Un fenómeno trágico que arrastró personas y un auto al río
Hace 47 años un «tren de olas» golpeó la escollera y provocó la muerte de una niña
Carlos Cascio Gioia, de 56 años, oriundo de Caseros, dio a conocer recientemente una curiosa historia de un vehículo que llamó mucho la atención en las redes sociales. Apasionado de los autos clásicos recuerda que una coupe Torino fue arrastrada desde la escollera de Necochea al río. Poco después ese auto fue comprado por su padre. Pero ese es sólo un hecho anecdótico de un fenómeno que se convirtió en tragedia.
El 19 de febrero de 1971, lo que los especialistas denominaron un «tren de olas», generó un onda gigante que golpeó la escollera y arrastró hacia el río 50 personas además del auto en cuestión. Una niña no pudo ser rescatada y murió ahogada.
En aquel entonces Giogia era un niño y se encontraba con su familia de vacaciones en Necochea.
Carlos recordó aquel día se levantó una tormenta impresionante en la que el mar estaba “enloquecido como nunca”.
Mientras tanto, una coupé Torino impecable, de color bronce, estaba parada en la escollera hasta que una de las violentas olas se la llevó.
“El auto quedó flotando y lo quisieron levantar de adelante pero la grúa le erró con el gancho y rompió el parabrisas, entonces la levantó de atrás y la hundió de trompa. Llenó de agua el interior y sumergió el motor”, dijo, haciendo memoria.
La casualidad
Cascio Gioia recuerda que al volver a su ciudad, para marzo o abril, un diario de Buenos Aires publicaba que un hombre vendía “una coupé Torino 71 con detalles».
“Mi viejo me llevó con él a verla a un garage de capital. Y ¡oh sorpresa!, ópticas con agua, instrumental con agua, alfombras, tapizado manchado, arena, parabrisas roto…”, contó.
Fue allí cuando el padre de Carlos le preguntó al vendedor “¿ésta es la que cayó al río en Necochea?”, a la que el dueño del rodado le contestó que sí, aunque intrigado por saber cómo tenía ese dato tan puntual.
Tras una charla sobre el tema y las coincidencias, la compraron a un bajo precio y, junto con la Torino, estaban las fotos del suceso ocurrido en nuestra ciudad, que aún están en manos de Carlos.
“La desarmamos íntegra acá, se cambió lo que hacía falta, se lavó lo necesario, hicimos arreglos generales, motor, caja, diferencial, y la tuvimos varios años hasta que la dejamos ir”, contó el hombre de Caseros mientras escribía a Ecos Diarios desde el mismo taller que tiene la familia desde 1950.
“Neptuno la quería”
En la familia de Cascio Gioia hubo varias Torino, pero ésa es la que más recuerda. “Tenía algo esa cuopé, quizá la quería Neptuno, el dios del mar”, dijo Carlos.
La coupé fue vendida a un comerciante de la localidad de Darregueira que la maltrató bastante e incluso, tiempo después, Carlos la vio pintada de un celeste metalizado típico de Ford que no le gustó.
“Quién iba a imaginar en esos años que el Torino se iba a convertir en semejante clásico argentino. No tengo fotos actuales, se vendió en el 76 o 77 y no se sacaron fotos”, lamentó.
Así lo contó Ecos Diarios hace 47 años
Investigando en el archivo de Ecos Diarios, se pudo conocer la verdadera historia de lo que ocurrió en la escollera. Un día en el que la caída del auto al agua, lamentablemente, fue solo un pequeño dato anecdótico comparado con todo lo que pasó.
Ese 19 de febrero, a las 12.15 del mediodía, se produjo un fenómeno que, según indica la nota, fue «de características extraordinarias», en el cual una columna de agua arrastró a unas cincuenta personas, que paseaban por la Escollera, al río Quequén. Se pudo rescatar a casi todos, excepto a una niña de dos años y medio que fue arrancada de los brazos de su padre y desapareció en el agua. Su cuerpo fue encontrado el 22 de febrero sin vida luego de una intensa búsqueda.
Con respecto a la coupé, se pudo saber que pertenecía al turista Guillermo Marrapodi y su familia, quien contó a Ecos Diarios que «una masa de agua levantó al auto como si fuera una pluma», que «hubo pánico» y que «todos nos preocupábamos por los nuestros en el momento y después todos colaboramos en el rescate».