Kablan y Szeta vuelven al teatro con «el lado B desde la óptica del periodismo»
Los periodistas especializados en policiales combinan diversos y resonantes casos criminales en la tercera temporada de su obra «¿Hay un asesino en la sala…?», propuesta que permite a los espectadores jugar a ser detectives en tiempo real.
Los periodistas especializados en policiales Paulo Kablan y Mauro Szeta regresan con la tercera temporada de su obra «¿Hay un asesino en la sala…?», en la que combinan diversos y resonantes casos criminales con la participación en vivo del público y un abordaje del género que incluye «el lado B desde la óptica del periodismo», y que tendrá su primera función este sábado a las 21 en el Teatro Morón.
Así la describió Kablan en diálogo exclusivo que la dupla mantuvo con Télam, y agregó que en los relatos del espectáculo no predomina «la letra fría de un expediente sino esos datos que en la crónica diaria no se pueden dar», y que conforman una propuesta que permite a los espectadores jugar a ser detectives en tiempo real mientras se desarrolla cada historia.
Luego de un 2020 marcado por la pandemia de coronavirus en el que debieron adaptar el formato de la obra al streaming, los periodistas que compartieron pantalla en el canal de noticias C5N y actualmente son figuras de Telefe regresan a la presencialidad con nuevas incógnitas sacadas del mundo real.
Dirigida por Daniel Dátola, «¿Hay un asesino en la sala…?» se centra en aquellas crónicas policiales verídicas de los últimos años que más impacto tuvieron en la opinión pública, explorando los aspectos que más juegan con la intriga que provoca el género, aunque sin abandonar la dimensión social en que se enmarcan tanto los casos como el punto de vista periodístico de sus narradores.
¿Qué elementos tiene el género policial que lo vuelven tan atractivo para el público?
Mauro Szeta: Hay un interés por la oscuridad en general, y creo que el desafío de llevarlo a un escenario, con otra dinámica que no tiene nada que ver con lo televisivo, lo radial ni lo gráfico, genera una atracción. El público sabe que no va a encontrarse con la letra fría de un expediente sino con esos datos que en la crónica diaria no podemos dar; los absurdos, las incoherencias, los datos curiosos, siempre con respeto soberano por las víctimas, y exponiendo las trabas del sistema que permiten que un crimen parezca perfecto cuando en realidad se trata de investigaciones imperfectas.
Paulo Kablan: El interés en la crónica policial en nuestro país, a lo largo de la historia, ha sido muy ondulante, hay momentos en los que despierta más interés y en otros menos, y desde hace unos años se está dando nuevamente este fenómeno. El teatro nos ofrece una nueva forma de comunicar y contar el lado B desde la óptica del periodismo.
¿Cómo seleccionan los casos que forman parte de la obra?
MS: En general, el punto distintivo que siempre encontramos y en el que focalizamos es la impunidad, sea por efectos de la investigación, por el paso del tiempo o porque el asesino no fue descubierto. Además, el eje que plantea el título de la obra es que el asesino puede ser alguien totalmente impensado, alguien con quien te cruzás en una parada de colectivo o en cualquier lugar.
Este último tiempo estuvo marcado por una crecida de los casos de femicidios, ¿cómo van a abordar esa temática en las nuevas funciones?
PK: Claramente lo vemos como otra pandemia, es algo cada vez más preocupante, un flagelo que se acelera. Tenemos un mensaje muy claro al respecto desde nuestra experiencia, sobre qué es lo que tenemos que hacer, a qué tenemos que estar atentos. Es algo en lo que nos detenemos porque necesita el compromiso de todos, y notamos mucho interés por ese tema en ese momento en el que paramos, nos salimos un poquito del argumento de la obra y charlamos sobre la cuestión.
MS: No estamos haciendo una teatralización de los casos, la gente comprende que es un espacio en el que puede levantar la mano por una inquietud y expresarla libremente. Eso pasa mucho, porque puede consultarnos cosas que quizás quisiera preguntarnos a diario cuando nos mira por la tele. La temática de los femicidios siempre estuvo presente en la obra, y ojalá esos momentos se traslucieran en la vida cotidiana, porque también implican mucha reflexión.
¿Les sigue resultando un desafío saltar del periodismo a las tablas?
MS: Creo que en nuestras carreras los dos participamos mucho de programas televisivos que permiten mostrarnos tal cual somos, como personas, más allá de ser periodistas de policiales. Esa combinación es un poco lo que interesa al público, porque tal vez saben de nosotros o se enteraron de cómo somos, porque lo contamos casi como una catarsis cotidiana.
PK: Es otra forma de comunicación muy distinta, cada público es distinto, así que todas las presentaciones y reacciones son diferentes. Si bien tenemos un guion para seguir el relato, también interactuamos con gente que va cambiando y nos obliga a romper con eso.
¿Cómo ven el regreso a lo presencial después de realizar la obra vía online el año pasado?
MS: La experiencia del streaming fue interesante, porque nos permitió una cosa muy extraña pero importante, que fue comunicarnos con gente de todo el mundo, con espectadores en Estados Unidos, Perú o Colombia. Todo tiene su riqueza, pero lo que tiene a favor el teatro es el ida y vuelta con el público, que está ahí, con un aforo más reducido y distancia social, pero está ahí. El desafío está puesto ahí y nosotros lo encaramos contentos y con ganas.
Las entradas para el show del 10 de abril en el teatro situado en Nuestra Señora del Buen Viaje 851, en la ciudad bonaerense de Morón, se encuentran a la venta a través del sitio web www.plateanet.com.