La Navidad llegó con mal tiempo y pocos fuegos artificiales
Cenas y almuerzos en familia, en una fiesta marcada por la situación económica
La situación económica y el alerta meteorológico pusieron su marca en las fiestas navideñas de este año en Necochea. La cena de Nochebuena se caracterizó por la lluvia, el viento y los pocos fuegos artificiales.
Aunque no abundó el espíritu navideño, desde hacía días había expectativas por cómo impactaría la inflación en los festejos.
El poco movimiento comercial registrado la semana pasada en Necochea hacía suponer que la mayoría de las ventas se registrarían el sábado y el domingo. Y así ocurrió.
Por ello fue un 24 atípico. A pesar de ser domingo, la mayoría de los comercios del centro estuvieron abiertos, algunos durante toda la jornada para aprovechar las ventas de último momento.
Los más previsores pudieron aprovechar el domingo para hacer playa, ya que se dieron las condiciones para tomar mate con pan dulce y, por qué no, adelantar algún brindis junto al mar.
El anuncio de tormenta generó cierta incertidumbre para los asadores y finalmente la lluvia llegó en plena de Nochebuena.
Con fuertes descargas eléctricas y también intensas lluvias, se cenó en familia y tal vez las condiciones del tiempo fue lo que impidió que llegada la medianoche se vieran pocos fuegos artificiales el cielo de la ciudad.
No obstante, las prohibiciones de las ventas de artificios y lo prohibitivo de los precios, también tuvieron su peso.
Tras el brindis para recibir la Navidad, junto al arbolito y la familia, muchos decidieron salir para continuar con la fiesta.
Sin inconvenientes
Desde Defensa Civil informaron ayer a Ecos Diarios que durante la Nochebuena y la madrugada de la Navidad “no hubo inconvenientes”.
“La Usina tuvo algunos cortes de energía”, explicaron. “Nosotros no tuvimos nada. Ni accidentes, ni heridos. Fue muy tranquila la Navidad”.
A pesar de la incertidumbre económica, la comida en familia no faltó y tampoco la bebida. Aunque un tanto austero, también Papá Noel recorrió la ciudad.
En un lunes muy particular, las calles estuvieron prácticamente vacías durante toda la mañana de ayer hasta cerca del mediodía, cuando comenzó a notarse el movimiento de vehículos.
Las familias con comida y bebidas que se trasladaron para seguir con los festejos pasado el mediodía en casas de otros parientes o amigos.
Mientras que algunos recién regresaban de los festejos de la noche anterior.
Hubo quienes prefirieron trasladarse en caravana hacia la playa, para aprovechar la tarde de la Navidad. Pero a diferencia de lo que había ocurrido el domingo, la temperatura era agradable, pero muy baja para meterse al agua.
El regreso a casa para volver a recuperar energía para arrancar con el trabajo este martes, tuvo para muchos el consuelo de que el próximo fin de semana largo está a la vista y se volverá a festejar, esta vez con la esperanza de que 2024 sea mucho mejor que el año que se va.
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