La demolición de un símbolo del viejo turismo
A mediados de 1970 la Rambla cayó bajo la piqueta. Desde hacía una década se había convertido en un edificio obsoleto frente al mar.
Los cimientos de la que fue la Rambla de Necochea, en avenida 2 y 83, se encuentran hoy cubiertos de arena. El paseo, que en su momento incluía locales comerciales y gastronómicos y hasta un cine, se ha convertido en un playón al que algunos concurren a tomar mates y por el que otros pasan a diario para bajar a la playa.
Tal vez sólo los mayores de 55 años puedan recordar algo de la Rambla, ya que el edificio fue demolido entre 1970 y 1971. En ese momento, al igual que ocurre hoy con algunas construcciones frente al mar, incluido el Casino, el histórico edificio se encontraba en ruinas.
Cuando hace casi 53 años la edificación cayó bajo la piqueta, también fue demolida con ella gran parte de la historia del turismo local. Pero la gente no lo lamentó, el edificio se había convertido en una mole abandonada que impedía ver el mar.
Un artículo publicado en este diario a mediados de los 70 refleja ese sentimiento: “Muchos de nuestros visitantes de este año tal vez se asombren al desembocar en la 2 desde la 83 y encontrarse con la hermosa perspectiva del mar ante sus ojos”.
La nota hacía referencia a la resistencia de algunos vecinos a la demolición, pero indicaba que la “vieja Rambla sucumbió ante la tenaz piqueta que empuña el progreso”. Y aseguraba que “la Rambla se fue y Necochea se acercó al mar”.
El viejo turismo
Desde principios del siglo XX, la ciudad de Necochea se ubicaba como segundo destino turístico de la Provincia de Buenos Aires, detrás de Mar del Plata. Fue la época en que se acuñó aquel viejo slogan de «la playa del suave declive».
Cuando los contingentes turísticos estaban integrados casi exclusivamente por representantes de la clase alta, que llegaban a los hoteles de la naciente Villa balnearia para instalarse durante un mes.
Época de hoteles magníficos, como La Perla, el Necochea Hotel y otras gigantescas construcciones que se levantaban peleándole metros a las dunas.
Según una crónica del diario La Prensa, «la playa, que constituye uno de los encantos más apreciables de la moderna ciudad, es, al decir de los que la conocen prácticamente y conocen otras del territorio de la provincia, la mejor y más segur
«Está circundada por varios hoteles de esmerado confort, casino y dos ramblas, una particular y la otra oficial, que está actualmente en construcción, la que una vez terminada costará 1.000.000 $ m/n. Tendrá 150 metros de longitud por 5.500 metros de superficie cubierta. La construcción es de cemento armado y parte mampostería, con revoques imitación piedra. Será provista de obras sanitarias. Entre las muchas comodidades, se destacará el gran casino y salón de teatro-biógrafo», agregaba el cronista en 1936.
En tiempos en que el marketing era una palabra desconocida, llama la atención la descripción que hace la ciudad un libro publicado por Antonio Ignacio en 1931: “Al margen del Atlántico, con un puerto marítimo, un río caudaloso, clima benigno, tierras fértiles, buenas vías de comunicación y amplia red caminera en construcción, Necochea es el lugar ideal para el desarrollo de grandes industrias”.
Tiempo de progreso
El desarrollo de la Rambla como centro de la actividad turística en la Villa Díaz Vélez comenzó a principios del siglo XX, en la misma época en que se demolió el viejo Necochea Hotel para dejar espacio libre para la proyectada Avenida Marítima (2), en un principio tendría 10 cuadras de extensión frente al mar.
En ese marco, en 1905 la Provincia comenzó a proyectar la construcción de una rambla de material y para ello al año siguiente solicitó una subvención a los diputados nacionales. Se solicitaron 18.000 pesos moneda nacional para construir un edificio de mampostería con locales.
En 1910 se formó la Sociedad de Fomento, que quedó constituida legalmente en 1911. La entidad que construyó un monumental edificio frente al mar, le dio gran impulso al balneario, fundando un casino, edificios, cine y líneas de tranvía.
En 1914 finalmente comenzó la obra de la gran Rambla Municipal.
Cinco años más tarde, cuando la villa se había convertido en un pueblo, se instaló un molino de viento en la rambla a fin de proveer de agua a los sanitarios del edificio y para el riego de las calles del balneario.
El proyecto original de la rambla de material recién quedaría finalizado en octubre de 1933, cuando se realiza una obra de reforma, ampliación y remodelación del edificio.
Con el paso de los años la Rambla se convirtió en el centro de la actividad balnearia de la ciudad. El lugar funcionaba como galería comercial, pero también como espacio de reunión para los bañistas, que se reunían bajo sus arcadas.
Según la tesis de la licenciatura en turismo de Natalia Arce y Mercedes Heilland sobre “Las huellas del pasado en el turismo” (Necochea 1930-1955), “la costa se fue poblando con edificaciones de diversos estilos, teniendo como eje central a la Rambla Municipal, la cual era un importante centro de encuentros sociales y paseos”.
Pero además de centro comercial y social, la rambla llegó a albergar incluso una escuela. Según el libro “Breve historia de las escuelas”, de la ya desaparecida Amalia Celina Dones. La Escuela N°28, creada el 26 de julio de 1945, comenzó a funcionar en la allí, a pesar de que “el lugar (era) inadecuado para tal fin por su ubicación y falta de comodidad”.
María Luisa Chassagua de Gil fue la primera directora del establecimiento, que a pesar de la falta de comodidades para los alumnos, funcionó allí hasta 1955.
Pero con el crecimiento de la villa balnearia, para fines de los 60 la Rambla se había convertido en un edificio completamente obsoleto. Fue así que a fines de julio de 1970 comenzaron los trabajos para demoler el histórico edificio y convertir la rambla en la explanada que hoy conocemos.///
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