Kite surf: cuando el viento es lo mejor de nuestra playa
Se realizó un encuentro con 40 practicantes locales y también nos visitan de todo el país
Detrás del surf y el bodyboard, siempre más populares, el kite surf es una actividad náutica que viene sumando adeptos en nuestra playa. Y no es casualidad. Necochea y Quequén ofrecen varios de los mejores “points” para llevar adelante este deporte que combina tabla y vela.
Los hermanos Pablo y Juan Lafforgue son dos reconocidos instructores locales que desde hace 15 años enseñan y recorren las olas del mundo gracias a esta especialidad. “Acá se le da poca difusión, pero tenemos muy buen viento, especialmente cuando se pone del Este, en noviembre, diciembre y enero. Se combina lo mejor porque además de viento tenemos muy buenas olas y eso nos hace un lugar atractivo. Pero también se puede practicar en el río o el mar planchado. Hay practicantes locales pero la mayoría de los que vienen a aprender son de afuera”, sostuvo Pablo desde su experiencia en la escuela Kite Necochea. Muy activos en las redes, a través de @kitenecochea en Instagram, responden consultas asesorando a locales y turistas sobre dónde y cómo practicarlo. La zona de la termoeléctrica, frente al Hogar Raimondi o Kabryl son algunos de los lugares más transitados dependiendo del viento del día.
Encuentro
La última semana de diciembre organizaron un encuentro con 40 velas de nuestro medio para difundir la actividad. “Se navegó viento abajo, lo que llamamos downwind. Nos metimos en la escollera de Necochea y fuimos rumbo al Sur, al Complejo Sahara, con un guía y seguridad detrás del grupo. Lo hicimos en una hora de navegación”, detalló Pablo quien reconoció que fue “el primer encuentro que hacemos como escuela. Tenemos potencial para próximamente, quizás el año que viene, hacer otro de nivel nacional. Nos conocen de toda Argentina y nos invitan a todos lados. Pinamar, San Juan o Rada Tilly (Chubut) son algunos de los lugares donde hay una linda movida, se juntan 100 personas, mínimo, pero aún no hay una asociación a nivel país”. En nuestra ciudad hay cerca de 70 personas que practican y alrededor de 30 lo hacen con continuidad.
Las mejores condiciones
El kite surf nació en los años 90 y poco a poco se fue incorporando a nuestro país gracias a los viajeros. Fran García Canales, otro de los referentes locales siendo instructor por casi 15 años, expresó que “al ser un deporte caro, quizás no hay muchos jóvenes por una cuestión económica. Los equipos son caros y el que los compra generalmente es gente de 40 años para arriba que tiene su situación resuelta. Quizás en Europa esto es distinto por el nivel de vida”.
Si bien lo que abunda es la actividad libre o freestyle, a nivel internacional se ha incorporado la competencia, con regatas o sobre las olas. Y Necochea ofrece todas las opciones. Fran agregó que “por las condiciones que tenemos es muy bueno para las olas, pero podes practicar con distintas tablas para diferentes condiciones. El kite surf permite eso, podes hacerlo en cualquier espejo de agua, aunque se cambien la tabla y las velas dependiendo el caso”. Y sobre la movida de practicantes visitantes amplió que “nuestro lugar es muy amable para que venga gente de afuera porque hay capacidad. Hay que pensar que quien lo practica necesita espacio en el mar, casi 60 metros de radio, pensando que las líneas de la vela llegan a 30 metros de altura. Y en Neco hay espacio de sobra con la costa que tenemos”.
Aprender a volar
El kite surf no es un deporte barato, ya que su equipamiento principal, vela y tabla, es importando. “Un equipo 0 km. puede estar alrededor de los US$ 3.000 pero por la mitad también se puede comprar uno bueno bastante completo. En Necochea les parece caro, pero tomar clases es más barato en Necochea que en cualquier otra parte del país”, afirmó Pablo Lafforgue.
Con una tabla y una vela por controlar, resulta un deporte que exige todos los sentidos. “Tenés que combinar dos problemas”, apuntó Pablo. “En los cursos, el 60% o 70% se trabaja fuera del agua. El control de la cometa es primero sobre la arena, sin tabla y luego con la tabla. Sólo en último día salís al agua con la tabla”.///