La increíble casa de Iván de Pineda en Bariloche
Espacios amplios y rodeados de naturaleza
Entre los incontables destinos que ha recorrido a lo largo de su vida, Iván de Pineda eligió Bariloche como su refugio personal. Enclavada en el corazón de la Patagonia, su mansión en Villa Arelauquen es mucho más que una simple casa de descanso: es un espacio pensado para desconectarse del mundo y sumergirse en la calma imponente de la montaña. Desde sus ventanales, el paisaje domina la escena con vistas privilegiadas al Cerro Otto, mientras que en su interior, cada detalle refleja la personalidad del conductor: sobria, elegante y en armonía con la naturaleza.
Estética patagónica
Construida con materiales como piedra, madera y vidrio, la mansión se integra perfectamente con el entorno. La elección de grandes ventanales permite que la luz natural inunde cada espacio, mientras que la madera en techos y pisos aporta calidez y rusticidad sin perder sofisticación. Desde el exterior, la casa se impone con su diseño moderno y líneas limpias, pero sin desentonar con la geografía montañosa que la rodea.
Desde el exterior, la casa se mimetiza con el paisaje. El techo negro a dos aguas y la fachada de piedra le dan un aire de cabaña contemporánea. La terraza con barandas de vidrio y madera es el lugar ideal para disfrutar del aire fresco y el silencio patagónico. ///
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