Kasanzew: “El bronce no escucha los aplausos”
El periodista disertó en Necochea sobre la guerra de Malvinas
ROCÍO MAGALÍ SÁNCHEZ
Para Ecos Diarios
El periodista y ex corresponsal de guerra Nicolás Kasanzew se presentó el pasado viernes en el Instituto Humboldt , donde ofreció una charla abierta titulada “Verdades y mitos de la Guerra de Malvinas”. Ante un auditorio colmado, compartió su experiencia como testigo directo del conflicto bélico de 1982 y analizó las consecuencias sociales, políticas y mediáticas que, según su visión, contribuyeron a distorsionar el recuerdo colectivo sobre lo ocurrido en las islas.
“Fue mi segunda visita a Necochea. Ya había estado en 2011, también convocado para hablar de Malvinas. Lamentablemente fue tergiversada la guerra, fue ocultada en muchos sentidos y hasta el día de hoy el pueblo argentino no tiene clara idea de qué es lo que realmente pasó”, expresó.
Kasanzew denunció que, desde el fin de la guerra, se llevó adelante un proceso de “desmalvinización”, que a su entender consistió en una campaña sistemática para minimizar el rol de los excombatientes y desdibujar la verdad sobre lo ocurrido.
“Yo me he dedicado a desenterrar la verdad entre los escombros de la mentira. La historia real de Malvinas fue ocultada. Las miserias de la guerra se conocieron, pero las grandezas fueron silenciadas. Eso es una injusticia con nuestros héroes, que hoy están en el último tramo de sus vidas. El pueblo argentino tiene derecho a saber qué hicieron esos hombres antes de que sea tarde, porque el bronce no escucha los aplausos”, afirmó.
El rol de los medios
El periodista sostuvo que, con el correr de los años, la imagen del veterano de guerra ha cambiado y que hoy cuenta con un mayor reconocimiento social. “Esto sucedió en gran parte gracias a la irrupción de las redes sociales, que rompieron el monopolio informativo de los grandes medios. Gracias a esto pudieron los veteranos llegar a mucha cantidad de gente sin tener que pasar por esos medios y también porque hay nuevas generaciones que no están enrevesadas con los conflictos ideológicos del pasado y tienen una mirada más abierta”
Sin embargo, advirtió que todavía persisten narrativas que considera dañinas: “Se sigue repitiendo que mandamos chicos con gomeras, que la derrota era inevitable. Esas ideas humillan, siembran derrotismo y favorecen el sometimiento. Nuestros soldados combatieron con valor y eficacia, y eso lo reconocen incluso los propios ingleses”.
Consultado sobre la importancia de reflexionar sobre la soberanía nacional en el contexto actual, Kasanzew señaló: “Lamentablemente es así, los políticos no están defendiendo, por lo menos desde el punto de vista de la palabra, de sus expresiones, la soberanía nacional al incurrir en todo tipo de mensajes que son como mínimo ambiguos y peligrosos”.
Y agregó: “No puede ser que desde el propio poder político se lancen mensajes ambiguos o peligrosos. Cuando el presidente habla de esperar el voto de los Kelpers está faltando a la verdad. La autodeterminación no aplica a una población implantada. Tenemos que proteger sus intereses, no sus deseos”.
En cuanto al rol del periodismo, fue tajante: “Yo creo que el periodismo hoy en día está muy desvirtuado porque ha hecho irrupción el llamado periodismo militante que no es periodismo. Un periodista no puede militar, tiene que solamente reportar la verdad. Y en los dos bandos principales que estamos viendo en contienda en este momento, de los dos lados hay periodistas militantes. Periodista militante es un oxímoron, es una contradicción en esos propios términos”.
Kasanzew remarcó que participa activamente de este tipo de encuentros desde hace años y que siempre intenta aceptar las invitaciones que recibe. “Lo hago porque creo en la necesidad de mantener viva la memoria y de contar lo que realmente pasó”, aseguró.
Antes de finalizar, dejó un mensaje para los jóvenes: “En lo único que hay que creer es en Dios, la Virgen, los santos y para de contar, después hay que someterlo toda la duda para que no te vendan buzones, buzones históricos como vendieron el de Malvinas, o buzones políticos o inclusive en las relaciones personales. Todo hay que chequearlo a la luz el sentido común, de las fuentes, cosa que los argentinos lamentablemente somos bastante culpables de ese pecado de ligereza, lo tomamos todo por arriba, no profundizamos y así de mal nos va. Hay que someter todo al sentido común, a la verdad histórica y recién después crearse una opinión”, concluyó.
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