La escuela municipal de vóley se adapta y sostiene su trabajo formativo en todas las edades
Clases con protocolos, juegos y una pelota por alumno
El deporte sigue abriéndose paso en medio de la pandemia, no sólo como entretenimiento y una cuestión recreativa, sino fundamentalmente buscando el desarrollo de las capacidades físicas y habilidades motrices básicas. Esos son justamente los principales objetivos de la escuela municipal de vóley que tras retomar sus clases durante flexibilización del aislamiento, se adaptó a los protocolos con juegos, sin red de por medio y una pelota por alumno.
Las actividades en las categorías infantiles, de 8 a 14 años, están a cargo del profesor Hugo Fiorentino, se desarrollan los días lunes, miércoles y viernes de 16 a 16.50 para iniciados y de 17 a 17.50 para avanzados. En tanto, las categorías menores, juveniles y mayores, con el profesor Fernando Esparraguera, se dictan lunes, miércoles y viernes de 18 a 20. En todos los casos, por protocolo, hay un límite de 9 alumnos por clase y no está permitido “jugar partidos”.
Desarrollo
El profesor Hugo Fiorentino comentó que “siempre apuntamos a una adaptación deportiva, especialmente en el minivoley, para facilitar el desarrollo y el entendimiento de la técnica”. Y profundizó sobre las etapas de trabajo delineadas desde la Asociación de Clubes de vóleibol que se están aplicando: “el primer ciclo fue volver a encontrar una base con la preparación física para luego empezar a desarrollar lo técnico, la segunda fase avanzamos a lo técnico y táctico con una pelota por alumno, y la tercera será volver a jugar pero desde el municipio aún eso no está autorizado”.
Entre los protocolos, además del uso de barbijo y la limpieza de los elementos, destacó que “interactuamos pero sin red de por medio, con muchos cuidados limpiando la pelota cada 25 minutos e higienizándonos las manos, además del diálogo permanente con los padres”.
Volver
Sobre el impacto de la vuelta en los chicos, comentó que “fue un poco replantear todo de nuevo, modificando el plan que se tiene para un año cuando uno plantea todo a partir de la pelota. Se buscó flexibilizar más los juegos, pero se tuvo que agudizar la imaginación para no caer en la rutina y que el chico no tengas estímulos”. Los grupos reducidos por el límite de horarios y disponibilidad del Polideportivo, han generado que haya dos o tres alumnos en lista de espera. La escuela de minivoley contaba con cerca de 80 chicos rotando los turnos y cerca de 35 con continuidad antes de la pandemia, y hoy hay un límite de 18 en los dos turnos disponibles para esas categorías. Hugo explicó al respecto también que en este mes y medio “hubo padres que decidieron no mandar a sus chicos, o un par de nenas que dejaron de ir. No soportaron la actividad analítica, en lo personal intente generar contenidos creativos, pero no es sencillo”. Y profundizó afirmando que “hubo que comenzar con un trabajo físico moderado, atento a una pausa cuando tienen algo de fatiga. Hubo algunos que hicieron trabajos físicos en casa pero muchos que no. Además del exceso de pantalla que ahora con la pandemia se magnificó”.
También reconoció el desafío para los profesores ante el desafío del seguimiento de los deportistas y los contenidos por videoconferencia durante el aislamiento: “Lo mío fue presencial toda la vida, la observación es fundamental, tener al atleta ‘en directo’ digamos, para saber qué es lo que tiene que mejorar. Lo importante con esas herramientas y ahora en esta etapa de readaptación, es que no nos quedamos parado”, valoró.///