Julio, el mes de las temperaturas más bajas
El viernes se cumplieron 33 años del día con la sensación térmica más baja de la que se tenga registro
JUAN JOSE FLORES
Redacción
Según las estadísticas climáticas, julio es el mes en el que históricamente se han registrado marcas más bajas en el distrito. Días atrás se cumplieron 33 años de uno de los días con sensación térmica más baja de las que se tenga registro: -5.5º.
Fue el viernes 12 de julio de 1991, cuando la temperatura mínima había llegado a -2.7º a las 5.30 de la madrugada.
Aunque, el día más frío de las últimas décadas parece haber sido el 11 de septiembre de 1998, cuando la mínima cayó hasta los 10 grados bajo cero. Ese año el invierno pareció extenderse hasta avanzada la primavera.
Pese a ello, los archivos muestran que en julio se registraron aquí algunas de las nevadas más memorables de las que se tienen registro.
Fue precisamente el 9 de julio de 1945 cuando los necochenses se despertaron con el espectáculo de la nieve. La nevada comenzó en las primeras horas del día y continuó hasta bien entrada la mañana.
El vecindario, maravillado, salió a las calles para armar muñecos de nieve y se produjeron batallas de bolas de nieve.
La capa de nieve, según registros de la época, alcanzó una altura de diez centímetros, con una temperatura mínima de 2 grados bajo cero.
Diez años después, el 7 de julio de 1955, nevó copiosamente toda la madrugada y la ciudad despertó cubierta por un manto blanco.
En la plaza Dardo Rocha y en otros puntos se observó que la nieve alcanzó una altura de entre 3 y 4 centímetros, mientras que la temperatura mínima de la jornada fue de 1 grado bajo cero.
Aunque una de las más intensas nevadas de las que se tenga registro ocurrió en junio. Fue en 1967, en lo que quedó en la memoria como el domingo blanco.
Alrededor de las 6 de la mañana comenzó una fina granizada que pronto se convirtió en tenues copos de nieve, hasta que a las 9 se transformó en una ya intensa nevada que, luego de una breve interrupción, se repitió a las 10.
Esto ocurrió el domingo 11 de junio de 1967 y la nieve lo cubrió todo. Las plazas, las calles, el Parque, la Villa Díaz Vélez, el puerto, la vieja grúa Titán.
Los niños protagonizaron aquel día verdaderas “batallas campales” de bolas de nieve. Además, los muñecos de nieve se multiplicaron en las veredas y en los patios de las casas.
Temporales
Aunque se describe a Necochea como un distrito de clima pampeano templado, con una ubicación privilegiada para el desarrollo de la agricultura y la ganadería, la ubicación de la ciudad frente al mar hace que se encuentre expuesta a rápidos cambios de temperatura y a los vientos.
Precisamente, los registros históricos señalan que la mañana del 12 de octubre de 1881, cuando se firmó el acta fundacional, fue un día ventoso.
Aunque se debe desestimar el mito de “los vientos de Necochea” ya que no son más fuertes a los registrados en otras ciudades de la costa atlántica.
Si bien julio podría considerarse el mes más frío del año en la ciudad, abril es el que tiene el triste registro de los más extremos temporales.
Precisamente a fines de abril de 1980 se produjo la más grande inundación de la que se tenga registro. Tras ocho días de lluvia en el centro y este de la provincia, el aguas de varios distritos desembocaron en el Río Quequén y se produjo una crecida que arrastró primero animales, alambrados y árboles del interior del distrito y luego destruyó todo a su paso en las riberas de Necochea y Quequén. Hubo muertos, destrozos y pérdidas millonarias.
En otro abril, en 1984, fuertes vientos del sector Sur, con ráfagas de hasta más de 100 kilómetros por hora provocaron destrozos en distintos puntos de la ciudad.
El 17 de abril de 1990 otro tornado provocó la voladura de techos, innumerables cortes en el servicio eléctrico y telefónicos y caída de árboles y carteles.
Veinte personas debieron ser evacuadas, tras soportar los embates del viento que llegó a soplar hasta 200 kilómetros por hora.
El martes 13 de abril de 1993 un niño perdió la vida durante un tornado que sembró destrucción. Aquella noche, los vientos huracanados alcanzaron una marca de 250 kilómetros por hora.
Además de la muerte de un niño que quedó sepultado por los escombros cuando se derrumbó la humilde casa en la que vivía, hubo 15 heridos graves y 225 evacuados, además de innumerables voladuras de techos, árboles y postes de luz caídos, el encallamiento de un pesquero en la zona portuaria, paredones derrumbados y la red de energía eléctrica resultó sumamente dañada.
Nevada del 91
De las nevadas más recordadas la de 1991 tal vez fue la más intensa, al igual que la ya mencionada de 1945. Sin embargo, en agosto de 1984 se produjo una que cubrió gran parte de la ciudad y dejó los médanos cubiertos de blanco.
Pero, entre la noche del 31 de julio y las primeras horas de la madrugada del 1º de agosto de 1991, Necochea vivió una de sus experiencias más memorables. Grandes y chicos recibieron con alegría la nieve que se precipitó, olvidándose los 11 grados bajo cero de sensación térmica que marcaba el termómetro.
Pese al intenso frío, niños y adultos jugaron en la plaza Dardo Rocha, en la rotonda de la avenida 2 y Pinolandia, en 59 y Diagonal San Martín y en cualquier lugar donde se pudiera armar un muñeco de nieve.
También es recordado, no por su intensidad, porque no pasó de aguanieve, sino por el momento en que se produjo, el fenómeno que se produjo el jueves 3 de agosto de 1995. Ese día se festejó por primera vez el aniversario de la fundación de Quequén en la Plaza de los Niños. Se recordaban los 141 años del día en que un grupo de vecinos de Lobería habían solicitado la creación del pueblo en la desembocadura del río.
Pero el intenso frío y la caída de aguanieve primero y algunos copos de nieve, le dieron un marco especial a aquel acto en el que se homenajeó a los primeros pobladores de Quequén.///
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