida la reciente gala del 25 de mayo…
- Toda esa producción que vos pudiste apreciar está conformada por vestidos que fueron confeccionados acá, en el área de Cultura. Acá se guarda todo, es una regla que tenemos. Después eso se recicla. Siempre pongo el ejemplo del arbolito de Navidad. Si lo desarmas y tiras todo, al año siguiente tenés que volver a comprar. Lo mismo pasa acá. El municipio es mi casa en estos momentos y lo tengo que cuidar. Debo guardar todo. Eso nos permite ir creciendo año a año, contando con más material.
- Eso se advierte recorriendo los galpones de Cultura..
- Cuando yo ingresé no tenía un escritorio. Ni oficina teníamos. Hoy contamos con nuestro propio espacio, la Dirección de Cultura tiene su sede propia. Y hay dos galpones llenos de materiales, pinturas, maderas, telas. Soy ciruja por naturaleza, podríamos decir. Junto cosas de la calle. En algún momento te sirven.
- ¿Cómo te sentís siendo funcionario?
- Estoy transitando el décimo año como director de Cultura, incluyendo las dos etapas. Y estoy feliz. A mí me gusta este trabajo. A veces uno se siente cansado, pero piensa en seguir un poco más. No he puesto fecha, pero en algún momento esta etapa se va a terminar, por supuesto. Que sea como todo me ha fluido en la vida, solito va a llegar el momento.
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